La situación crítica que viven los municipios ribereños del bajo cauca Antioqueño llevó a que el gobernador Luis Pérez Gutiérrez, propusiera el traslado de Puerto Valdivia.

Según el mandatario seccional, el peligro latente que viven los habitantes de este corregimiento a orillas de Cauca, muy cerca de la central Hidroeléctrica de Ituango, hace que su relocalización y la de sus habitantes sea urgente.

La emergencia se originó a mediados de mayo, cuando uno de los túneles de la gigantesca obra que se construye en Ituango, se destaponó causando una subida en el nivel de las aguas del río Cauca, que obligó a la evacuación de una tres mil personas.

El funcionario señaló que “después de uno mirar este pueblo que se ha vuelto fantasma, tenemos que buscar soluciones definitivas, esfuerzos entre la Alcaldía, EPM, Gobernación y el Gobierno nacional para que podamos llevar a la familias a un lugar más seguro. De mi parte como gobernador estoy dispuesto a poner una parte para reubicar a todas estas personas”, aseguró

Pérez Gutiérrez señaló que los trabajos en el proyecto hidroeléctrico continúan para lograr reducir los riesgos. “Hay un control segundo a segundo de cómo se mueve la montaña; hasta ahora el informe de esta mañana (domingo), era que estaba completamente estable; en la respuesta está subiendo 90 centímetros por día la cota de la presa”.

Sigue desprendimiento

Las recientes informaciones conocidas señalan que los geólogos que monitorean la montaña derecha del proyecto Hidroituango, detectaron ayer un desprendimiento de 6 milímetros por hora, según el reporte del Puesto de Mando Unificado (PMU) instalado en Ituango.

En este caso no se dio orden de evacuación a los obreros que trabajan en la presa y el vertedero, porque las alertas se encienden cuando el movimiento es superior a los 10 milímetros por hora, como ocurrió en los últimos días.

Otro de los frentes de trabajo se concentra en la filtración de agua en la presa, que aunque, por ahora, están en los “rangos esperados” por EPM, se están implementando las medidas necesarias para controlar el paso del agua.

El grupo de geólogos que vigilan la montaña revelaron que estos agrietamientos, conocidos como “saprolitos”, se caracterizan porque la roca se convierte en una especie de masilla, por culpa de la humedad, y avizora nuevos desprendimientos en la montaña.

Lo más grave según el informe, es que la “montaña presenta también rastros antiguos de deslizamientos de tamaño considerable”, lo que evidencia que desde hace tiempo hay movimientos de masa no informados.

Según las fotografías observadas del terreno y en una visita de campo, el geólogo Osvaldo Ordóñez, profesor de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Medellín, contratada por la Gobernación de Antioquia, indicó que es necesario realizar un derrumbe controlado para evitar que la masa de tierra caiga encima del vertedero y cause mayores daños.

EPM en un comunicado señaló que para monitorear tanto el riesgo de rompimiento de la presa como el riesgo de movimientos de tierra en la ladera derecha, EPM ya implementó el Centro Integrado de Información y Alerta, que reporta en tiempo real al Puesto de Mando Unificado (PMU) y a los diferentes frentes de obra el comportamiento de la estructura y del macizo.

La empresa labora sin descanso con sus especialistas, contratistas y panel de expertos nacionales e internacionales en recuperar el control del proyecto con acciones que incluyen: el lleno prioritario de la presa, subiendo hasta la cota 415; tapar el túnel de desviación derecho y tapar el sistema auxiliar de desvío.

Reveló EPM que en la montaña se tienen puntos de control superficiales, combinados con radar, que logran sensibilidades de hasta décimas de milímetros, lo que permite alertar por cualquier evento que se salga del comportamiento normal y activar las alertas de manera oportuna y anticipada para proteger a las poblaciones y a los trabajadores.