El sistema no solo brinda seguridad sino que optimiza los costos empresariales.
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A partir del próximo 1 de septiembre, los Grandes Contribuyentes estarán obligados a facturar electrónicamente de acuerdo con la última resolución 0000010 publicada por la DIAN con fecha de 6 de febrero de 2018. Con esta obligación, la DIAN pisa de nuevo el acelerador en su objetivo de impulsar la utilización de la facturación electrónica entre las empresas colombianas.
La resolución entrará en vigor el 1 de junio de 2018 y los Grandes Contribuyentes tendrán 3 meses adicionales, hasta el 1 de septiembre, antes de que la factura electrónica les sea exigible. De acuerdo con la hoja de ruta de la DIAN, su objetivo es lograr que, el 1 de enero de 2019, todos los contribuyentes responsables de declarar y pagar IVA, Impuesto al Consumo, facturen electrónicamente. Tras la publicación de esta resolución, y durante los próximos meses, las empresas consideradas Grandes Contribuyentes tendrán que adaptar su facturación al nuevo formato electrónico.
Según Seres, está obligación tiene dos perspectivas. La primera es la que obliga a las empresas a modificar sus sistemas de facturación, lo que puede suponer algún trastorno.
La otra es positiva, ya que permitirá a las empresas disfrutar de beneficios reales. “Entre ambas, indica Alberto Redondo, director de Marketing de Seres para Iberia y América latina, la propuesta de Seres facilita una migración sin traumas, a tiempo y sin riesgos. Somos un Proveedor Tecnológico autorizado por la DIAN que actúa como Tercero de Confianza y en el que las empresas pueden externalizar su facturación electrónica”.
Mejoran los costos
Según Alberto Redondo, “normalmente el impulso de la factura electrónica por los gobiernos tiene como objetivo mejorar el control fiscal y reducir el fraude. Sin embargo, la experiencia de los países donde lleva años utilizándose demuestra que, la implantación de esta forma de facturación, aporta importantes ventajas y beneficios a las empresas que la utilizan, como la automatización de procesos, la reducción de costes, la mejora de la gestión del negocio, de los pagos y los cobros, la posibilidad de acceder a nuevas fuentes de financiación...”
La nueva obligación en Colombia, al igual que en otros países donde se ha implantado la facturación electrónica, su puesta en marcha ira acompañada de la aparición de multitud de propuestas. “Para evitar equivocaciones, comenta Redondo, las empresas colombianas deben confiar, sólo, en proveedores autorizados que aporten una solución fiable y que realmente le aporte un valor añadido al negocio, siendo ésta la más adecuada para las necesidades específicas, presentes y futuras de la empresa”.
Seres lleva más de 30 años impulsando el intercambio electrónico de documentos y la factura electrónica en el mundo. En Latinoamérica comenzó su andadura en 2009, y en 2010 empezó a trabajar activamente para impulsar el proyecto para la masificación de la factura electrónica en Colombia.
Lo que viene
Para avanzar, el siguiente paso es registrarse ante la DIAN como facturadores electrónicos voluntarios, luego de superar las pruebas tecnológicas establecidas por esta entidad. Una vez se entre en este nuevo esquema no tendrán derecho a renunciar.
Cabe destacar que a través del Decreto 1349 del año 2016, se reglamentó la factura electrónica como título valor y se establecieron toda una serie de normas con el fin de hacer factoring electrónico con ellas.
Finalmente, es de resaltar que las empresas, que hasta el año 2017 facturaban electrónicamente, tendrán plazo de actualizar sus procesos a la nueva reglamentación antes del 29 de junio del presente año, y si emiten más de 3 millones de facturas al mes tendrán plazo de hacerlo hasta el 29 de septiembre 2018.