Dos noticias recibieron los estudiantes universitarios en los últimos días: una del Gobierno nacional de que los futuros créditos del Icetex no tendrán intereses; y la otra, que hizo cambiar el semblante a muchos, el anuncio de algunas universidades privadas sobre el incremento de las matrículas entre el 10% y el 14% para 2023.
La noticia provocó marchas de protesta porque muchos jóvenes aducen que la situación económica no da para pagar estos costos; en tanto que los centros académicos sostienen que no tienen otra alternativa para seguir operando. EL NUEVO SIGLO consultó voces al respecto.
Por ley las universidades privadas pueden incrementar sus matrículas máximo en el porcentaje del IPC (Índice de Precios al Consumidor) del año anterior, que en este caso fue de 5,6%.
Sin embargo, la normatividad también contempla que pueden incrementar las matrículas por encima del IPC si las instituciones justifican que requieren hacer inversiones para el mejoramiento de la calidad de sus programas.
No obstante, en esta oportunidad el incremento que anuncian algunas universidades, más allá de las inversiones que tengan en mente, tiene que ver, dicen, con que sus finanzas se han visto golpeadas porque las matrículas, por efecto de la crisis generada por la pandemia, no subieron lo que correspondía en 2020 y 2021, así como que en este periodo perdieron estudiantes.
Incluso, aducen efectos de la devaluación del peso y el incremento proyectado del salario mínimo el próximo año, que subirá sus costos de operación, frente a una creciente inflación.
La Universidad Javeriana anunció un incremento del 13,9% y los Andes del 11,4%, entre otras.
Esto contrasta con el llamado que hizo el Gobierno nacional, por intermedio del ministro de Educación, Alejandro Gaviria, a las universidades privadas a que el incremento en 2023 no supere el IPC.
Por ello, el ministro Gaviria y el presidente del Icetex, Mauricio Toro, sostuvieron el día de ayer una reunión virtual con rectores de varias universidades del país agremiados en Ascun (Asociación Colombiana de Universidades) para escuchar sus planteamientos y también presentar los del Gobierno.
De igual forma, el ministro tiene hoy prevista una reunión con los rectores de algunas de las universidades privadas que anunciaron incrementos por encima del IPC, entre ellas la Javeriana, los Andes y la Libre.
El ministro Gaviria dijo a Blu Radio que “creo que las universidades deberían entender el momento difícil, coyuntural y económico del país y no deben haber aumentos reales en las matrículas universitarias en Colombia. Eso es una recomendación, las universidades podrían en algún caso esgrimir algún tipo de razones, pero considero que ese caso debería ser la excepción, no la regla”.
Argumento de lado y lado
El rector de la Institución Universitaria Colegios de Colombia (Unicoc), Hernán Alejandro Olano, dijo a este Diario que “hay una serie de aspectos que deben tenerse en cuenta, si bien las instituciones han apoyado a los estudiantes con becas o descuentos durante los dos años de la pandemia, en este momento frente a un eventual ajuste del salario mínimo del 18%, entonces el margen operacional para reinversión de las instituciones de educación superior se vería bastante restringido”.
Explicó que al incremento anual que se hace al personal que le corresponda el mínimo de ley, también hay que tener en cuenta que en cuanto a los docentes y administrativos esto redunda en las actualizaciones salariales graduales que en varios casos decretan las universidades considerando el mínimo vital y móvil.
Por su parte, Santiago Cobos, estudiante de la Universidad Libre, sede Pereira, y quien integra la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios, dijo a este Periódico que “ha sido una disputa histórica del movimiento estudiantil dentro de las universidades privadas que el incremento se haga como mínimo solamente sobre el IPC”.
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Añadió el joven que “en este momento nos encontramos en una crisis económica que ha golpeado a todo el país. Hoy las universidades privadas, como la Universidad Libre, le informan a su estudiantado, dependiendo del programa académico en el que cursa, que va a haber un incremento del 10%, incluso del 12%. Eso, por ejemplo, para estudiantes semestralizados de una carrera como derecho, más o menos el incremento viene siendo como de $500 mil por semestre. Anualizado el incremento puede llegar a ser incluso hasta de $1 millón”.
Agregó Cobos que además de la difícil situación económica que viven los colombianos, “los estudiantes de universidades privadas no somos ricos. Allí hay muchos estudiantes que estamos a través de créditos, unos con el Icetex, otros bancarios, otros que tienen que trabajar todo el día y estudian en la noche. Entonces cuando la universidad toma una decisión de estas, afecta al estudiantado porque desconoce su realidad, cuando hay mucha gente que tiene que decidir si tener comida en su casa o pagar la universidad”.
El estudiante pidió al ministro de Educación y al presidente Petro “poner la lupa a las universidades privadas porque la Ley 30, que es la que reglamenta la educación superior, dice que las universidades privadas no pueden ser con ánimo de lucro”. Añadió Cobos que “necesitamos soluciones, que en la matrícula por lo menos mientras haya una crisis económica como la que vive el país, el incremento sea el IPC”.
Además, dijo que el Gobierno nacional en lugar de generar subsidios, como se ha hecho en otras oportunidades, el caso de “Ser Pilo Paga”, debe generar garantías para evitar la deserción en la educación superior.
Mientras que la representante a la Cámara por Bogotá, Jennifer Pedraza Sandoval, de la coalición Centro Esperanza, y quien en su época de universidad fue activista estudiantil, dijo a este Medio que “las protestas de los estudiantes de las universidades privadas son completamente justificadas porque es verdad que el incremento de la matrícula es muy difícil de asumir hoy en día en la crisis económica que está el país, pero creo que el problema es mucho más profundo porque hoy hay dos costos importantes a los que están sometidas las universidades: uno, la financiación y el pago de planta docente, que crece por lo menos con el IPC; y dos, los créditos que han asumido para poder construir la infraestructura que han hecho en los últimos años”.
Por ello, la parlamentaria consideró que el Gobierno tiene que intervenir para pensar una solución que le permita “a las universidades resolver este problema”.
Agregó que “al parecer la forma de solucionarlo es con democracia en las universidades privadas; por ejemplo, una mesa de concertación anual para definir cuánto va a aumentar la matrícula, de manera que se ponderen y se contemplen las necesidades de las familias de los estudiantes e, incluso, se revise si los planes de inversión son tan urgentes o si pueden esperar un poco”
Dijo también Pedraza que otro asunto es la fuente de financiación de las universidades privadas. “Si dependen solo de las matrículas va a ser muy difícil que la educación pueda ser de calidad y con matrículas que no sean tan costosas. Los estudiantes de la Universidad de los Andes han venido exigiéndole a la Universidad que diversifique sus fuentes de financiación para que todos los planes de inversión no se descarguen solamente en las matrículas de los estudiantes”.
Intereses del Icetex
Mario Fernando Hurtado Beltrán, consultor en educación, indicó a este Impreso que “el problema central es la decisión del Gobierno de quitar los intereses a los créditos del Icetex. Ante esta decisión las universidades pierden unos ingresos sobre una parte de los recursos que les llegaban por medio del Icetex. En este momento las universidades tienen que incrementar las matrículas para que no vayan a pérdida”.
Agregó el experto que las universidades privadas dependen en un 95% de las matrículas, a diferencia de las oficiales, que operan con los recursos que les gira la Nación.
“Cuando los estudiantes tienen un crédito en el Icetex, si ya no pagan los intereses, esos intereses van a terminar cargados a las universidades”, explicó.
Hurtado dijo que a esto hay que sumar la devaluación del peso y los costos internacionales que tienen algunas universidades.