Inventan detección exprés de minas ilegales | El Nuevo Siglo
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Viernes, 10 de Mayo de 2019
Redacción Nacional
Este bogotano fue uno de los ganadores de la convocatoria de Al Impact Challenge de Google, espacio donde se impuso entre 2.602 

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Para encontrar los principales focos, el Gobierno nacional tarda hasta dos años o un poco más localizando las minas ilegales que equivalen al 80% de la explotación total minera del país. Este tiempo es usado por organizaciones criminales para expandir su capacidad extractiva, afectando con deforestación y contaminación las fuentes hídricas.

Ante este problema, Santiago Saavedra, un bogotano de 33 años, se ingenió una solución para combatir el largo tiempo que toma detectar la ubicación de las minas ilegales. Tras su paso por la Universidad de Stanford, logró a través de un proyecto basado en IA (Inteligencia Artificial) identificar las principales zonas de esta actividad ilegitima en tan solo una hora.

El proyecto de Saavedra nació a partir del estudio del impacto de la minería en la salud de los recién nacidos en Colombia y la contaminación en áreas circundantes que ponen en peligro la vida de las personas. El equipo de este científico identificó que los bebés cercanos a estos espacios se benefician por el enorme flujo de dinero que se mueve en estas zonas y observó, por otra parte, que los recién nacidos en lugares mineros son afectados por los alimentos contaminados consumidos en estas áreas.

“A partir de este primer análisis pensé en hacer algo al respecto. En ese momento estaba haciendo mi doctorado en Stanford y se me ocurrió utilizar inteligencia artificial para detectar las minas ilegales. Utilicé entonces el programa de la Nasa Landsat 7 que tiene imágenes de todo el mundo e intenté lograr que la maquina diferenciara entre desierto, bosque y otros ecosistemas con base en el reconocimiento de colores a partir de pruebas ensayo-error”, dijo a EL NUEVO SIGLO Saavedra.

Paulatinamente, comentó este científico de la Universidad del Rosario, el programa fue aprendiendo a distinguir “entre minas y no minas y a predecir sobre los terrenos a partir de algoritmos”.  

 “Se buscó entonces una inteligencia en la máquina que pudiera replicar el proceso de aprendizaje humano. Así como un niño aprende cometiendo errores la maquina puede hacerlo también. Por tal motivo, hice que el aparato experimentara con muchos ejemplos de sí y no, es decir que entendiera la diferencia entre aciertos y desaciertos”, explicó.

El programa, pese los avances que iba logrando, seguía presentando problemas en su capacidad de detectar las minas. “Confundía las minas con el desierto, lo que se llama falso positivo. A partir de eso lo que hice fue meterle otros datos y decirle mediante ese acto: aprenda. Con el fin de convertir lo que vemos en algoritmos, números y pixeles”.

Saavedra, quien ha sido amante de la naturaleza toda su vida, adelanta un proyecto para frenar la desforestación, ya que a su juicio observa que después de la firma del Acuerdo de Paz se ha disparado en todo el país y en especial en zonas donde había presencia de las Farc. “Siento un gran orgullo por ganar este premio, sin embargo, ahora tengo tres años para responder con lo que prometí para mejorar la aplicación, pues actualmente funciona con un 79% de efectividad. La idea es preparar el curso para que esta tecnología la podamos compartir con otras naciones”, explicó.

Ganador

Luego de pasarse meses buscando la mejoría del programa, Saavedra empezó a ver los réditos de su aplicación y aplicó a una convocatoria realizada por Google, AI Impact Challenge, que financia proyectos que solucione desafíos mundiales mediante el uso de la inteligencia artificia. En este caso la iniciativa colombiana se enfrentó a propuestas de 119 países en donde académicos, organizaciones sin ánimos de lucro y empresas sociales intentaron resolver problemáticas que abarcan temas como la salud, oportunidades económicas, conservación del medio ambiente hasta conflictos educativos. Solo dos emprendimientos latinoamericanos resultaron ganadores, uno de ellos el de Saavedra.

Por el premio, recibirá recursos para computadores, asistentes de investigación, encuestas, validación de campo y pruebas con el modelo. Además podrá acceder a becas, créditos y consultoría de Google Cloud, donde tendrán acceso a tutores expertos en esta especialidad y un programa acelerador diseñado para sacar el proyecto del escritorio y convertirlo en una herramienta de uso cotidiano para ONG y gobiernos que puedan apropiarse de la herramienta.

Entre los proyectos más ambiciosos se encuentran el liderado por Hand Tank Serviços LDTA, que logró traducir el portugués al lenguaje de señas, mediante un avatar llamado Hugo. El segundo destacado es el realizado por American University of Beirut, que genera un sistema de riego subterráneo en Medio Oriente, donde la máquina está en la capacidad  dosificar las raciones de agua, manejar mejor los horarios de riego con base a datos del clima y las condiciones agrícolas del momento.

Para innovar, Saavedra cree que son fundamentales las matemáticas, base de los procesos cognitivos que lo han llevado a crear proyectos como el de la detección de minas ilegales. “Al Gobierno todavía le falta meterle a la educación en las matemáticas. Lo que necesitamos es gente echando código y un programa nacional que invite a los niños a participar en las olimpiadas de matemáticas; yo me gané mi beca en Stanford a partir de esta última”, dijo.

“Para finalizar, a los jóvenes que les gusten este tipo de iniciativas les aconsejo que trabajen, que hagan las cosas bien y que estudien porque esa es la única manera en que van a lograr sus objetivos”, concluyó el joven científico.