Colombia está haciendo unos cambios estructurales en la infraestructura educativa sin precedentes. A pesar del silencio, avanza con solidez en busca de la Jornada Única
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HACE 50 años durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, el problema de la educación básica en Colombia era la poca cobertura en secundaria. Para eso, surgió un modelo revolucionario en la época de colegios para secundaria, que fueron los INEM, (Instituto Nacional de Educación Media Diversificada) los cuales, además, incluían el modelo pedagógico y la formación de rectores para la formación académica.
El crecimiento de la población escolar desde la década del setenta, trajo la fragmentación. Porque para poder cumplir con la cobertura escolar, se utilizaron las sedes públicas en dos y tres jornadas, lo que implicó la reducción de horas de clase y comenzó una brecha entre los colegios privados y los públicos en cuanto a espacios de aprendizaje y cátedras de formación.
Así, que hoy lo que se hace con la infraestructura educativa es una verdadera revolución silenciosa. Más en Colombia, dónde suele pasar que por lo que se hace más ruido respecto a logros educativos, es lo menos relevante o lo más viciado. Por otra parte, cuando se quieren hacer cambios o reformas profundas la oposición siempre crece. Por eso, son muy valiosos los aportes que el país está mostrando con la educación escolar.
Creación del FFIE
Todo comenzó en octubre de 2015, cuando como una de las tareas para lograr la jornada única en el país y eliminar poco a poco las dobles y triples jornadas, se creó el Fondo para el Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE) para realizar alianzas entre los recursos nacionales y los de las entidades territoriales certificadas (ETC) la misión del FFIE, ejecutar las obras para implementar la Jornada única en Colombia, lo que está en el marco del plan nacional de infraestructura educativa.
Hay diferentes formas de financiación. Los proyectos se financian con recursos en un 70% aportados por el Ministerio de Educación Nacional - MEN y un 30% la entidad territorial – ETC. En la mayoría de los casos, para construir, mejorar o recuperar aulas. Las obras accesorias las debe cubrir la ETC. Algunas entidades territoriales – ETC pueden aportar recursos adicionales, así, se pueden desarrollar más proyectos en beneficio de la educación regional. Para las regiones más pobres del país o zonas de frontera se define un 85% de aporte del gobierno nacional y 15% la ETC, así se ayudan a las regiones con mayores dificultades económicas.
La revolución silenciosa tendrá como resultado mecanismos eficientes de construcción de colegios de forma transparente
A la fecha se han involucrado al proyecto 26 departamentos incluido Bogotá de los 33 que existen, en 193 municipios. Los costos de todos los proyectos alcanzan los 2.6 billones de pesos, lo que la convierte en la mayor inversión de la historia de la infraestructura educativa del país.
Hay regiones donde las obras avanzan de forma rápida como los departamentos de Huila, La Guajira, Atlántico, Boyacá y Cundinamarca, y en las ciudades de Barranquilla, Bucaramanga, Girón, Tuluá. Bogotá y Buga. Los diez departamentos con más proyectos son Antioquia, Valle del Cauca, Boyacá, Atlántico, Cundinamarca, Huila, Santander, Tolima, Caldas y Risaralda.
Según el director técnico del FFIE Juan Carlos Parada, la meta es tener en 2019, 500 proyectos finalizados y 12.063 aulas nuevas que representan 482.500 estudiantes en jornada única. Lo que representa una ampliación del 25% de la jornada de la tarde que poco a poco espera eliminarse para que todos los niños del país accedan a una educación de calidad.
Para Fernando Rojas, Gerente del FFIE, la apuesta está en dos frentes, el primero pedagógico, que se enfoca en la calidad de la educación para que con el componente de infraestructura sea integral: biblioteca, comedores, laboratorios, espacios deportivos. Por otra parte, está la apuesta técnica que demuestra que se puede construir en gran escala por medio de apoyos conjuntos, muchos colegios al tiempo, minimizando costos y aprovechando sinergias. Si se hiciera de forma fragmentada, tardaría muchos años en hacerlo.
Esta es una manera de cambiar la mente de pasar de proyectos atomizados. Lo que permite solucionar integralmente, al contratar varios proyectos de colegios a tiempo. Se espera en los próximos años implementar las alianzas público – privadas APP para garantizar la operación de otros y construir en un tiempo menor un mayor número de colegios
La revolución silenciosa tendrá como resultado mecanismos eficientes de construcción de colegios de forma transparente, herramientas para la sostenibilidad y el mantenimiento, y la implementación de modelos pedagógicos asociados a los tipos de colegios que se están construyendo.