No se disipa discusión por fumigación de narcocultivos | El Nuevo Siglo
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Viernes, 31 de Agosto de 2018
Redacción Política

Nuevamente ayer el ministro de Defensa Nacional, Guillermo Botero, defendió el uso del glifosato, aunque aclaró que lo dice por su experiencia personal con este producto en materia agrícola.

Botero resaltó que este herbicida es de uso común en el campo colombiano desde hace muchos años; no obstante, al referirse a la lucha contra los cultivos ilícitos y el cambio de estrategias con relación a lo que se venía haciendo en el anterior gobierno, señaló que hay que analizar todas las alternativas.

“Hay que estudiar todas las alternativas. ¿Por qué se dejó de fumigar? Porque se firmaron unos acuerdos con varias comunidades. Ahora hay que mirar cómo se deshace el entuerto. Este no es un tema fácil. Pasamos a casi 210.000 hectáreas de coca. Nos multiplicamos por cuatro. Esto ya nos coloca en una posición totalmente diferente. Muchísimos campesinos colombianos han vuelto esto su modo de vida. Hay que trabajar para cambiar este modelo económico”, expresó Botero.

Resaltó también que el glifosato tiene una toxicidad grado cuatro, que según él no es alta. “Yo no veo alternativa diferente a usar herbicidas. Hay que usarlo porque el mundo no nos va a aceptar nadando en coca”, expresó.

Nariño en la zona andina y la costa del Pacífico es una de las regiones del país con fuerte presencia de cultivos ilícitos. Apenas en las zonas rurales del municipio de Tumaco se contabilizan más de 20.000 hectáreas de coca.

El gobernador de Nariño, Camilo Romero, ha señalado que “hay una lectura equivocada sobre el tema de cultivos de uso ilícito en el país, porque se lee desde un escritorio y no desde el territorio”.

Previno, el Mandatario regional que “si van a insistir con fumigación, se los digo de una vez, les va a pasar lo que ya nos pasó; van a tener el incremento de cultivos ilícitos, porque no han resuelto el problema fundamental”. Además que, aseveró, que “van a acabar con la vida en todas sus formas, solo traerán la contaminación de los ecosistemas y las eventuales secuelas en la salud de los campesinos”.