"Normas anticorrupción podrían no cumplir expectativas" | El Nuevo Siglo
Transparencia por Colombia
Lunes, 10 de Septiembre de 2018
Redacción Nacional
Entrevista. Director de Transparencia por Colombia destacó pronta respuesta de colectividades al clamor ciudadano en la consulta

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EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo ven esta oleada de proyectos de ley contra la corrupción que se han radicado y los que se anuncian?

GERARDO ANDRÉS HERNÁNDEZ: Desde Transparencia por Colombia nos parece muy positivo que haya habido una respuesta muy rápida y una actitud muy proactiva desde la dirigencia política y las distintas fuerzas políticas del país en atender el llamado que hace la ciudadanía luego del 26 de agosto, en lo cual quedó evidente que si bien no se logró el umbral para aprobar la consulta anticorrupción, pues políticamente sí se expresó un mandato que es muy difícil de ignorar por parte de un nuevo Gobierno y un nuevo Congreso que están entrando de alguna manera con un nuevo aire y tienen que responder a las realidades del país y a lo que de alguna manera las distintas fuerzas están indicando.

Por supuesto que esa reacción muy rápida se esté traduciendo en proyectos de ley es positivo en la medida en que hay varios vacíos por cubrir en nuestra legislación. Hay herramientas desde el ámbito legal, jurídico y constitucional que necesitan fortalecerse, y en ese sentido le damos la bienvenida a todo lo que se está planteando.

ENS: ¿Las leyes que eventualmente se aprueben son la panacea?

GAHM: Es muy importante considerar que la corrupción no será resuelta de manera automática e inmediata porque en el país tengamos proyectos de ley y ni siquiera incluso porque eventualmente tengamos esas leyes luego de su aprobación en el Congreso. Sería igualmente importante asegurar la capacidad de implementación de las mismas, entre otras cosas para evitar lo que nos ha pasado en experiencias previas en las cuales la normativa que se anuncia le deja al Estado o a las instituciones responsables una capacidad limitada para su implementación.

Ojalá que esta efusividad, que de nuevo nos parece positiva que responda al mandato ciudadano, pues se traduzca también en una capacidad de implementación de las nuevas normas, pero también en la voluntad, sobre todo del nuevo Gobierno, de complementar ese esfuerzo de iniciativa legislativa. Pues en primer lugar un plan de desarrollo muy sólido en términos de enfoque de transparencia y lucha contra la corrupción en la gestión de Gobierno y en los distintos ámbitos sectoriales del mismo.

Y en segundo lugar en una forma y un estilo de trabajo que desde el más alto liderazgo de la Presidencia de la República, sus ministros, sus funcionarios de alto nivel, pues se traduzca en una tolerancia cero con la corrupción y que la gestión de los recursos en esta administración esté marcada por una rendición de cuentas muy amplia a la ciudadanía.

ENS: ¿Se corre peligro de que lo que resulte en normas de estas iniciativas no colme expectativas que tiene la gente?

GAHM: Pues sin duda existe un riesgo alto de frustración si esos proyectos de ley que se han anunciado no llegan a buen término, tanto hablando respecto al proceso legislativo como sobre todo al contenido que deben tener esos proyectos de ley.

Mucho se criticó algunas de las propuestas de la consulta anticorrupción porque se decía que ya estaban en la ley, y evidentemente en Colombia, no solamente en esos temas sino en muchos otros contamos con leyes muy sólidas, muy buenas desde hace muchos años, y la gran problemática entre otras cosas, además de esos vacíos normativos a los que me refería, está en la falta de capacidad para implementarla. Ahí es donde la frustración de la ciudadanía podría aumentar y donde sobre todo lo que estaría en cuestión sería el prestigio de esa dirigencia política de realmente lograr los resultados que la ciudadanía está esperando.

No creería que esto fuera necesariamente un factor para desacreditar o desmotivar la lucha contra la corrupción en el país, pero sí es un riesgo para aquellos líderes que además han asumido unas banderas anticorrupción muy fuertes de, eventualmente, no lograr las expectativas de los ciudadanos.