Noviembre sería el peor mes de la temporada invernal en Bogotá | El Nuevo Siglo
Cortesía idiger
Miércoles, 8 de Septiembre de 2021
Redacción Nacional

Bogotá siempre ha tenido fama de ser una ciudad gris y lluviosa, pese a que durante buena parte del año tiene días de sol radiante y cielos despejados. No obstante, de acuerdo con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), con el mes de septiembre arrancó la segunda temporada invernal en el país así que, por los próximos tres meses, la capital colombiana será evidencia absoluta de la anterior afirmación.

Específicamente, para el trimestre de septiembre, octubre y noviembre de 2021, se estima un incremento de las lluvias entre el 10% y el 20% sobre la región Andina, el altiplano cundiboyacense, Norte de Santander, centro-norte de Huila y Quindío.

No obstante, las precipitaciones más fuertes podrán darse entre octubre y noviembre en la región Andina y Caribe con valores hasta del 60% o 70% sobre el nivel normal. Aún así, y pese a que los meses de invierno duros comenzarán en octubre, de acuerdo con el profesor del Departamento de Geociencias de la Universidad Nacional y funcionario del Ideam, Franklyn Ruiz, por las condiciones de este 2021 septiembre se puede catalogar como uno de los meses de invierno en Bogotá.

“Para septiembre se esperan precipitaciones por encima de lo normal. Septiembre es el mes de transición entre la temporada seca o de menos lluvias de mitad de año, hacia la segunda temporada de lluvias que prácticamente está centrada entre octubre y noviembre. Pero te aclaro: aunque septiembre es un mes de transición se esperan, en donde está ubicado Bogotá, precipitaciones por encima de los promedios climatológicos”, comenzó por referir el funcionario del Ideam.

Añadió que es muy probable que este trimestre termine con valores por encima de los registros históricos. Esto qué significa: que al tomar la estación de referencia del Ideam, que es el Aeropuerto El Dorado, lo normal es que en Bogotá caiga un promedio de lluvia de 73mm en septiembre; en octubre el orden es de 116mm y en noviembre suelen haber 88mm.

“Pero qué es lo que se espera: septiembre y noviembre por encima de lo normal y octubre dentro de los valores normales. Es decir, que en septiembre se superarán esos valores entre un 10% y un 20% más. En octubre se espera ese mismo valor, alrededor de 116mm, pero en noviembre se esperaría que para este año caiga entre un 10 y un 20% más de agua con respecto a ese valor”, explicó el profesor Ruiz.

Fenómeno de La Niña

Ahora, ya es claro que la razón por la cual este año la temporada de lluvias será más fuerte, es porque vendrá con el fenómeno de La Niña Oscilación del Sur que, si bien actualmente está en su fase neutra, existe una probabilidad del 69% de que se presente hacia final de 2021 e inicios de 2022.

A este respecto, un funcionario del Idiger señaló que hay un movimiento en el océano pacífico tropical que está evolucionando hacia un fenómeno de La Niña para los meses de octubre, noviembre y diciembre, y eso es lo que hace que se emitan predicciones de precipitación con registros superiores a los históricos para la última parte del año.

“Efectivamente hasta la fecha la NOAA estadounidense anunció que hay un 70% de probabilidad de entrar de manera inminente en un fenómeno de La Niña (aguas superficiales del Pacífico estén más frías de lo normal) hacia finales del año 2021, lo que en Colombia se traduce en un aumento de las precipitaciones de manera general y en particular en Bogotá, en excesos de lluvias, de nubosidad, de posibles deslizamientos durante los próximos meses, coincidiendo con la segunda temporada de lluvias del año. Es a priori improbable que sea de la magnitud de La Niña entre 2010 y 2011, y que tuvo enormes repercusiones en Colombia”, le dijo por su parte a EL NUEVO SIGLO el profesor de Cambio Climático de la Universidad del Rosario, Benjamín Quesada.

Añadió que hay entre 24 y 25 modelos que utiliza la NOAA, que prevén una intensidad menor a la de 2010-2011 y un comportamiento similar, por ahora, al fenómeno de la Niña que se presentó entre 2017-2018.

Señaló que aún así toca seguir constantemente este fenómeno dinámico, pero sí advirtió que es muy probable que en el país se produzcan fuertes precipitaciones, crecientes súbitas, inundaciones, deslizamientos de tierra, caudales torrenciales, tormentas eléctricas y vendavales.

Recomendaciones para la temporada de lluvias

El profesor Quesada, por último, recomendó que desde ya todos los sectores deben prepararse para enfrentar la nueva temporada con los protocolos de emergencia establecidos, pues desde el año 2012 el país ha venido invirtiendo varios billones de pesos en infraestructuras de mitigación, en articulaciones entre cuerpos de intervención y entes de previsión, en atención en desastres y en sistema de alerta temprana, entre otros, “pero falta”.

“Aún toca avanzar mucho en cumplir y fortalecer planes de ordenamiento territorial, reubicar a persona que están en zonas de riesgo, mejorar los sistemas de alertas tempranas con cooperación internacional,  desarrollar planes de conservación ambiental y reforestación para mitigar inundaciones y controlar estrictamente las licencias de construcción cerca a ríos, entre otras mejoras posibles”, finalizó.

Dicho esto, para esta segunda temporada de lluvias, el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático, Idiger, entidad a cargo de la atención de emergencias en la ciudad capital, entregó una serie de recomendaciones clave para evitar posibles contratiempos.

Entre las principales medidas está la de no arrojar basuras, desperdicios o escombros a canales, quebradas o ríos, pues el taponamiento de las redes de alcantarillado es lo que más incide en las inundaciones y por consiguiente los desbordamientos. De hecho, se recomienda sacar la basura en horarios establecidos.

Otra de las principales recomendaciones es que los edificios o viviendas deben contar con un buen sistema de bombeo o desagüe, y los sifones deben estar libres de basuras y con su respectiva rejilla.

Las autoridades también recomiendan asegurar los tejados y las cubiertas de viviendas, y observar si hay elementos desplazados de su lugar original como postes, árboles, cercas o muros. Puede ser indicio de una emergencia.

También es necesario que la ciudadanía observe el nivel de los ríos y quebradas y avise a las autoridades a través de la línea 123, si se observan represamiento o un aumento de los niveles de los cauces, y en caso de tormenta eléctrica, es imperativo que las personas se resguarden en lugares seguros (evitar terrazas, zonas al aire libre, árboles, torres metálicas, carpas, otros) y se apaguen los equipos electrónicos.

 “Nosotros desde el Ideam transmitimos lo que llamamos la amenaza a las unidades de gestión del riesgo, quienes a partir de esa información son los que toman las medidas de preparación para enfrentar esta segunda temporada de lluvias y ya ellos avisados sabrán cómo tienen que actuar frente a diferentes sectores como el agro, la salud, el recurso energético y estar pendientes de deslizamientos de tierra y crecidas súbitas de agua”, finalizó diciendo el profesor Ruiz.