Las marchas de esta semana dejaron una sensación real, las universidades públicas necesitan más recursos, pero se está tergiversando y evadiendo responsabilidades para conseguirlo

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EL 4 de octubre estudiantes y profesores de las universidades públicas marcharon para solicitar más recursos.  El argumento es que cada vez están más desfinanciadas y sienten que programas como Ser Pilo Paga afectan sus arcas, como siempre. La responsabilidad recae en el gobierno central. Es cierto, las universidades públicas requieren más recursos, pero también formas para que se usen adecuadamente y no se pierdan en manejos ineficientes.

Las marchas del miércoles como siempre generaron confusión ante la poca información sustentada que presentan los medios de comunicación, que se quedan con la movilización, la arenga, el grafiti en el Transmilenio o las cifras sin soportes. O algo más básico, que las marchas son contra Ser Pilo Paga y no sobre los recursos que requieren las universidades públicas.

Para entender el debate es necesario explicar, aunque cueste creer en este contexto, que ha sido el gobierno de Juan Manuel Santos el que más recursos ha destinado a las universidades públicas. Tomando el gasto público del 2013 para educación superior que aparece en el informe de la OCDE, proyectándolo con los incrementos del IPC a 2017, y comparándolo con el gasto para este año, se ha dado un incremento al menos de 1,6 billones de pesos. En adición, al presupuesto base de las universidades públicas, en 2012 se crea el CREE (Impuesto para la renta sobre la equidad) donde el gobierno da una partida a las universidades públicas por tres años, para 2015 se vuelve permanente. En 2016 se crea el IVA Social. Los recursos de estos dos impuestos no se definieron de manera exclusiva o permanente para las universidades públicas. Lo que muchos quieren es hacer la negociación por la fuerza para que todos esos recursos sean para las universidades y se vayan a la base presupuestal de conformidad con la Ley 30.

Por otra parte, para hacer la situación más dramática se han presentado informaciones inexactas y obviando problemas complejos al interior de las universidades.

1. Se afirma que la Universidad Nacional se está cayendo a pedazos: no es cierto, hay unos edificios con fallas, pero ya hay un plan de recuperación, de construcción de nuevos edificios y se creó la estampilla de la Universidad Nacional. Todo apunta a recuperar y ampliar la infraestructura en los próximos años.

2.Se busca acabar el Programa Ser Pilo Paga, en entrevista a CM& el rector de la Universidad Pedagógica afirmó que con los recursos con los que se educan 40.000 jóvenes pobres que acceden al programa, las universidades públicas podrían dar educación a 600.000 estudiantes. ¿Qué universidad puede formar con un costo operacional de 666.000 pesos el semestre a un estudiante? Ninguna, porque cuando un estudiante paga 50 o 100 mil pesos el semestre en una universidad estatal no es que eso cueste, está subsidiado, se paga con los impuestos y realmente el costo neto de un estudiante puede estar entre los 4 y 6 millones de pesos. En la misma entrevista afirma que los recursos anuales girados al programa servirían para tapar el hueco fiscal de las universidades públicas, entonces el interés por dejar sin educación a 40.000 estudiantes pobres no es por abrir el doble o triple de cupos en las estatales sino para resolver el déficit fiscal.

¿Por qué siempre hay déficit en las universidades púbicas?

1. El asunto viene desde el decreto 1279 del año 2002 del régimen salarial y prestacional de los profesores de universidades públicas, donde la publicación de un artículo en revistas indexadas otorga un incremento sobre la base salarial de por vida. Hoy al menos 100 profesores en la Universidad Nacional ganan más de 25 millones de pesos mensuales, en 16 salarios al año, pero nadie sale a decir que eso es un despropósito, o que con ese dinero se podrían educar a miles de jóvenes. Al tener un sistema de compensaciones salariales para los profesores de planta, manejar el presupuesto de una universidad pública no se puede definir y siempre se necesitarán más recursos para pagar nómina, porque crece más que la inflación, así se acabe Pilo Paga, no se resuelve el problema.

2. Los problemas de corrupción también han afectado varias universidades, algunas   cooptadas en algún momento por el paramilitarismo, en otras, el desvío de recursos han vaciado sus arcas como ocurrió en la del Tolima o del Valle, de hecho, se responsabilizó por la falta de recursos a la profunda crisis de la Universidad del Tolima, la cual tiene un sistema donde el personal administrativo es más numeroso y más costoso que la planta docente y la mayoría corresponden a cuotas políticas. Si se quiere una universidad pública con más recursos, invertirlos mejor en sin duda el primer ejemplo a dar.

3. Los rectores deben construir una cohesión como un todo para que las universidades tengan las mejores condiciones, aprovechar el capital humano para el tema de consultoría especializadas y acompañamiento en proyectos. Ayudar a buscar recursos es la principal tarea, porque desde la gestión de nuevas leyes, impuestos y programas será posible mejorar las condiciones, pero también aprendiendo a invertir los recursos obtenidos.

*Geógrafo, magíster en Estudios Políticos. Profesor universitario. Autor y editor de libros y de revistas especializadas en educación. Sígalo en: @hurtadobeltran

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