La Procuraduría General de la Nación anunció ayer la apertura de investigación disciplinaria al comandante del Ejército, general Luis Mauricio Ospina, quien al parecer habría ordenado seguimientos e interceptaciones ilegales al profesor de inglés de su esposa. 

“De acuerdo con las denuncias publicadas en medios de comunicación, el alto mando militar presuntamente habría abusado de sus funciones y habría ordenado utilizar los servicios de inteligencia y contrainteligencia del Ejército para fines personales”, indicó el Ministerio Público. 

Agregó el ente de control que dentro del análisis se determinará si, además, el general Ospina habría ordenado un montaje, acusando sin prueba alguna a un ciudadano de pertenecer a un grupo al margen de la ley, y así justificar dichos seguimientos. 

“La Procuraduría comprobará, a través de la recolección de testimonios, pruebas y documentos, si el actual comandante del Ejército habría incurrido en faltas disciplinarias al abusar de su poder y usar los servicios de inteligencia y contrainteligencia, así como utilizar a subalternos para fines alejados a los de la institucionalidad”, señaló el organismo de control. 

Por su parte, la Fiscalía anunció en un comunicado que “con ocasión de los hechos puestos en conocimiento por un medio de comunicación, relacionados con seguimientos y otras actividades de inteligencia realizadas por un grupo de militares en contra de un profesor de inglés, se abrió investigación a través de un fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales”.

Añadió que el fiscal asignado estará acompañado de expertos en esta temática y ordenará los actos investigativos que considere necesarios para esclarecer lo ocurrido y tomar las decisiones que correspondan.

“La Fiscalía reafirma el compromiso de investigar cualquier actuación en la que se use la inteligencia del Estado para beneficio personal, en menoscabo de las garantías constitucionales y del debido proceso que les asisten a los ciudadanos”, señaló el ente acusador.

Presuntos hechos

La revista Semana señaló que el caso tiene que ver con el profesor de inglés Leonardo Colmenares, quien es muy conocido en el Ejército porque desde hace años les ha dictado clases a oficiales y traducido documentos de inteligencia y contrainteligencia.

Agrega la revista que entre los alumnos del profesor estuvo Lorena Ospina, esposa del comandante del Ejército, con quien habría forjado una amistad.

Sin embargo, indicó Semana, en los últimos días, “el ‘Teacher’, como le dicen en el Cantón Norte, en Bogotá, confirmó que el general Ospina ordenó una investigación en su contra que terminó en seguimientos ilegales. Para ello, los militares utilizaron el poderoso aparato de inteligencia y contrainteligencia del Ejército. Le crearon un expediente falso, como si se tratara de un integrante del frente Carolina Ramírez, de las Farc de ‘Mordisco’, y así pudieron usar la más avanzada tecnología de las Fuerzas Militares para ubicarlo mediante el rastreo de su teléfono celular”.

Añade el medio de comunicación que, según documentos que tiene, el comandante del Ejército quería saber por qué su esposa se reunía periódicamente con Colmenares en el Cantón Norte. 

Comunicado del Ejército

Al cierre de esta edición, ni el presidente Gustavo Petro ni el ministro de Defensa, Iván Velásquez, se habían pronunciado sobre la grave denuncia contra el comandante del Ejército.

Por su lado, el Ejército expidió un comunicado en el cual indicó que “las misiones de inteligencia y contrainteligencia son diferentes; están claramente consignadas en la Ley Estatutaria 1621 de 2013. En el caso específico de la función de contrainteligencia, las actividades buscan anticipar, prevenir, detectar y neutralizar acciones para proteger al personal, las instalaciones, el material y la información”.

Agregó que es allí donde se sustenta la facultad del comandante del Ejército para ordenar a la Unidad Militar de Contrainteligencia adelantar actividades de verificación, frente a una información que alerta sobre una posible vulneración de la seguridad e integridad del comandante y su núcleo familiar y, de manera general, a la comunidad que vive y transita diariamente en los cantones militares y académicos ubicados en el norte de la capital. 

Dijo el Ejército que “las acciones de verificación amparadas en el ordenamiento jurídico vigente, que no corresponden a una operación de contrainteligencia, finalizaron el pasado mes de agosto sin elementos de juicio para continuarlas”.