Miembros de la comunidad indígena Embera tomaron la Calle 26 este miércoles 29 de noviembre, marcando un desafío a la normalidad del tráfico vehicular y evidenciando sus inquietudes respecto al tratamiento gubernamental.
En la mañana de hoy, aproximadamente 60 personas pertenecientes a la comunidad indígena Embera ocuparon la Calle 26, expresando su descontento y exigiendo respuestas de la Alcaldía de Bogotá, encabezada por Claudia López. Las demandas, relacionadas con presuntos incumplimientos en su estadía en la capital, generan un impacto directo en la movilidad de la ciudad.
El desplazamiento de los manifestantes por este corredor vial resultado en congestiones significativas para los conductores de vehículos particulares y de servicio público. Para garantizar la seguridad de los participantes, el grupo especial Gogev fue desplegado para acompañar la marcha, mientras las autoridades de tránsito trabajan arduamente para controlar la situación y restablecer la normalidad en la vía.
A pesar de la afectación en la Calle 26, se comunica que el servicio de Transmilenio no se ha visto impactado, y las estaciones continúan operando con normalidad. Se insta a los conductores a ejercer paciencia y a explorar vías alternas como la Avenida Caracas y la Avenida NQS.
Esta manifestación, que se suma a otras movilizaciones previas de la comunidad Embera en la ciudad, destaca la persistencia de sus demandas y la urgencia de abordar las condiciones que motivan estas acciones. La Alcaldía de Bogotá enfrenta así el reto de gestionar estas tensiones de manera efectiva, buscando soluciones que resuelvan las preocupaciones planteadas por la comunidad indígena.
En un segundo episodio de movilización, un contingente de aproximadamente 80 personas Embera retornaron a las calles, marchando hacia el Occidente de la ciudad. Esta acción, que busca condiciones dignas y una reubicación, demuestra la continuidad de sus exigencias y su determinación por hacerse escuchar en la esfera pública.
El bloqueo de la Calle 26 en sentido oriente-occidente ha tenido repercusiones directas en la movilidad hacia el aeropuerto El Dorado, afectando a viajeros que podrían experimentar problemas para llegar a tiempo a sus vuelos. Rutas alternas como la avenida La Esperanza, carrera 68, carrera 30 y la avenida ciudad de Cali son recomendadas para mitigar el impacto del trancón en el occidente de la ciudad.
En medio de esta compleja situación, la comunidad indígena Embera busca diálogo y respuestas con su marcha hacia la Unidad de Víctimas, subrayando la necesidad de abordar temas cruciales relacionados con su retorno a tierras y su estadía temporal en Bogotá. La atención gubernamental y la gestión de estas demandas se presentan como desafíos fundamentales en el actual escenario urbano de la capital colombiana.