Hasta última hora de la gestión de Juan Manuel Santos se extendió la polémica acerca de si se trató de un gobierno derrochón como lo calificó el Centro Democrático.
El exsenador uribista Alfredo Ramos ratificó en el calificativo argumentando que, en primer lugar, les entregó los manejos públicos a los contratistas más grandes del país “y eso le hizo mucho daño, porque desperdició la bonanza petrolera y el crecimiento económico que le habían dejado”.
Señaló Ramos que en la actualidad no se ven grandes obras y no se ven diferencias con el país que recibió Santos.
“Los índices de pobreza apenas se redujeron, el crecimiento en materia de empleo no fue significativo, el crecimiento económico fue paupérrimo”, enumeró Ramos.
Para el excongresista, cuando no hay transparencia se crean una gran cantidad de cargos públicos para mantener la clientela política, lo que termina reduciendo la inversión.
“Esa es una demostración de un pésimo manejo económico, especialmente en el orden nacional que nos afectó a todos los colombianos”, sostuvo.
Manifestó el exlegislador que el gobierno que termina sale mal librado si se revisan los indicadores básicos, como por ejemplo la manera como ha aumentado la deuda o el tema básico como el número de contratistas y de nuevos empleados.
“Cuando uno ve el número de empresas nacionales que se vendieron, como Isagén, demuestra que el manejo de las finanzas públicas está por verse”, anotó.
Entre tanto, la directora de Función Pública, Liliana Caballero, desmintió las versiones que califican de “derrochón” el gobierno de Santos y afirmó que, de hecho, en los últimos ocho años lo que hubo fue una disminución en el número de entidades públicas creadas.
“Se dice que duplicamos las entidades cuando la realidad es que pasamos de 197 en 2010 a 191 desde 2014 (…) este Gobierno siempre trabajó implementado una política seria de austeridad y así lo haremos hasta el último día”, dijo Caballero.
De igual forma, la directora añadió que en cuanto a creación de cargos administrativos “está comprobado que somos un Estado muy pequeño para un territorio tan grande como el nuestro con tantos desafíos. En estos años creamos 30 mil cargos en la Rama Ejecutiva para un total de 147 mil, lo cual sigue siendo muy poco para un país con 50 millones de habitantes”.
Según el informe de rendición de cuentas, entre 2010 y 2018 el Gobierno creó un total de 35 entidades, fusionó 41, transformó 14, y liquidó cinco: Caprecom, la Dirección Nacional de Estupefacientes, el DAS, el Incoder y la CRES.
“Función Pública es el cuarto de máquinas del Estado colombiano que mucha gente no ve, pero que está ahí para que todo funcione como debe ser. Nosotros coordinamos la gestión de más de seis mil entidades del Estado, los temas de transparencia, servicio al ciudadano, control interno, gestión y desempeño institucional”, explicó Caballero.
Y añadió que la entidad tiene a cargo “la aprobación de todos los trámites del Estado que hace la ciudadanía. (…) por eso, los invito a que nos informen sobre los trámites que no se estén haciendo de manera adecuada o aquellos que consideran deberían tener nuestra atención para mejorarlos o suprimirlos”.