El anuncio de las reformas laboral y pensional lideradas por el Gobierno Nacional en cabeza del presidente Gustavo Petro ha generado múltiples dudas en diversos sectores productivos y aún sin establecerse de manera definitiva ha provocado crisis en varios de ellos.
Un claro ejemplo es el sector de los bares y restaurantes, referentes importantes del mercado a nivel nacional. Bajo esta premisa, EL NUEVO SIGLO habló con Camilo Ospina Guzmán, presidente de la Junta Directiva de la Asociación de Bares (Asobares) Colombia, y Guillermo Gómez, presidente ejecutivo nacional de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodres), sobre las afectaciones en sus sectores.
Asobares, con su Dirección de Estudios Económicos, realiza mensualmente un informe sectorial y trimestralmente el Observatorio Económico con el que se mide el pulso a los negocios de sus afiliados.
“Con ello podemos afirmar que el 72.73 % de los establecimientos han presentado una reducción en sus ventas en lo corrido del año, de los cuales el 53.25 % han visto reducciones superiores al 20 % en el primer semestre. Agosto y septiembre no han sido la excepción en esta reducción, teniendo disminuciones entre el 10 y el 15 % para agosto y del 25 % para septiembre, tradicionalmente un mes que tiene reducciones del 11.69 %”, explicó a este diario el presidente de Asobares.
En este sentido, señaló que a nivel de afiliados no se han reportado cierres de establecimientos. No obstante, enfatizó que a la fecha, para el cuarto trimestre del año, preocupa que el 14 % de los empresarios afirman que, de continuar la tendencia en reducción de ventas, podrían llegar a cerrar.
Otro aspecto relevante para la industria corresponde a la disminución de la asistencia a los bares, teniendo en cuenta el incremento en los costos de licores y demás productos relacionados con el sector.
“Desde enero de 2023, la inflación de bebidas alcohólicas se ha incrementado cerca del 12 %, la de alimentos y bebidas no alcohólicas aunque descendiendo, se sitúa superando el 13 %. El 92 % de los afiliados han tenido que incrementar los precios de venta, de los cuales el 69.3 % lo hicieron menos de un 10 %, lo que ha generado una asunción de los costos por parte de los empresarios vía rentabilidad de los negocios”, sostuvo.
En lo que respecta a la incertidumbre de los proyectos de reforma laboral y pensional, Ospina señaló que desde el gremio consideran que en un contexto de desaceleración de la demanda como el actual, cualquier incremento en costos laborales producirá un efecto negativo en la generación de empleo o en los cierres de establecimientos.
“Por tal razón, hemos solicitado y presentado al Ministerio de Trabajo y al Congreso de la República un trato preferencial para sectores intensivos en jornadas nocturnas y los fines de semana, que son los que mayores incrementos tienen en el proyecto de reforma laboral”, explicó.
El análisis de la industria de restaurantes
Guillermo Gómez, presidente ejecutivo nacional de Acodres, explicó a EL NUEVO SIGLO que hay una afectación por ambas puntas del negocio, es decir, tanto de los costos de operación, como de ventas.
“En costos de operación ya anualmente llevamos un aumento superior al 30 % en lo que tiene que ver con materias primas, servicios públicos y arriendos. Por el lado de la venta, como aumentan permanente nuestros costos hemos tenido que aumentar en promedio seis veces los precios de los menús y esto ha ocasionado una caída en ventas del 24 % y una caída en visitas a restaurantes del 14 %. Obviamente esto amenaza mucho la sostenibilidad de restaurantes, especialmente los formalmente constituidos, entendiendo que al tener que asumir impuestos, seguridad social y otros costos regulatorios, no pueden estar en una posición tan cómoda como la que tiene un establecimiento informal que no tiene que pagar estos costos”, advirtió.
En este sentido, señaló que en agosto el gremio recibió el primer reporte de cierre de restaurantes, correspondiente a 28, y en el mes de septiembre un reporte parcial de cinco restaurantes cerrados.
“Hay personas que dicen que no entienden que el gremio se esté quejando de su situación cuando ven restaurantes llenos. Hay que decir que hay restaurantes que son líderes en el sector, muy posicionados, lo que les permite mantener una aforo alto, pero no es el caso de la mayoría. A pesar de que se mantiene la asistencia a restaurantes, la gente que va está consumiendo menos, de tal manera que la asistencia al restaurante no se traduce automáticamente en generación de ingresos”, explicó.
La incertidumbre de las reformas gubernamentales los ha impactado de manera real en lo que tiene que ver con la ley que a partir de este año va recortando año por año una hora a la semana de la jornada laboral.
“Eso para nosotros ya significa un impacto moderado; el impacto gradual del primer año no es tan significativo, pero sí nos impacta entendiendo todo este aumento permanente de costos de la materia prima, los arriendos y los servicios públicos, pero claramente año a año va a seguir impactando. Hay que recordar que este fue un proyecto impulsado por el Centro Democrático en cabeza del expresidente Uribe y con el cual tenemos serias diferencias”, enfatizó.
“Si bien la intención del proyecto era proveer más bienestar a la gente permitiéndole estar más horas de tiempo con su familia, en Colombia el bienestar de un trabajador se traduce en ingresos. De nada nos sirve tener a la gente más horas con su familia, si no están recibiendo ingresos que les permitan aportar bienestar y cubrir sus necesidades básicas y de recreación”, agregó.
El segundo elemento está relacionado con el proyecto de ley en curso de la reforma laboral que fue radicado de nuevo por el Gobierno Nacional, en el que Acodres ve tres asuntos críticos.
“El primero, otro encarecimiento de la contratación formal en términos de aumentar los recargos nocturnos y los dominicales, entendiendo que este es un sector que viernes, sábado y domingo es donde tiene un buen volumen de ventas, así que ponen aún más en crisis al sector gastronómico. El otro aspecto tiene que ver con la estabilidad reforzada, pues brinda unas garantías al trabajador que dejan imposibilitado al negocio de despedir a una persona que no está rindiendo o que esté teniendo conductas indebidas en la empresa, dejándole la decisión a un juez. Esto deteriora mucho las dinámicas operacionales internas, les permite a personas que cometen faltas asegurarse el empleo sin importar el daño que le hagan a la empresa y deja maniatadas a las empresas frente a las decisiones de despido”, indicó Gómez.
El tercer elemento que preocupa al gremio tiene que ver con el principio de solidaridad, que rompe el ordenamiento colombiano, en donde se establecen las responsabilidades desde los criterios de dar, hacer y no hacer.
“Me refiero a que un restaurante puede terminar respondiendo por situaciones que se presentan entre trabajadores de diferentes proveedores sin tener injerencia directa en la responsabilidad. Entonces son tres elementos que debemos y estamos presentando en el Congreso de la República para que se consideren con especial atención. No podemos olvidar que además de la coyuntura difícil que estamos asumiendo los empresarios, nuestros sectores son en un 98 % micro y pequeña empresa. Frente a la reforma pensional, el gremio no tiene un comentario porque no hay ningún elemento del texto que hayamos identificado que mejore o deteriore los términos de operación de los establecimientos gastronómicos”, sostuvo.
DESTACADO
“A pesar de que se mantiene la asistencia a restaurantes, la gente que va está consumiendo menos, de tal manera que la asistencia al restaurante no se traduce automáticamente en generación de ingresos”: presidente de Acodres