Se lograron consultar por zona, al 96,6% microrregiones rurales y 83,3% urbana estratos del 1 al 4
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La última Encuesta Longitudinal Colombiana de la Universidad de los Andes, ALCA, revela que uno de cada tres hogares cambió su lugar de residencia a otro municipio o vereda al menos una vez en el periodo comprendido entre 2010-2016.
En 2013, un 20,2% de los hogares había migrado entre 2010 y 2013, tres cuartas partes de estos a otra área rural, ya sea a otra vereda dentro del mismo municipio o a otro municipio, y una cuarta parte a áreas urbanas. En 2016, los porcentajes son similares: 21% de los hogares migró entre 2013 y 2016, 65% de estos a áreas rurales y 35% a áreas urbanas. La migración fue primordialmente entre áreas rurales.
Señala el informe que dicha migración a áreas rurales similares y cercanas tiene bajos costos pero muy probablemente unos bajos retornos.
Señala que un 31,3% de los hogares rurales son migrantes y, de éstos, un 31,4% migraron en los dos periodos. Una tercera parte de quienes migraron en los dos periodos retornaron entre 2013 y 2016 a su municipio de origen en 2010. La magnitud de la migración en los hogares urbanos es sustancialmente menor: cerca de 9% de los hogares urbanos cambió su lugar de residencia a otro municipio en al menos una ocasión.
La gran mayoría de estos movimientos, un 81% en 2013 y un 77,4% en 2016, se dieron a otras áreas urbanas, y aunque son menos frecuentes que en la muestra rural, tienden a cubrir distancias significativamente mayores. La alta migración a otras áreas urbanas sugiere que decisiones de inversión y no de mitigación de choques son el principal motivo de migración de los hogares urbanos.
Consumo
El comportamiento del consumo agregado de los hogares que migran a áreas urbanas muestra que éste aumenta, mientras el consumo de quienes migran a áreas rurales se mantiene estable (denotando una suavización del consumo exitosa) o disminuye un poco. Esta situación pareciera señalar que los costos y el acceso limitado a los mercados financieros son obstáculo a la migración. La ausencia de mecanismos que permitan asegurarse contra riesgos futuros implica a que la migración es usualmente una estrategia de mitigación expost de choques negativos. Dicha migración no es necesariamente deseable y se podría evitar con un mejor aseguramiento frente a choques negativos y un mayor acceso a los mercados financieros.
Gastos
Entre el 2010 y el 2016 los hogares aumentaron sus gastos en un 6%. Sin embargo, este número esconde una gran heterogeneidad entre las distintas regiones. La región Atlántica, por un lado, presenta un sostenido incremento del gasto a través de las tres rondas de encuesta de la ELCA. Entre el 2010 y el 2016 los gastos de esta región crecieron en un 20,17%.
Por otra parte en las cuatro microrregiones rurales, el crecimiento real del gasto per cápita entre el 2010 y el 2016 es de 25,9%. Si se observa el comportamiento del gasto a nivel regional se encuentra que en centro-oriente hay un crecimiento en su gasto de 74,66% entre el 2010 y el 2016. Las microrregiones del Eje Cafetero y Atlántico medio exhiben también un importante crecimiento de su gasto: 34,72% y 25,15% respectivamente.
Pobreza monetaria
Al analizar el comportamiento de la pobreza monetaria se observa que todas las regiones, tanto en áreas rurales como urbanas, han experimentado una sostenida reducción en el porcentaje de hogares que están por debajo de la Línea de Pobreza. Mientras que en el 2010 el 39,8% de los hogares en zonas urbanas vivía por debajo de la Línea de Pobreza, en el 2016 este número pasó a ser 26,5%. Las zonas rurales presentan una situación aún mejor. En el 2010, el 49% de los hogares estaban por debajo de la Línea de Pobreza; para el 2016, este porcentaje de hogares fue de 31,05%, lo cual corresponde a una reducción de 18 puntos porcentuales en 6 años.
No obstante, vale la pena resaltar que esta reducción en los hogares que viven por debajo de la Línea de Pobreza no ha tenido el mismo ritmo a lo largo de los 6 años de análisis. Entre el 2010 y el 2013 ocurrió una reducción mucho más fuerte que en los tres años siguientes. Si bien esto puede considerarse como un fenómeno normal - es marginalmente más costoso/difícil sacar a un hogar de la pobreza- es también una muestra de las dificultades que va a afrontar la política social a futuro. Una mirada más general de la pobreza debe considerar las condiciones que los hogares forman bajo la ayuda de programas sociales para que la salida de la pobreza perdure y sea sostenible.