No habrá prosperidad sin seguridad democrática | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Febrero de 2012

Quisiéramos los colombianos que los atentados terroristas que sufren los diferentes “convoyes” de camiones cargados de petróleo en los Llanos orientales, fueran una alarma para el Gobierno en la necesidad de seguridad. Pero nos frustra que dichos actos terroristas no logran trasnochar al presidente Santos, tal vez porque suceden a kilómetros de distancia de la Casa de Nariño.
Primer procedimiento. Recordemos que el año pasado, tras el secuestro de unos ingenieros de una compañía petrolera, el presidente Santos reaccionó con un publicitado operativo militar en la zona del secuestro, a la vez que amenazó a las compañías mineras con expulsarlas del país en caso de que llegaran a pagar una extorsión - éste último movimiento poco más populista que el primero-. Si de responder con seguridad a estas empresas se tratara -y no sólo de una maniobra para bloquear una reducción en los índices de popularidad que parecen haber preocupado más al Mandatario en aquél entonces- hoy no estaríamos lamentándonos de estos hechos, que algunos pueden ver como insignificantes.
Cuestión de apreciación. Y es que esta situación ya es de apreciación de los inversionistas alrededor del mundo. Es así como el reporte londinense de la compañía Business Monitor International titulado “Colombia oil y gas report. Q1, 2012”, advierte en su página 9, en el análisis SWOT, que una de las debilidades de nuestro país es la seguridad, en la medida en que las Farc y otros grupos terroristas mantengan poder en grandes partes del territorio.
La conclusión. Concluye este valioso documento que corre peligro la sostenibilidad del incremento en la producción de petróleo, tras los ataques y extorsiones de que son víctimas las compañías del sector de hidrocarburos.
Este documento plantea que Colombia necesita de ingenieros experimentados para seguir en aumento en la producción petrolera. ¿Será que el presidente Santos se pregunta cuántos ingenieros están dispuestos a arriesgarse al secuestro?
¿Olvido? Parece que el Gobierno olvidara que la seguridad democrática fue el factor previo a afianzar la confianza inversionista, de cuyos resultados se vanagloria hoy el gobierno del presidente Santos.
¿Cuántas compañías, como la Occidental Petroleum Company (OXY), pueden decidir reducir su operación tras violentos ataques como los que ha recibido dicha compañía en el oleoducto de Caño Limón-Coveñas, del cual es un importante participante accionista?
Azote cotidiano. En la actualidad, las extorsiones son “el pan de cada día” de las empresas petroleras, las mineras en general, las del sector transporte y la gran cantidad de empresas que han quedado expuestas a las amenazas de los grupos violentos, y desprotegidas tras unas Fuerzas Armadas temerosas. ¿Será esta suficiente alerta de que la confianza inversionista puede verse resquebrajada en Colombia?
Esperemos que, diferente al año pasado, Santos atine a concentrarse en los problemas de seguridad del país: quienes seguimos de cerca dicha problemática vemos lo retroceder a situaciones de inseguridad que no fueron la regla cuando el actual mandatario oficiaba como Mindefensa del gobierno Uribe.