Nuevo mapa político | El Nuevo Siglo
Lunes, 12 de Diciembre de 2011

Las últimas asambleas políticas celebradas por el Partido Liberal y su constituyente y las reuniones paralelas del partido de La U, que se hicieron como antídoto a un cisma que se estaría promoviendo por los dirigentes que se amañan donde no están, como Amando Benedetti, quien a pesar de todo también resultó en la otra asamblea, son el medidor de fuerzas entre el presidente Santos, quien quiere asegurarse con el apoyo del liberalismo, el pastranismo y Cambio Radical, y el llamado uribismo puro.

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En la otra esquina. El ex presidente Uribe quiere sostener su organización política para las contiendas venideras sobre dos pilares: el conservatismo uribista y el partido de La U.

Por el centro, el ex presidente Samper --protagonista de la “Reconstituyente” liberal-- quiere recoger los restos del Polo, la izquierda liberal de Piedad Córdoba y su propio sector que siempre lo acompaña. 

Santos quieren aparecer como el resucitador del liberalismo. Así lo demostró desde el 7 de agosto de 2010 cuando se alió con los más enconados adversarios de Uribe, poniéndole un muro a lo que el ex presidente pretende  fomentar.

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¿Jefatura de Serpa? La presencia del presidente Santos, al lado del gobernador Horacio Serpa, en el sepelio de los cuatro muertos de Tona, Santander, en otra de las tragedias invernales, presagiaba vientos desfavorables para la jefatura liberal del saliente mandatario santandereano. El sábado, en la “Reconstituyente”, la gente pedía a Serpa. Y el domingo los “neoliberales santo-gavirista” imponían al delfín Simón Gaviria contra el querer de Ernesto Samper.

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Discriminatorios. El anuncio del presidente Santos formulado en las inundaciones de Bogotá, consistente en una ayuda de millón y medio de pesos a cada familia afectada por la emergencia, tiene tanto de largo como de ancho.

Esta oferta es discriminatoria puesto que igual derecho tienen los damnificados por los embates de la naturaleza en el Barrio Cervantes, de Manizales; La Gabriela, de Bello; los pobladores de La Virginia, Risaralda; Gramalote, en Norte de Santander y las familias desplazadas de las riberas del Magdalena y el Cauca. Todos quieren su milloncito y medio.

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Populismo. El presidente Santos no puede a motu propio ofrecer a un sector de Bogotá unos auxilios que salen directamente del erario público. Existe una marcada discriminación populista encaminada a frenar el rechazo que recibió su presencia en las zonas anegadas cuando le reclamaban por sus ofrecimientos mediáticos. Desesperados ante las proporciones de la emergencia, algunos inquilinos de Ciudad Kennedy denunciaron que los propietarios de los apartamentos desean que les desocupen cuanto antes para, pasándose de listos, exigir para ellos el millón y medio.

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Rifirrafe. Continúa el enfrentamiento entre la contralora Sandra Morelli y el ministro Juan Carlos Echeverry. En Semana, la funcionaria llamó al rector de las finanzas el “Juan Carlos primero”, pues sus posiciones frente al tema de la famosa mermelada lo ubican como el árbitro de las regalías que quiere apoderarse de ese potosí para mantener el control político del congreso y todos los entes territoriales.