Lo de menos
En una de estas columnas publicada en febrero de 2010 a propósito del derrocamiento del entonces presidente de Nigeria, Mamadou Tandja, se echaba de menos la claridad de otros tiempos, cuando “estaba claro que democracia y golpes de Estado eran absolutamente incompatibles. (Cuando) ningún demócrata habría aprobado jamás un golpe, convencido además -como si se tratara de un dogma- de que todo putsch carece de legitimidad y deriva inevitablemente en dictadura”.