A 10 meses de las urnas, centroderecha no tiene cartas fuertes | El Nuevo Siglo
Foto Archivo ENS, Alcaldía de Barranquilla y Concordia
Viernes, 21 de Mayo de 2021
Redacción Política

A un año de la votación para la primera vuelta de las elecciones presidenciales e, incluso, a menos de 10 meses de las consultas populares interpartidistas en que las coaliciones escogerán a sus candidatos únicos para competir por la sucesión en la Casa de Nariño, la centroderecha no tiene uno o varios nombres fuertes sobre la mesa que le aseguren una oportunidad real para pelear por la sucesión de Iván Duque.

Si bien al comienzo del año también existía esta inquietud en los partidos de ese espectro político, se pensaba que el asunto se solucionaría finalizando el primer trimestre o, como máximo, a finales de mayo. ¿Por qué? Se daba por seguro que antes del día 29 de este quinto mes de 2021 dos de las cartas más fuertes del Gobierno ya habrían dado un paso al costado y estarían listos para lanzar sus eventuales precandidaturas.

Sin embargo, confirmando la premisa de que en política nunca nada se puede dar por descontado, el panorama cambió radicalmente: a finales de enero lamentablemente el covid-19 cobró la vida del entonces ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, de quien se decía estaba decidido a dimitir y postularse de nuevo, como en 2017, al proceso de escogencia del aspirante único presidencial del Centro Democrático. No hay que olvidar que el también excanciller llegó hace cuatro años a la última ronda de las encuestas eliminatorias del uribismo para elegir a su candidato, perdiendo en la instancia definitiva con Duque.

Fallecido Trujillo, entonces todas las miradas se dirigieron de forma natural y obvia a la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, quien desde el mismo momento en que ella y el hoy Jefe de Estado le ganaron el balotaje final a Gustavo Petro en junio de 2018, ya estaba ubicada en el partidor de las candidaturas para 2022. De hecho, la segunda a bordo, el aspirante de la Colombia Humana y Sergio Fajardo se veían desde entonces como cartas seguras para esta nueva contienda proselitista.

Es más, si algo han demostrado las encuestas de los últimos meses es que Petro y Fajardo se alternan el liderato de las preferencias presidenciales, en tanto Ramírez, si bien lejos de esos dos punteros, asomaba como la aspirante más fuerte en la baraja de posibles aspirantes de la centroderecha. Aunque en los escenarios de primera vuelta se venía descolgando, en los de segunda era el nombre con más peso a la hora de contraponerla con los aspirantes de las coaliciones de izquierda y centroizquierda.


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Sin embargo, tras muchas semanas de expectativas y especulaciones en uno y otro sentido, el miércoles por fin se despejó la duda sobre la Vicepresidenta: no solo se queda en el cargo sino que asumirá la Cancillería en un momento bastante complicado para la imagen exterior del Gobierno y el país en general por cuenta de la ola de protestas de las últimas tres semanas.

Así las cosas, mientras que Petro y Fajardo se han ido posicionando -en medio de polémicas entre ellos y hasta procesos judiciales-, los partidos de la centroderecha, cuya coalición principal está en el poder, perdieron a dos de sus cartas más fuertes, con el agravante de que ya no se puede hablar de una campaña electoral tempranera, pues faltan menos de 10 meses para los comicios del 13 de marzo, cuando junto a las parlamentarias se realizarán las consultas interpartidistas.

¿Y ahora?

Es evidente que ante ese escenario todos los partidos y sectores de la centroderecha deben empezar a moverse más rápido.

De entrada, es claro que la no postulación de Ramírez obliga al Centro Democrático a acelerar la definición de su estrategia presidencial. Como se sabe, allí hay varias voces que vienen urgiendo las reglas del juego para la escogencia de su aspirante a la Casa de Nariño, advirtiendo incluso que dejar ese proceso para finales de este año podría ser riesgoso, sobre todo por el fortalecimiento de Petro y Fajardo en las encuestas y su alta exposición mediática.

Todo depende, claro está, del criterio del expresidente Álvaro Uribe, quien ha pedido a los dirigentes de ese partido que quieren ser precandidatos que se muestren ante la opinión pública. Sí, ya hay algunos nombres sobre la palestra (sobre todo de senadores y de un hijo del exmandatario) pero lo cierto es que muchas de las apuestas en el Centro Democrático apuntan al exministro y excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga.

Si bien en las toldas uribistas se da por seguro que el dirigente caldense se postulará en el tercer trimestre, consideran que sin rivales directos como Trujillo y Ramírez debería apresurar su lanzamiento. Incluso hay quienes insisten en acelerar la escogencia oficial de Zuluaga como candidato único, en lugar de desgastarlo en procesos internos con otros precandidatos uribistas que no tienen el peso específico para ganarle al exministro, que ya en 2014 sacó 7 millones de votos y estuvo a punto de superar al entonces presidente-candidato Juan Manuel Santos.


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Pero no es la única colectividad que tras la decisión de la Vicepresidenta (que participó en los comicios presidenciales de 2014 y 2018) prendió alarmas. Por ejemplo, el Partido Conservador sufrió un duro revés en su aspiración de tener candidato único para 2022, ya que sus principales apuestas estaban en volver a apoyar a Ramírez. Si bien viene desarrollando una precampaña presidencial con nombres como los de los exministros Juan Carlos Pinzón, Mauricio Cárdenas o Juan Carlos Echeverry, sin duda dirigentes con mucha experiencia y reconocimiento, es claro que poco marcan en las encuestas recientes.

En Cambio Radical, de otro lado, crecen las voces que piensan que al perder el sector de la centroderecha opciones como las de Trujillo o Ramírez, debería insistírsele al ex vicepresidente y candidato presidencial en 2018, Germán Vargas Lleras, que considere la posibilidad de volver a postularse dado que se trata de un dirigente con un peso específico político muy sólido.

En cuanto a La U, se sabe que su directora, Dilian Francisca Toro, ha dicho que están en proceso de definición de la estrategia para escoger candidato propio, pero salvo su nombre no asoman todavía otros perfiles allí.

En los partidos de origen cristiano, que hoy hacen parte de la coalición gubernamental, también ya hay precandidatos lanzados pero es claro que no marcan sustancialmente en las encuestas.

¿Y los exalcaldes?

La incógnita continúa siendo en dónde ubicar a los exalcaldes y exgobernadores que han tratado de conformar un bloque político que sirva de plataforma para una eventual coalición en las presidenciales. Es claro que Alejandro Char, Federico Gutiérrez, Enrique Peñalosa, la ya mencionada Toro o Luis Pérez, son perfiles que se ubican del centro hacia la derecha del espectro político. No se ve a ninguno de ellos haciendo alianzas con Fajardo (cuya coalición trata de afincarse en una especie de centro radical) ni mucho menos con Petro, asentado en la izquierda.

Para algunos analistas parecería claro que al no estar sobre la mesa nombres fuertes del uribismo ni del conservatismo, entonces esa coalición de exalcaldes toma más viabilidad, incluso para que alguno de sus nombres termine siendo cobijado por uno o varios de los partidos de este sector.

¿Y el Partido Liberal? No se le puede ubicar fácilmente en la centroderecha. De hecho, de lo dicho por su director único, el expresidente César Gaviria, se le ve más cerca a tendencias de centro, aunque está claramente en contravía con Fajardo y, por el contrario, impulsa la posibilidad de que el partido apoye un nombre como el del exministro y rector de los Andes, Alejandro Gaviria, que insiste en no lanzarse.

Así las cosas, lo único que queda claro es que a la o las coaliciones de centroderecha se les empieza a acabar el tiempo para poner sobre la mesa nombres fuertes para competir por la sucesión presidencial. En Ecuador -y muy posiblemente en Perú-, esta tendencia empezó la primera vuelta perdiendo ante la izquierda y solo en la segunda el bloque de centro y derecha se hizo sentir y ganó. ¿Pasará lo mismo en Colombia?