5 grandes temas que impactan campaña presidencial | El Nuevo Siglo
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Martes, 1 de Marzo de 2022
Redacción Política

La campaña presidencial ya entró en la recta final. En 13 días tendrá lugar el primer pulso en las urnas, cuando las coaliciones se medirán en las consultas internas para escoger a su candidato único de cara a la primera vuelta que se realizará el 29 de mayo.

Las últimas dos semanas han sido particularmente movidas en la contienda política, en especial por una serie de hechos exógenos al devenir proselitista. Sin embargo, cada uno de ellos tiene un impacto determinante en la psiquis del elector, a tal punto de que varios analistas consideran que son tantas las implicaciones que incluso podrían variar el ajedrez de la campaña y redireccionar una importante cantidad de votos.

EL NUEVO SIGLO presenta los cinco principales hechos que están en los últimos días:

1. El factor Putin:

La invasión a Ucrania por parte de las tropas rusas está teniendo un impacto innegable en la campaña presidencial colombiana. No pocos analistas sostienen que la alianza de Moscú con la dictadura venezolana está hoy por hoy en el imaginario de todos los colombianos como uno de los mayores riesgos a la seguridad territorial, política, de orden público e incluso electoral. Es un temor que ha tomado más eco en las últimas semanas debido a las polémicas alrededor de posibles maniobras militares y de espionaje que se estarían realizando desde Venezuela en zonas de frontera con nuestro país. Incluso los gobiernos Duque y Putin intercambiaron señalamientos y réplicas al respecto, y la vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez, se reunió con el embajador de Rusia en Bogotá frente a ello.

Sin embargo, las versiones sobre una presunta injerencia externa en la campaña electoral colombiana no han cesado, e incluso el propio gobierno de Estados Unidos advirtió de este riesgo y anunció que colaboraría con las autoridades de nuestro país para neutralizarlo. Toda esta polémica ha impactado la campaña, sobre todo entre quienes ven una conexión política e ideológica entre el candidato presidencial Gustavo Petro con el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, y de este con Putin. Esa presunta ‘troica’ ha sido utilizada por candidatos de la coalición Equipo por Colombia y del uribismo para advertir el riesgo que tendría un gobierno de izquierda en Colombia. Lo que ha generado réplicas de Petro e incluso de la coalición de Centro Esperanza.

2. Paro armado del ELN:

La escalada terrorista de esta guerrilla en los últimos meses y más aún el ‘paro armado’ de la semana pasada también se ha convertido en ‘munición’ de los candidatos y precandidatos, que se han visto obligados a fijar posición sobre como atacaría a cada uno de ellos este grave problema de orden público si llegara a la Presidencia en agosto próximo. Es obvio que en un escenario electoral en donde todavía se evidencia una polarización entre partidarios y críticos del Acuerdo de Paz con las Farc, la opinión de cada uno de los actuales candidatos en torno a si abriría un acuerdo de paz con esa guerrilla o si, por el contrario, redoblaría la ofensiva militar en su contra, termina siendo un tema que puede sumar o quitar votos.

Este dilema político electoral tiene más peso si se considera que la mayoría de los aspirantes del Pacto Histórico y de la Coalición Centro Esperanza han defendido a capa y espada la salida negociada del conflicto, mientras que los aspirantes de la Centro Derecha, como Óscar Iván Zuluaga y algunos de Equipo por Colombia, se inclinan más por utilizar la fuerza legítima del Estado para reducir a una guerrilla que, como el Eln, no ha demostrado ninguna voluntad de paz real y viene incrementando su accionar terrorista. El tema Venezuela-Rusia-Eln también ha asomado fuerte en esta discusión alrededor de esta facción insurgente.

3. Despenalización del aborto:

La decisión de la Corte Constitucional, que en días pasados despenalizó la Interrupción Voluntaria del Embarazo hasta la semana 24 de gestación, también irrumpió en la recta final de la campaña. En un país de mayorías católicas como el colombiano, es claro que la postura que ha asumido cada precandidato alrededor del fallo tiene implicaciones políticas y electorales muy profundas. De hecho, no deja de llamar la atención que mientras en la mayoría de los aspirantes del Pacto Histórico y de la Centro Esperanza hubo un apoyo cerrado a la despenalización del aborto, en la franja de la centroderecha ocurrió, con algunas excepciones, todo lo contrario.

De hecho, la intención de algunos sectores de impulsar un referendo para que sea el constituyente primario el que defina este tema y no una cerrada votación de 5-4 en la Corte Constitucional, ya obligó a los aspirantes a la Casa de Nariño a empezar a tomar posición respecto a si votarían por el SÍ o por el NO en cuanto al aborto y en qué casos no debería ser considerado un delito.

Tratándose de un tema que atañe directamente a valores religiosos y éticos, así como a derechos como el de la vida, la salud, la libre autodeterminación e incluso los de igualdad de género y de derechos reproductivos, es evidente que muchos potenciales electores pueden estar ratificando o cambiando de postura política según lo que vaya definiendo cada uno de los aspirantes en un tema tan delicado en múltiples aspectos.


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4. Crecimiento económico del 10,6%:

Paradójicamente, el crecimiento de la economía en 2021, que marcó un hito histórico, terminó convirtiéndose en un insumo clave de la contienda presidencial. Lo anterior porque ha sido evidente que mientras algunos candidatos y precandidatos han resaltado y defendido a capa y espada el proceso de reactivación económica tras el duro coletazo de la pandemia, incluso señalándolo como una prueba evidente de que el país no debe cambiar de rumbo político ni ideológico, otros aspirantes a la Casa de Nariño han utilizado ese dato del 10,6% para alegar que Colombia sí necesita un redireccionamiento ya que la recuperación productiva no se está viendo reflejada en igual proporción en los sectores más vulnerables, que es donde están concentrados preferencialmente los índices de desempleo y pobreza.

Una prueba de esta polémica se ha dado en los debates en torno a cuál debería ser el modelo económico y social del país, en donde queda claro que aspirantes como Gustavo Petro, Jorge Enrique Robledo, Sergio Fajardo o Alejandro Gaviria plantean fuertes reformas en ambos aspectos; y que candidatos como Óscar Iván Zuluaga, Federico Gutiérrez y otros son de la tesis de mantener el rumbo pero con algunos ajustes que permitan una mejor redistribución del ingreso. Precisamente, ese crecimiento del 10,6% revivió el cruce de acusaciones entre derecha e izquierda sobre las falencias y ventajas de los modelos capitalista y socialista, aplicables en Colombia.

5. Avance contra la pandemia:

La decisión del Gobierno, la semana pasada, en torno a permitir que 450 municipios puedan empezar a dejar de lado el uso del tapabocas en lugares abiertos, es evidente que es una de las mejores noticias tras dos años de emergencia sanitaria. Sin embargo, este tema no ha dejado de generar controversia entre los aspirantes a la Casa de Nariño.

De un lado, se ha discutido en torno a si es acertado o apresurado dar un paso tan definitivo en materia de desmonte parcial de protocolos de bioseguridad en momentos en que la pandemia, si bien ya superó su cuarto pico en Colombia, sigue generando miles de contagios y decenas de decesos diariamente. No han faltado, incluso, los señalamientos de algunos precandidatos al Gobierno indicando que quiere apresurar el regreso a la normalidad con un ánimo estrictamente político y electoral, esto bajo la tesis de querer mejorar sus índices de favorabilidad, ahora que le faltan pocos meses en el mandato y, de otro lado, favorecer indirectamente el voto por el continuismo político y electoral.

También se abrió un debate entre varios de los aspirantes de la Casa de Nariño en torno a si con esta mejoría epidemiológica, no debería empezarse a pensar ya en el desmonte de programas y subsidios asistencialistas creados en medio de la crisis por el covid-19. Algunos aspirantes han prometido que mantendrán dichas ayudas, volviéndolas incluso permanentes, y otros plantean empezar su desmonte de manera gradual una vez la crisis sanitaria se desactive, ya que el costo fiscal es insostenible a mediano y largo plazo.