EL NUEVO SIGLO: ¿A qué se debe que haya aumentado la conflictividad social en Colombia?
CARLOS CHARRY: Obedece a muchos factores, entre ellos los económicos, los sociales, el acceso a derechos, el cumplimiento de las agendas de los movimientos sociales, pero en el caso colombiano evidentemente hay un factor que pesa mucho y es el conflicto armado interno que vive el país, además de las transformaciones que se están viviendo desde la firma de los Acuerdos de Paz.
ENS: ¿Este fenómeno está asociado al debilitamiento de la presencia estatal en las regiones?
CCH: Sí, efectivamente con la firma de los Acuerdos de Paz ha sucedido una especie de transformación de las Fuerzas Armadas, menos dedicadas a lo combativo.
Ha habido una importantísima reorganización de los actores armados criminales y una disputa entre estos, y la emergencia de nuevos actores armados ilegales por el control de los territorios y de los corredores, desde los puntos de producción del narcotráfico hasta donde los puntos en los que estos son sacados del país para llevarlos a los mercados de los Estados Unidos y Europa.
Esa disputa entre actores armados ilegales hoy en día es preponderante en el número de acciones violentas que ocurren en el país. Hace 10 o15 años, la mayoría de enfrentamientos violentos era entre las Farc y el Ejército, por ejemplo.
Hoy no es este tipo de enfrentamientos de un grupo armado ilegal contra el Estado, sino que la mayoría de enfrentamientos armados ocurren entre grupos armados criminales. Esto hace que las comunidades en estas zonas del país donde se produce y se extrae la cocaína para llevarla a otros lugares, queden prácticamente confinadas en sus territorios, siendo de alguna manera testigos y víctimas de los enfrentamientos entre estos grupos armados ilegales.
Por eso es que estamos reportando cada vez un crecimiento en el número de desplazados y en el número de poblaciones confinadas, algo que, de alguna manera, se esperaba que, con un gobierno más cercano a la sensibilidad de los movimientos sociales, empezará a decrecer, pero vemos que contradictoriamente lo que está ocurriendo es todo lo contrario.
Aumento de la conflictividad
ENS: ¿Qué implica este aumento de los conflictos sociales frente al auge de los grupos armados en las regiones?
CCH: Pues, que precisamente están teniendo mayor presencia y mayor control. Incluso, en algunas regiones del país hay una especie de mimetización de estos grupos armados ilegales en la población misma, controlando cosas esenciales de la vida cotidiana como el acceso a recursos, a productos, vías, el comercio e incluso llegando a ser actores preponderantes en el control de la población, en términos de seguridad.
ENS: ¿Por esta vía podemos llegar a un desenlace parecido a las protestas violentas del segundo trimestre de 2021?
CCH: Yo creo que no. Lo que se está viendo más bien es que estamos volviendo a un recrudecimiento del conflicto armado interno en Colombia por nuevos factores y por nuevos actores.
Creo que sí va a haber un crecimiento de la movilización social muy probablemente en la segunda mitad del gobierno Petro, pero no creo que esta llegue a tener el impacto que tuvo el paro del 2021.
Yo creo que lo que va a ver es son movimientos sociales, cada vez más disgregados y dispersos, pero que tienen en común un rechazo al confinamiento, recrudecimiento del conflicto armado.
Obviamente, otros movimientos de corte urbano van a hacer una mayor demanda en términos de calidad de vida, de la situación económica del país y del acceso a la participación política.
ENS: ¿Qué debe hacerse desde el Gobierno y del Estado para afrontar esta difícil situación?
CCH: Primero, atender las demandas en términos de derechos humanos que se están expresando en los territorios donde hay alta presencia de grupos armados ilegales.
Esto se debe hacer porque ha habido una gran lentitud en términos de la paz total propuesta. Esta negociación con diferentes actores en diferentes mesas no ha sido lo suficientemente efectiva para mermar los enfrentamientos violentos entre los grupos armados ilegales; por consiguiente, lo que se va a requerir en este caso es que a la par de la negociación haya también una mayor presencia de las Fuerzas Armadas en los territorios para generar las condiciones de seguridad necesarias para estas comunidades.
Ahora, en el campo de los movimientos sociales más urbanos, creo que sí es importante que el Gobierno escuche y establezca mesas de concertación con aquellos movimientos que no son afines al gobierno.