Caso ‘Santrich’: muchas hipótesis y la dictadura en evidencia | El Nuevo Siglo
Foto AFP
Miércoles, 19 de Mayo de 2021
Redacción Web

La presunta muerte a manos de un comando armado del cabecilla de las reincidencias de las Farc, Seuxis Hernández Solarte, alias ‘Jesús Santrich’, sigue generando interrogantes.

En primer lugar, es claro que hay distintas versiones sobre las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que se produjo su presunto abatimiento. Las reincidencias de las Farc, al mando del exjefe negociador en La Habana, alias ‘Iván Márquez’, señalaron que ‘Santrich’ fue abatido el lunes “dentro de territorio venezolano”, en un sector de la Serranía del Perijá, específicamente entre El Chalet y la vereda Los Laureles, por “comandos colombianos por orden directa” del gobierno Duque. Dieron detalles muy concretos como que al cabecilla sus atacantes “le cercenaron el dedo meñique de su mano izquierda” y fueron “extraídos en un helicóptero de color amarillo rumbo a Colombia”.

Sin embargo, no es la única hipótesis. Una segunda es la expuesta por Javier Tarazona, director de Funda-redes, que es una de las ONG que mejor conoce la realidad de la violencia territorial en el vecino país y ha venido denunciando de manera reiterada que tanto en Apure como en otros dos estados se está librando en los últimos dos meses un combate abierto entre las reincidencias de ‘Márquez’ (cabecillas y guerrilleros desmovilizados que tras firmar la paz volvieron a las armas) con las disidencias de las Farc (grupos subversivos que se apartaron del proceso de paz antes de su firma en 2016 y siguieron en el monte), al mando de alias ‘Gentil Duarte’.

De acuerdo con Tarazona es posible que ‘Santrich’ haya sido traicionado y delatado por el propio régimen de Nicolás Maduro, que habría entregado la ubicación del cabecilla disidente al frente 10 de las Farc (de las disidencias) dentro de una negociación para que esa facción libere a ocho militares venezolanos que tiene secuestrados desde el 21 de marzo tras combates en Apure que dejaron, además, no menos de una decena de uniformados muertos. De hecho, la semana pasada sus captores enviaron pruebas de vida, según lo confirmó la propia Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

Tarazona sustenta esta hipótesis en que solo “quienes ostentan el poder” en Venezuela saben la ubicación de ‘Márquez’ y demás cabecillas de la ‘Nueva Marquetalia’, que es la facción de los reincidentes de las Farc que se esconde en Venezuela con la complicidad del régimen.

Incluso Tarazona no descartó que el gobierno chavista también termine entregando a ‘Márquez’.

El director de Funda-redes consideró, además, que la versión de las reincidencias culpando a “comandos” del Ejército colombiano no tiene piso y solo busca “incendiar” aún más las relaciones entre el gobierno Duque y la dictadura.

Lo cierto es que tanto los ministros de Defensa, Diego Molano, y del Interior, Daniel Palacios, insistieron ayer en que Colombia no tuvo nada que ver en el ataque a ‘Santrich’, al tiempo que fuentes de Inteligencia Militar le dijeron a un periodista de EL NUEVO SIGLO que a ‘Márquez’ le quedaba más fácil señalar al Ejército colombiano que admitir que ‘Duarte’ le asestó un golpe muy fuerte a la ‘Nueva Marquetalia’.

El hecho de que el régimen chavista no se hubiera referido al tema (por lo menos hasta ayer al cierre de esta edición), era interpretado por la oposición venezolana y otros analistas como “sospechoso”, ya que Miraflores bien habría podido asumir como cierta la versión de ‘Márquez’ y acusar al gobierno Duque de llevar a cabo una incursión armada en territorio venezolano, prendiendo un pico de tensión alta que distraiga las acusaciones de la comunidad internacional a la dictadura y las denuncias de la oposición sobre la profundización de la crisis.

Es más, la versión de ‘Márquez’ también sería un ‘papayazo’ al régimen para acusar, otra vez, a Estados Unidos de estar aliado con Colombia en este ataque a ‘Santrich’, ya que se produjo apenas unos días después de que la Corte Suprema de Justicia de nuestro país aprobara la extradición del cabecilla guerrillero a la nación norteamericana para ser juzgado por narcotráfico.

Sin embargo, ayer al cierre de esta edición no había ninguna reacción oficial de la dictadura de Maduro al respecto, lo que generaba múltiples especulaciones.



Más versiones

Otra hipótesis que también continuaba ayer bajo la lupa iba en la dirección de que a ‘Santrich’ lo atacó un comando de mercenarios que quería cobrar la recompensa de 3.000 millones de pesos que ofrecía el gobierno colombiano o de 10 millones de dólares ofertados por Estados Unidos desde junio de 2020 por información sobre su paradero y captura.

Sin embargo, esta posibilidad se enfrenta con el hecho de que, según las reincidencias, el ataque se dio a una caravana automotriz y el vehículo en que se movilizaba ‘Santrich’ fue blanco de ráfagas por todos los lados. Es claro que las recompensas que ofrecen los gobiernos es por capturas o información para las mismas, y no por abatir a los buscados. No deja de llamar la atención, sin embargo, que los atacantes le hubieran cercenado un dedo al cabecilla, lo que podría servir, eventualmente, de ‘prueba’ de su muerte efectiva.

El analista Ariel Ávila dijo ayer que entre otras hipótesis que se estudian están las relativas a que la muerte de ‘Santrich’ se pudo deber a un ataque de grupos criminales rivales que también operan en este sector de la serranía del Perijá, en territorio venezolano, rivalizando por el control del narcotráfico, minería ilegal, contrabando y otras rentas ilícitas.

De acuerdo con Ávila, en esa zona de frontera operan no menos de 17 organizaciones criminales y las reincidencias de las Farc no son de las más fuertes. También mencionó como posibilidades un ataque de las disidencias de ‘Duarte’, una traición de la Guardia Bolivariana o mercenarios en busca de la recompensa.

No hay que olvidar que una información de Inteligencia sugiere que ‘Santrich’ había pedido que lo ubicaran en esta zona cercana a la frontera con Colombia y desde allí empezaría a reconstruir su antiguo frente, que ahora se llamaría “Martín Caballero”. Sin embargo, otras facciones criminales de la zona, en donde están las disidencias (frentes 33 y 10), el Eln y bandas delictivas de alto espectro de lado y lado de la línea limítrofe, no estaban de acuerdo con que llegara otro actor a disputar el manejo de los negocios ilegales.

Y, claro, no faltan las versiones que señalan que ‘Santrich’ no murió en realidad y que todo sería una estratagema de las reincidencias para tratar de quitarle de encima a los mercenarios y autoridades de Colombia y Estados Unidos, sobre todo después de que se le diera el visto bueno a su extradición.

¿Entonces?

Mientras que el gobierno Maduro no hable y no aparezca el cuerpo del cabecilla presuntamente abatido, todas las hipótesis son válidas.

Lo cierto es que el silencio de la dictadura es sospechoso, aunque ya le es imposible negar que, de un lado, está encubriendo la presencia en Venezuela de las disidencias de ‘Márquez’ y ‘Santrich’ y, de otro, que esa complicidad llevó a que la confrontación de estas con las disidencias de ‘Duarte’ se trasladara a ese país, con combates de alta intensidad, muertes de militares y ahora secuestrados.

De hecho ayer Juan Guaidó, jefe de la oposición y reconocido como presidente legítimo por más de 50 naciones, advirtió que “… a la espera de la confirmación de la muerte de ‘Jesús Santrich’, en este momento la única certeza es su presencia en territorio nacional. Maduro ampara a los terroristas que asesinan y secuestran a militares venezolanos que estaban cumpliendo su deber”.

Agregó que el “al amparo de Nicolás Maduro a grupos terroristas en Venezuela arriesga nuestra integridad territorial y la seguridad de nuestro país y la región. Hoy se hace más pertinente y urgente aún un Acuerdo de Salvación Nacional que solucione el conflicto y atienda la emergencia”.

Como se ve, el caso ‘Santrich’ sigue en medio de la incertidumbre. Ni siquiera se puede afirmar de forma tajante que efectivamente haya sido asesinado. Sobran las hipótesis y escasean las certezas. La única inocultable, eso sí, es que el gobierno Maduro tiene ahora una guerra en su territorio de grupos armados colombianos, sobre todo en los estados de Apure, Zulia y Amazonas, que incluso podría extenderse a la rica región del Esequibo, en pleito limítrofe con Guyana y enclave minero de primer nivel.