¿Cómo evitar que la inflación devore el alza salarial? | El Nuevo Siglo
Los arriendos son uno de los ítems que el Gobierno pide que no crezcan más allá del 13 % en 2023.
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Sábado, 17 de Diciembre de 2022
Redacción Política

Tras el incremento del 16 % en el salario mínimo para el año próximo, el Gobierno busca evitar que se disparen los precios de los productos de la canasta familiar y servicios que pesan en el bolsillo de los colombianos. Con el propósito de proteger el poder adquisitivo de los trabajadores desindexará inicialmente 50 actividades y elementos.

Además el presidente Petro pidió que el agua, la energía y el gas, así como el transporte, entre otros servicios, no crezcan más allá del 13 %. No obstante, la realidad del momento inflacionario, el efecto de la economía de mercado y los costos de producción hacen complicado que se logre esta intención, según expertos. 

El jefe de Estado señaló ayer que "ni los arriendos ni la energía eléctrica y los servicios, ni el transporte, ni la comida deben crecer un 13 % el próximo año. Sus precios deben bajar. Hay que bajar la tasa de usura y la tasa de crédito de la banca pública debe ser la más baja del mercado". Agregó que se trata de que el salario y los ingresos reales de los colombianos suban. 

Asimismo, solicitó a las comisiones reguladoras de servicios públicos, "desde mis funciones constitucionales, desligar las tarifas de los servicios públicos del índice general de precios y de factores especulativos". 

Con este propósito, el Gobierno nacional anunció que ayer expediría un primer decreto, que al cierre de esta edición no se había publicado, para desindexar, es decir, sacar del cálculo de inflación y del aumento del salario mínimo, los productos y bienes y servicios de la canasta básica. 

“Más adelante, antes de terminar el año, vamos a trabajar con el resto de productos y elementos, y llevaremos los 34 finales al Plan Nacional de Desarrollo para un total de 204 entre elementos y bienes y servicios, que van a tener un impacto real en la canasta básica y, desde luego, para proteger el valor adquisitivo”, anunció la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez. 

Aterrizando las medidas 

Camilo Herrera Mora, economista y experto en consumo, le dijo a EL NUEVO SIGLO sobre la intención y medidas del Gobierno para evitar que el incremento del salario mínimo el próximo año se lo coma una disparada en los precios de productos de la canasta familiar y los servicios, que "complicado per se no es, pero no es de fácil ejecución. Hay productos como servicios que están indexados a la inflación y otros indexados a salario mínimo. En el caso de los arriendos, que para mí es el más preocupante ahorita, está indexado a inflación en hogares y a nivel comercial a inflación más 1 o más 2, dependiendo como sea el contrato". 

Explicó que lo que la ley dice es que los “arriendos de los hogares deben subir igual que la inflación porque no tienen que ver con la estructura de costos de los hogares que tienen el arriendo, sino con el ingreso de la persona que arrienda el inmueble".

Añadió Herrera que hay la posibilidad de que el dueño del inmueble y el arrendatario se pongan de acuerdo sobre un incremento menor al que permite la ley, pero "que pase no es fácil porque el arrendador no va a querer ceder", dijo. 

Señaló también que a nivel de salud y educación, "eso depende de cuánto digan los ministerios que van a subir. Tengo entendido que ya el Ministerio de Educación fijó las tarifas de universidades por encima del 12 %". 


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Advirtió el economista que "todo lo que esté indexado a la inflación del año pasado, va a subir el próximo año. Que el presidente quiera cambiar eso pueda que sea posible, pero hoy no existen las herramientas legales para que eso pase, obviamente las puede crear. Y segundo, los precios suben para compensar los costos. Si usted lo que hace es que los precios suban menos pero los costos suben más, pues lo que termina haciendo en el mediano plazo es un control de precios. Un control de precios termina afectando la rentabilidad de las empresas, volviéndolas no viables".

A su turno, Carlos Augusto del Valle, exconsejero por el sector económico en el Consejo Nacional de Planeación, dijo a este Diario que según lo demuestran estudios del Banco de la República, antes únicamente las expectativas que se formaban de un momento a otro afectaban la inflación, pero no se proyectaban hacia los periodos siguientes, "es decir, no se creaba inercia inflacionaria". 

Agregó que "el supuesto que el Gobierno tiene es de poder romper esas expectativas que se han creado producto de toda esta dinámica de hoy y hacer como que la inflación fue un fenómeno pasajero, se le corrige a los trabajadores el salario por el lado del poder de compra, y entonces se supone que se espera que se rompa esa inercia y podamos volver rápidamente a una inflación baja". 

No obstante, subrayó Del Valle que hay unos factores que van en contra de esa posibilidad, "y es que la dinámica de la inflación viene en buena medida creada desde el exterior y no se ha terminado del todo”. 

Explicó que en el resto del mundo los precios de las materias primas se mantienen altos, y nuestro país requiere importar muchas materias primas, además de que su “economía hoy tiene un dólar muy costoso porque nuestro peso está muy devaluado. Entonces esos factores hacen pensar que la dinámica inflacionaria va a continuar por un tiempo más, y así se quieran romper las expectativas es posible que eso no se logre en un corto plazo”.

Agregó el experto que en estas condiciones "va a ser muy difícil que no suban los costos de los servicios públicos, que no suban los alimentos, que los fertilizantes sean baratos”.

Peso de las fuerzas del mercado

Mauricio Reina, economista e investigador de Fedesarrollo, indicó a este Medio que "aquellos ítems que hayan estado regulatoriamente atados al aumento del salario mínimo y se desaten, pues seguramente van a tener un comportamiento más acorde al mercado y no automáticamente ajustados al salario mínimo”.

Empero advirtió que eso no quiere decir necesariamente que “vayan a bajar, quiere decir que se van a mover de acuerdo con las fuerzas de mercado. Los demás ítems que no hayan estado atados previamente al salario mínimo y que hagan parte de unos discursos que dicen  que ‘eso hay que bajarlo’, pues por sí solas las palabras no hacen magia. Entonces habría que ver cuáles son las medidas específicas”.

Anotó Reina que hay indexaciones que son por ley, “si usted elimina la norma, pues elimina la presión normativa o legislativa para que se haga ese ajuste. Pero hay otros que están atados al salario mínimo, no por norma sino por hábito de la gente, y ahí casi que es el libre albedrío de la gente el que termina obrando, no necesariamente una decisión o un discurso”.