¿Cómo impacta a Colombia la guerra contra ‘narcos’ en Ecuador? | El Nuevo Siglo
PRESIDENTE PETRO se reunió con Daniel Noboa en noviembre pasado en la posesión del mandatario ecuatoriano. /Foto Presidencia
Miércoles, 10 de Enero de 2024

LAS AUTORIDADES en Ecuador tratan de recuperar el orden público tras los graves actos violentos esta semana en varias ciudades provocados por organizaciones delincuenciales, con el secuestro de policías, carros bombas y la toma de un canal de televisión, que han dejado 11 muertos. El presidente Daniel Noboa declaró la existencia de un conflicto armado interno para combatir a los narcotraficantes. Este Diario consultó expertos sobre el impacto que puede tener esta decisión en Colombia.

El analista Néstor Rosania, director ejecutivo del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, dijo que la decisión de declarar un conflicto armado interno puede tener el efecto de que “se va a fortalecer la relación que muchos años estuvo parada con Ecuador en términos militares”, con mecanismos como la Combifron.

“Eso duró muchos años congelado, se reactivaron en el gobierno de Santos, pero nunca se materializaron realmente, pero por lo que ya trinó el presidente (Petro), por los mensajes de lado y lado, y por el movimiento de tropas que hubo del lado del Perú, lo que se ve es que se va a dinamizar esa relación de la Combifron”, explicó.

Agregó que, desde el año pasado, Colombia venía con apoyos a la inteligencia ecuatoriana, “que seguramente se van a fortalecer en términos de policía porque Ecuador no tiene las capacidades en este momento para afrontar un tema de seguridad tan complejo”.

Estimó Rosania que la declaración de conflicto armado y como consecuencia la intervención del Ejército ecuatoriano, hará que “haya más confrontación” con los grupos delincuenciales de ese país y que se recuesten en la frontera con Colombia.

El problema del narcotráfico explica en buena medida la crisis de seguridad en el país vecino. Rosania indicó que: “Ecuador vive un efecto globo, la cocaína colombiana el 70% sale por el Pacífico, las bandas se pasaron a Ecuador, que en menos de 10 años se convirtió en un país de tránsito, cuando nunca había existido en el mapa”.

Añadió el experto que las organizaciones del narcotráfico del Ecuador por la presión de Noboa “van a reforzar sus territorios y más inteligencia que también tienen. Pero en términos generales creo que no va a cambiar nada porque la estructura del negocio ya está cimentada”.

A su turno Óscar Palma, académico de la Universidad del Rosario y quien fue investigador del Centro de Estudios Estratégicos para la Seguridad y Defensa Nacionales de la Escuela Superior de Guerra, consideró sobre los impactos que puede tener en la frontera la decisión del Gobierno ecuatoriano de declarar conflicto armado interno, “que dependería mucho de cómo avance esa estrategia, si se logra debilitar o no a los grupos armados ecuatorianos y cómo las redes del crimen se adaptan frente a esos golpes”.

Estimó el experto que un debilitamiento de los grupos armados ecuatorianos “podría, por ejemplo, representar una oportunidad para grupos colombianos. Podría intensificarse la violencia entre grupos diferentes que operan en la zona de frontera tratando de retomar ese negocio que queda”.

En ese sentido, se espera que los gobiernos de Petro y Novoa trabajen en conjunto contra el narcotráfico y para mantener la seguridad en la frontera, sin embargo, la duda que surge es cómo podrían hacerlo teniendo en cuenta sus grandes diferencias en la forma cómo abordan la seguridad y ahora por la decisión del mandatario ecuatoriano de declarar el conflicto armado interno.

Al respecto Palma indicó que “existen mecanismos que no dependen de los gobiernos, que están establecidos desde hace muchos años y se ejecutan en todos los gobiernos. Mecanismos de cooperación militar en la frontera, hay unas comisiones binacionales fronterizas, en fin, hay una serie de instrumentos que permiten una interacción entre las fuerzas militares ecuatorianas y las colombianas. Hay una serie de ejercicios militares y de operaciones binacionales que se realizan en la zona”.

Consideró el académico que “el hecho de que el presidente Petro sea de una línea política y el de Ecuador de otra, no necesariamente tiene un impacto sobre el nivel operativo y táctico de lo que se hace en la frontera”.

Empero, advirtió Palma que en donde sí puede haber un desfase “es en la parte más estratégica de cómo estamos pensando el problema de la política de drogas en general, qué mecanismos estamos utilizando para enfrentar el fenómeno. Por ejemplo, la dimensión social, económica, cultural de las poblaciones en frontera. Ahí sí tendríamos que tener un diálogo para pensar en estrategias conjuntas”.

El académico consideró que no es que el narcotráfico se desplazó desde Colombia a Ecuador porque, de hecho, dijo, para el caso sigue presente de manera fuerte en Nariño con grupos armados y cultivos.

Advirtió que la zona fronteriza tiene una geografía difícil y, por tanto, no es fácil de controlar ni vigilar “para las fuerzas colombianas ni para las ecuatorianas. Puede que varios de esos grupos utilicen la frontera para pasarse a un lado o al otro, y eso puede intensificarse si en efecto se disparan las operaciones militares en contra de estos grupos”.

Se fortalece seguridad en frontera

El comandante de las Fuerzas Militares, Helder Giraldo, indicó ayer frente a la crisis que se presenta en Ecuador que se presta seguridad en la frontera con la presencia del Comando Conjunto Número 3. Además, hay operaciones coordinadas con el vecino país contra el narcotráfico y grupos armados.

“Tenemos el Comando Conjunto Número tres. Nosotros tenemos en este momento desplegado un amplio dispositivo en la frontera del hermano país de Ecuador y con las autoridades ecuatorianas se vienen realizando operaciones combinadas, es decir, son operaciones de interoperabilidad, de fuerzas, desarrollamos capacidades, entrenamiento intercambio de información y operaciones”, expresó el general Giraldo.

De igual forma, el director encargado de la Policía, el general Nicolás Zapata, dijo que se dispuso un plan especial en puntos como Mataje, Ipiales, Carlosama, entre otros, para prevenir que integrantes de los grupos delincuenciales del Ecuador presionados por la presencia del Ejército en ese país ingresen a Colombia.

Mientras que el ministro de Defensa, Iván Velásquez, dijo sobre la colaboración que puede prestar Colombia a Ecuador, que “hemos tenido una relación de cooperación permanente de intercambio de información, las inteligencias coordinadas, acciones también con la Policía Nacional, con nuestras Fuerzas Militares, de manera que ahora, frente a esta situación particular que está viviendo Ecuador, como lo ha señalado ya el señor presidente, toda nuestra disposición, nuestra voluntad para colaborar con las autoridades ecuatorianas”.

Así mismo, el presidente Petro dijo ayer frente a la crisis ecuatoriana que “en América la expansión de poderosas bandas internacionales tiene que ver con una política antidrogas equivocada. Entre más prohibición, más rentabilidad de lo ilícito y más poder mortífero de las bandas”.

Deportarán presos colombianos

El presidente Petro dijo el pasado martes que “estamos atentos a todo el apoyo que el gobierno del Ecuador nos solicite”.

Sobre el particular, el jefe de Estado ecuatoriano anunció ayer que “Colombia dijo que nos quería ayudar... Yo les dije: ‘Perfecto, ya les mandamos 1.500 presos que los tenemos en cárceles ecuatorianas’. Tienen ya sentencias de 5 años o más ejecutoriadas y, de acuerdo a la ley ecuatoriana, nosotros las podemos sacar. Podemos sacar esos 1.500 y dejarlos en la frontera, y muchas gracias, quédense por allá”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador dijo en un comunicado que “está promoviendo una mayor cooperación con Colombia y Perú, para que las autoridades competentes de nuestros países cumplan con eficiencia y agilidad los convenios existentes sobre transferencia de personas sentenciadas a los países de su nacionalidad”.

Frente a este anuncio el ministro de Justicia, Néstor Osuna, dijo que “tenemos plena disposición a cooperar en una situación que puede tener un talante humanitario, que personas colombianas condenadas en Ecuador puedan pagar la parte de la pena que les falte en una cárcel cerca de su núcleo familiar”.

Agregó el ministro que “si al llegar a Colombia tiene una deuda pendiente con la justicia, pues tendrá que ser capturado”.