La Constitución ha sido reformada en 55 oportunidades desde su expedición en el año 1991, sin embargo, muy pocos de esos ajustes han desarrollado los principios de la Carta Política, sino más bien han sido asuntos coyunturales impulsados por los distintos gobiernos o que, incluso, han respondido a vanidades de parlamentarios. 

Así lo considera el constituyente y director del Centro de Estudios Constitucionales Plural, Armando Novoa, en entrevista con EL NUEVO SIGLO. 

EL NUEVO SIGLO: ¿Las constantes reformas a la Constitución, conocidas como 'reformitis', son buenas o malas?

ARMANDO NOVOA: En la Asamblea Constituyente unos constituyentes propusieron una norma según la cual la Constitución no debía ser modificada en los diez años siguientes, pero esa propuesta fue derrotada en la comisión primera de la Asamblea.

Y la Asamblea estableció tres mecanismos de reforma de la Constitución, antes existía solamente la vía del Congreso. 

La Constitución de Estados Unidos se ha modificado 24 veces, la de Méjico 760 veces. Pongo esos dos extremos para indicar que hay de todo como en botica. 

Una Constitución debe dejar abiertas las válvulas para hacerle ajustes de acuerdo a los requerimientos de los nuevos tiempos, porque si la Constitución cierra esas válvulas de su propia reforma, el procedimiento de reforma es una revolución, la violencia o un alzamiento porque no hay posibilidad de hacerla por vías ordinarias. 

La Constitución colombiana se ha reformado 55 veces, el único proyecto coherente de ataque a la Constitución del 91 fueron los dos gobiernos de Álvaro Uribe con la Seguridad Democrática y el Estado Comunitario. En ese gobierno se hicieron 15 reformas, la más grave la reelección inmediata, que por fortuna el Congreso corrigió con el Acto Legislativo 02 del 2015. 

Y la Corte Suprema de Justicia declaró que esa reforma había sido lograda a través de medios fraudulentos con la compraventa de votos, caso Yidis Medina y Teodolindo Avendaño. 

En el gobierno de Santos le hicieron 6 reformas a la Constitución en relación con el tema de la paz, se hicieron otras más, se hicieron como 17 reformas, pero esas reformas tenían un norte coherente que era lograr la reincorporación a la vida civil de los alzados en armas. 

De resto lo que hemos tenido son contrarreformas puntuales, coyunturales, que obedecen  a necesidades de momento de los gobiernos o a vanidades de los congresistas, pero no hemos tenido iniciativas estructuradas que atiendan al desarrollo de la Constitución o a hacerle ajuste serios, como por ejemplo con el tema de la reforma política de los años 2003 y 2009. 

De tal manera que la Corte Constitucional ha declarado inexequibles 7 reformas a la Constitución por vicios de procedimiento y por sustitución de la Constitución. 

Entonces a pesar de que tenemos 55 reformas, salvo la de la reelección inmediata ninguna ha logrado quebrarle la columna vertebral a la Constitución. Le han quebrado unas vértebras, pero no la columna vertebral en su conjunto. 

ENS: ¿Qué otras reformas le preocupan?

AN: Hay unas reformas muy perturbadoras, todas las que se relacionan con quitarle recursos a las entidades territoriales, las reformas que le dieron al Consejo Nacional Electoral un origen en los partidos, quitándole toda su autonomía e independencia.

Pero las otras son reformitas irresponsables, por ejemplo en el año 2005 se cambió dos veces la composición de la Cámara, un acto legislativo tuvo vigencia de 5 meses y el que derogó ese acto legislativo no se aplicó.

ENS: ¿De las reformas que se han hecho cuáles le gustan más?

AN: Me han gustado las de la paz, las 6 de la paz con las Farc, y me ha gustado la que hizo el gobierno de Pastrana de incorporación a la legislación interna de la Corte Penal Internacional.

ENS: ¿Cómo ha visto el papel de la Corte Constitucional como guardiana de la Carta Política del 91?

AN: La Corte Constitucional ha sido determinante porque con su jurisprudencia, a pesar de algunos altibajos que ha tenido, ha desarrollado en concreto la Constitución. 

Se han presentado más de 8 millones de acciones de tutela, y en lo general la Corte ha hecho una interpretación de esos derechos de conformidad con la Carta, garantista, proteccionista, de respeto a los derechos del individuo, del desarrollo de la libre personalidad, de la separación del Estado de la Iglesia.

Tenemos un estado laico, tenemos un régimen de libertades individuales y ha tenido un papel muy destacado en materia de protección de los derechos.