PREOCUPACIÓN manifestaron sectores de la salud consultados por EL NUEVO SIGLO por lo que será el cierre financiero para lo que resta del año, pues no estarían garantizados por parte del Gobierno los recursos suficientes para la correcta prestación del servicio, tampoco la plata para pagar los presupuestos máximos por medicamentos y tecnologías que no hacen parte del Plan de Beneficios en Salud. Sería necesario reorientar recursos del Presupuesto General de la Nación, según dijeron algunos.
El representante a la Cámara por Bogotá, Andrés Forero Molina, dijo que “veo que la situación es bastante crítica”. Explicó que el año pasado cuando se discutió en el Congreso el Presupuesto General de la Nación de 2024, en el caso de los presupuestos máximos “se advirtió que estaba desfinanciando este renglón del presupuesto en materia de salud, y obviamente esto implica un riesgo importante para las personas que sufren enfermedades huérfanas, enfermedades crónicas, etcétera”.
El parlamentario dijo que aproximadamente el Gobierno ha girado $1,8 billones por presupuestos máximos en el primer semestre del año, “que giraron además tardíamente en algunos casos, pero cuando uno hace el cálculo y divide en seis, da cerca de $304.000 millones por mes. Y como quedan 6 meses, serían más o menos $1,8 billones, entonces ahí hay un faltante importante, y obviamente quienes pueden padecer las consecuencias son los pacientes, y en particular los de enfermedades de alto costo que hoy ven financiados sus tratamientos a través de los presupuestos máximos”.
Agregó Forero que, por otro lado, está lo que han advertido la Corte Constitucional, expertos y actores del sistema de salud, que la “UPC (Unidad de Pago por Capitación) tampoco está alcanzando. Entonces, este faltante en presupuestos máximos de $1,8 billones se suma al faltante que está relacionado con el tema de la UPC. Creo que estamos en una situación crítica, ya se está viendo eso reflejado en problemas de abastecimiento de medicamentos, el Gobierno dice que eso se debe exclusivamente a temas de licenciamientos de parte del Invima, que además es una responsabilidad grave del Gobierno, pero lo que uno ha visto con algunos gestores farmacéuticos o con algunos laboratorios es que como no les están pagando a ciertos laboratorios, pues no están llegando ciertos medicamentos”.
El congresista dijo que el Gobierno pensó que con solo ampliar el giro directo a los prestadores del servicio “se iban a resolver muchos problemas, y vemos que ahora hay un mayor giro directo, pero eso no resolvió los problemas de las clínicas y hospitales. De hecho, algunos de los gremios están advirtiendo que están en una situación aún más crítica”.
Forero dijo que “estos seis meses que se vienen son negros, pues no parece que haya una voluntad de resolver los problemas de parte del Gobierno nacional, una voluntad de reorientar recursos del Presupuesto General de la Nación para la salud, y con eso obviamente se pone en riesgo la vida de la gente”.
Cabe señalar que el parlamentario uribista envió un derecho de petición al Ministerio de Hacienda en el que, entre otros, le preguntó: “Sírvase informar si se dispone de recursos para hacerse cargo de los presupuestos máximos corrientes de lo que queda del año 2024”.
El ministerio le respondió al congresista que “en referencia con el flujo de recursos destinados para pagar presupuestos máximos, estos podrían eventualmente ser programados para el último mes de la presente vigencia fiscal, dependiendo del comportamiento del recaudo de los recursos que hacen parte del Presupuesto General de la Nación”.
Agrega esta cartera a cargo de Ricardo Bonilla que “por lo anterior, la asignación de recursos para pagar presupuestos máximos se efectuará una vez que los ingresos de la Nación muestren un comportamiento adecuado que permita la asignación”.
Hay que recordar que el Gobierno congeló la ejecución este año de $20 billones, pues el Presupuesto General de la Nación quedó desfinanciado debido a que el recaudo fiscal no logró las metas que se había fijado y también por el deficiente comportamiento de la economía, que ha crecido poco en 2023 y lo que va de 2024.
Hablan actores del sistema
Como se dijo los pacientes que sufren enfermedades huérfanas y otras también crónicas graves serían los más afectados porque requieren tecnologías y medicamentos que no hacen parte del Plan Básico de Salud, y por lo tanto deben ser costeados por el Estado con presupuestos máximos que debe girar a las EPS.
Al respecto, Yolima Méndez, presidenta de la Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma, ve el cierre este año en el sector salud “definitivamente con muchos temores porque el panorama no es nada alentador, es bien oscuro, y se afecta directamente la salud y la vida de los pacientes, principalmente las personas que tienen enfermedades crónicas que tienen tratamientos actualmente que no pueden ser interrumpidos, y esa demora en girar esos recursos para presupuestos máximos los afecta de manera importante”.
Méndez indicó sobre los presupuestos máximos que “de hecho, el ministro de Salud nos dijo la semana pasada en una reunión que tuvimos que estaban pagos hasta el mes de junio”; sin embargo, la directiva enfatizó que, si no “está garantizado hasta diciembre, es una situación bastante difícil para el sistema de salud”.
La presidenta de la Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma dijo también que los efectos de esta crisis ya se están sintiendo, pues “hay pacientes que tienen demoras de semanas y meses y no logran acceder a esos tratamientos, a esos medicamentos de manera oportuna”, lo que resaltó afecta su salud porque se alteran los protocolos del tratamiento, “son más propensos a recaídas, a que si la enfermedad estaba controlada, probablemente ya el paciente no vaya a tener ese adecuado control de la enfermedad, sino que vaya a tener dificultades, que además le van a acarrear mayores gastos al sistema porque siempre que se tienen que asumir dificultades o complicaciones, eso le sale más caro al sistema”.
Por su parte, Alfonso Cuitiva, presidente de la Junta Directiva Nacional de la Asociación Colombiana de Droguistas Detallistas (Asocoldro), dijo que la situación en el sector institucional “respecto al usuario, pues complicado porque si no hay recursos pues afecta el abastecimiento”.
Agregó que “el canal comercial, que es el nuestro, nuestras droguerías son de canal comercial prácticamente todas, digamos que está razonablemente preparado para atender la posible demanda de algunos productos que tengan que comprar los usuarios, desde luego con cargo a su bolsillo, como resultado de ese desabastecimiento provocado por el no pago y por las dificultades de recursos que deben fluir para toda la cadena del sector institucional, llámense EPS e IPS”.