Disminución de curules: otra promesa incumplida | El Nuevo Siglo
Hay varios proyectos radicados que también plantean la disminución del tamaño del Congreso.
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Martes, 11 de Octubre de 2022
Redacción Política

Una de las mayores promesas de campaña de varios candidatos presidenciales, así como del Congreso, fue la relacionada con la disminución del número de curules tanto en el Senado como en la Cámara.

Sin embargo, a punto de cumplirse tres meses de la instalación del actual parlamento, si bien se presentaron algunas iniciativas en esa dirección, ninguna ha avanzado en su trámite legislativo, al tiempo que tampoco, son prioridad de la coalición mayoritaria de Gobierno, sin lo cual es claro que resulta imposible cualquier opción de aprobación.

De hecho, en el proyecto de reforma política que va más avanzado y que ayer estaba pendiente de terminar su ciclo de aprobación en la plenaria del Senado, en el segundo de los ocho debates que se requieren en dos tramos de legislatura, no está contemplada la opción de recortar el número de curules de ninguna de las dos cámaras legislativas.

Como se sabe, el Senado está compuesto hoy por 108 escaños, 100 de los cuales son elegidos por circunscripción nacional y dos más por la circunscripción especial para indígenas. A ello se suma las cinco curules para el partido Comunes, derivado de la desmovilizada de las Farc. Según el acuerdo de paz firmado en 2016, esos cinco puestos debían otorgarse de manera automática en los comicios de 2018 y 2022, sin importar la cantidad de votación que sacara la lista de esta colectividad. Ni tampoco si se alcanzó o no el umbral mínimo de votación, como efectivamente pasó en ambas citas a las urnas.

La curul número 108 se le otorga, según la Constitución, al candidato presidencial perdedor en segunda vuelta, que en 2018 fue Gustavo Petro y que en esta ocasión es Rodolfo Hernández.

En cuanto a la Cámara, esta corporación está compuesta por 188 escaños, de los cuales 166 corresponden a curules que son elegidas por circunscripción territorial, excepto las plazas correspondientes a las negritudes. Hay cinco curules adicionales para el partido Farc, que funcionan bajo la misma mecánica que las otorgadas en el Senado.

Es necesario aclarar que para los comicios de 2026 esta prerrogativa de participación política de la exguerrilla ya no se aplicará, por lo que si quieren tener representación en el Senado o en la Cámara tendrán que competir en igualdad de condiciones con el resto de partidos y movimientos políticos, así como superar el umbral de votación en cada circunscripción.

La curul número 172 corresponde a la fórmula vicepresidencial perdedora en segunda vuelta, que en 2018 fue Ángela María Robledo y en esta ocasión es Marelén Castillo.  

A esas 172 plazas hay que sumar las 16 curules especiales para las víctimas del conflicto armado que se eligieron la primera vez el pasado 13 de marzo, cumpliendo otro mandato del Acuerdo de Paz firmado en 2016. Estos 16 escaños solo estarán vigentes por dos periodos consecutivos cuatrienales, es decir, 2022-2026 y 2026-2030.

Así las cosas, el Congreso colombiano tiene un total de 296 escaños, aunque en la actualidad cuenta con uno menos debido a que no se pudo reglamentar la elección de un representante a la Cámara para la comunidad raizal de San Andrés.



Los proyectos

Entre los proyectos que se radicaron para reducir el número de curules hay uno que establece que el Senado de la República estará integrado por 64 miembros elegidos en circunscripción nacional, de listas únicas presentadas por los partidos o movimientos significativos de ciudadanos.

La iniciativa también propone que habrá un número adicional de un senador elegido en circunscripción nacional especial por comunidades indígenas y otro de las comunidades afrodescendientes.

De igual manera el proyecto establece que los ciudadanos colombianos que se encuentren o residan en el exterior podrán sufragar en las elecciones para Senado de la República.

Asimismo, esta iniciativa, promovida por parlamentarios uribistas, propone que a partir de las elecciones del 2026 el número de curules a proveer se reducirá, en todas las circunscripciones territoriales ordinarias, en un 20 por ciento. Sin perjuicio de lo anterior, el número mínimo de curules que tendrá cada circunscripción será dos.

Hay otros proyectos radicados que también plantean la disminución del tamaño del Congreso, pero ni el anterior ni estos han tenido ningún tipo de avance en las comisiones ni en las plenarias.

De hecho, muy pocos parlamentarios de distintos partidos y corrientes políticas advierten que no es el momento para aplicar este tipo de reformas, ya que se afectaría la democracia participativa y la posibilidad de que partidos y movimientos nuevos puedan acceder al legislativo.

Por ello se ha insistido en que más urgente que tener menos congresistas en Colombia es abaratar el costo para el presupuesto oficial de esos 296 senadores y representantes.

De allí que se esté abriendo paso a un proyecto con apoyo multipartidista que disminuye los salarios y otras prebendas laborales de los parlamentarios. De igual manera se está planteando la posibilidad de reducir viáticos, gastos de representación y el costo de las Unidades de Trabajo Legislativo con las que cuesta cada congresista y que hoy tienen un valor superior a los 50 billones de pesos al mes.

También se aprobó en primer debate que haya un límite de períodos que una misma persona puede hacerse elegir en el Senado y la Cámara. Asimismo se está proponiendo rebajar la edad que la Constitución exige para poder posicionarse como senador o representante a la Cámara.

Sin embargo, como se dijo, de la promesa para reducir el tamaño del Congreso nada se ha podido concretar y resulta claro que las mayorías en ambas cámaras legislativas no están de acuerdo con el recorte de curules, como tampoco el Gobierno, pese a que este fue uno de los temas más debatidos en medio de la campaña.

¿Entonces?

Como se ve, la posibilidad de que Colombia tenga un Congreso más pequeño es hoy muy lejana en gran parte porque no hay voluntad política  para avanzar en esa dirección.

Pero este no es el único parlamento en que la propuesta se ha embolatado. En el anterior Congreso la bancada uribista  y otros partidos también trataron de impulsar la iniciativa, pasando a solo 50 curules en el Senado y 106 en la Cámara de Representantes.

Los impulsores del proyecto señalaban entonces que esa reforma permitiría ahorrar al menos de 300 mil millones al año. Para justificar este proyecto los ponentes insistían en que solo Argentina, Brasil, Canadá, Cuba, Estados Unidos, México y Uruguay tenían más parlamentarios que Colombia. En el resto de legislativos en el continente el número era sustancialmente inferior al de nuestro país.  

Pese a que este Congreso no completa ni siquiera tres meses de sesiones, contrario a lo que se prometió en campaña el compromiso para disminuir el número de curules ya va rumbo a convertirse en un nuevo ‘conejo’ a los electores.