Expresidente Uribe cuestiona reformas y pide evitar Constituyente | El Nuevo Siglo
El expresidente Álvaro Uribe volvió a cuestionar las reformas de Petro y su intención de convocar a una Constituyente./Archivo El Nuevo Siglo
Domingo, 26 de Mayo de 2024
Redacción Web

“Al país no le pueden hacer el daño de aprobar unas reformas inconvenientes, sin consensos, a través del voto de congresistas sobornados”, sostuvo el expresidente Álvaro Uribe en un video difundido este domingo en el que, además, cuestiona las limitantes que en el accionar de las Fuerzas Armadas ha impuesto el gobierno de Gustavo Petro.

El exmandatario, en el video que tituló “Colombia, de 2010 a la fecha, estoy acusado”, dos días después de que fuera llamado a juicio por tres delitos (soborno y manipulación a testigos) y cuyas audiencias preparatorias iniciarán en julio, también se fue lanza en ristre contra su sucesor, Juan Manuel Santos, por el Acuerdo de La Habana y, especialmente, por equiparar a los miembros de la Fuerza Pública con los guerrilleros en el marco de la justicia especial (JEP).

Este es el texto completo del video:

“En 2010 el país no estaba perfecto, pero había mejorado. Teníamos menos violencia, los ciudadanos tenían esperanzas en la seguridad, había disminuido muchísimo el narcoterrorismo, crecía la economía, había confianza. Se disminuía la pobreza, también el tamaño del Estado, había austeridad. Por primera vez aparecían unas señales de mejoramiento del coeficiente Gini de distribución del ingreso.

En los dos primeros años del gobierno Santos los resultados fueron buenos, pero es que además tenía otro elemento favorable en la herencia: habíamos superado la crisis de la economía internacional, gracias a la confianza que había en Colombia. Santos llegó a tener el record de 42 mil, 48 mil hectáreas de droga, una cifra sumamente baja y sin embargo dijo que estábamos perdiendo la guerra contra la droga. Se inventó la palabra guerra, eso es de acuerdo con las Farc. Entonces, Santos se enfermó con el éxito, prefirió el acuerdo con las Farc y nos subimos a 220 mil hectáreas de droga en los años que restaron de su gobierno, en los años que siguieron de su gobierno. Llenó al país de impuestos, de burocracia, de mermelada, estímulo a la corrupción. Pararon la economía, crecieron enormemente la burocracia del Estado. Por favor, afectaron las Fuerzas Armadas con la JEP. Nivelaron, desconociendo la historia, a nuestros soldados con los terroristas. Por favor, un soldado que va a la JEP a reconocer un delito tiene que reconocer lo que no estaba en su deber ser, a diferencia del guerrillero que si reconoce un delito en la JEP reconoce lo que debía ser. Pero, además, muchos soldados están obligados a reconocer delitos, aún no cometidos, para gozar de la libertad y no someterse a una condena de 10, 15 o 20 años.

Hoy, en esta Colombia de hoy, la economía va mal, hay desconfianza, la situación de Ecopetrol es dramática. Por primera vez, el país que había sido el más cumplido de América Latina en el pago de la deuda está en riesgo de incumplir el pago de deuda; las políticas sociales no son sostenibles.  ¿Por qué? Porque están afectando la empresa privada que es la fuente de su financiación.

La reforma a la salud y la reforma de pensiones, como todas las reformas, están forzando la aprobación en un Congreso que tiene ilegitimidad porque muchos de esos congresistas que hoy apoyan esas reformas están sobornados y hay indignidad. Ojalá una acción popular ordenara parar ese debate, porque al país no le pueden hacer el daño de aprobar unas reformas inconvenientes, sin consensos, a través del voto de congresistas sobornados. Esas reformas van a ahuyentar la posibilidad de que Colombia tenga participación del sector privado en la salud, de que Colombia tenga participación del sector privado en la administración de pensiones, nos van a llevar a que en el mediano plazo este país quede sin reservas para las pensiones. Y la reforma laboral lo que hace es crear pánico a la posibilidad de tener nuevos empleos.

Y veamos orden público. Los comerciantes en toda Colombia dicen que los están extorsionando, los tenderos, también, los finqueros también. Esto ocurre en todas las regiones. Los venteros ambulantes también. Y muchos ciudadanos dicen “hemos llamado al Ejército, a la Policía y nos dicen que el gobierno no les permite acudir a sitios donde los ciudadanos piden el apoyo de las Fuerzas Armadas”. Eso no es excepcional. Y el presidente amenaza con un nuevo estallido social si no le aprueban estas reformas a través de un Congreso con ilegitimidad por el soborno a muchos congresistas. Y esto va a coincidir con la parte de foros populares del Eln. Entonces coinciden: el gobierno quejoso por las reformas, esos diálogos de convocatoria popular del Eln, las armas del Eln, el estallido social al que invita el presidente de la República y además la prohibición de que las Fuerzas Armadas actúen para frenar la violencia.  Las Fuerzas Armadas de Colombia no han estado al servicio de caudillos, han estado al servicio de la Constitución. Nunca han sido beneficiarias de inmunidad. Las Fuerzas Armadas de Colombia han sido profesionales, lo que no entendió Santos que las igualó con el narcoterrorismo en la JEP, asociándolas, comparándolas, igualándolas con ejércitos de otra región que estuvieron al servicio de dictadores. Nuestras Fuerzas Armadas tienen un deber por encima de todo, que es la protección de la ciudadanía, la protección del Estado y de su elemento más importante que es la ciudadanía. Nosotros no tenemos para protegernos sino la Constitución, la justicia y las Fuerzas Armadas.

Evitemos esa convocatoria a la constituyente. Ahora con diferentes motivos: un día por apreciaciones del gobierno, otro día invocando que la ordena el acuerdo ilegítimo de La Habana. El acuerdo de La Habana derrotado en el plebiscito. Entonces dicen que hay que convocar una constituyente. Cualquiera sea la motivación para convocarla no tiene sino un camino, que es cumplir con las reglamentaciones que trae la propia Constitución. A diferencia de la anterior que no traía la figura de la Constituyente, ni los hechos de ahora, porque la Constitución actual no permite que los estados de excepción alteren los textos constitucionales.

Ya tuvimos un mal ejemplo. Santos hizo todas las trampas y bajaron el umbral del plebiscito del 50 al 13 por ciento. Hay que llamar la atención de los colombianos para que pensemos los caminos, para evitar esta violencia, para que las fuerzas Armadas cumplan el deber constitucional de protegernos a todos los ciudadanos, de acuerdo con las normas constitucionales.

Difíciles momentos, pero tenemos que enfrentarlos pensando y actuando.”