ALTOS FUNCIONARIOS de Estados Unidos visitaron la zona del Darién, en Necoclí, Antioquia, para analizar la crisis migratoria en la región.
Así lo confirmó el canciller Álvaro Leyva, quien también anunció que la intención de los gobiernos de Bogotá y Washington es inspeccionar la situación que se vive en la frontera entre Colombia y Panamá.
La llegada de los funcionarios se concretó después de las denuncias que hiciera la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre violación de los derechos humanos en este paso utilizado por cientos de migrantes para llegar a Estados Unidos, cruzando Centro América.
Además, la visita también se da a propósito de una reunión entre representantes de ambos países para evaluar y abordar los desafíos que implica la migración irregular, un tema de alta relevancia para Estados Unidos, tras la llegada en masa de miles de migrantes.
“El canciller Álvaro Leyva, junto con un grupo de altos funcionarios, sostuvo una reunión con la asesora de seguridad nacional de la Casa Blanca, Elizabeth Sherwood-Randall; la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, general Laura Richardson; y el subsecretario de Estado de gestión y recursos, Richard Verma”, manifestó el Gobierno nacional.
En medio del encuentro, donde prevaleció el tema de la migración irregular, los funcionarios se comprometieron a realizar un trabajo mancomunado “en instancias como el grupo tripartita (que comparten con Panamá), en ámbitos regionales y multilaterales y, sobre todo, en lo bilateral”.
“También se discutió la necesidad de aumentar la cooperación bilateral que permita enfrentar la migración irregular, muchas veces promovida por organizaciones criminales, al tiempo que destacaron el avance que se ha alcanzado en el ámbito bilateral”, apuntó el Gobierno.
Igualmente, hablaron de algunos avances significativos como la instalación de los Centros de Movilidad Segura en Colombia. Por medio de estos, tanto Colombia y Panamá trabajan para lograr ofrecer vías legales para que los migrantes puedan llegar a los Estados Unidos.
Preocupación
Los gobiernos de Panamá y Colombia han manifestado su preocupación por la cantidad de personas que atraviesan el Darién, ya que, según los últimos reportes, por la selva han pasado en lo corrido del año 320.098 personas de manera irregular, con rumbo a los Estados Unidos.
“Del 1 de enero hasta hoy 28 de agosto de 2023, han pasado por la Selva de Darién 320.098 migrantes irregulares con destino a los Estados Unidos. De estos, 190.889 son venezolanos, 42.414 ecuatorianos y 35.495 haitianos”, según balance citado por el Ministerio de Seguridad Pública de Panamá.
Además, la ONU también emitió alertas recientes por la situación de vulneración de derechos humanos en la zona del Darién.
“Durante los ocho meses transcurridos de 2023, más de 330.000 personas han cruzado el Tapón del Darién, la selva tropical que divide a Colombia y Panamá, una cifra jamás registrada que supera con creces a los 248.000 migrantes y refugiados que transitaron por ahí en todo 2022”, según la Organización de Naciones Unidas.
Destacó que la quinta parte de las personas que cruzan este paso son niños, siendo la población más vulnerable.
“Las personas migrantes y refugiadas están expuestas a múltiples violaciones y abusos de derechos humanos durante su viaje, incluida la violencia sexual, que es un riesgo particular para los niños, las mujeres, las personas LGBTI y las personas con discapacidad”, aseguró Martha Hurtado, portavoz de Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
Igualmente, lamentó la poca atención humanitaria que están recibiendo los migrantes en Panamá y Costa Rica. “Esto empeora las precarias condiciones de vida y aumenta la vulnerabilidad de esas personas”, sostuvo.
“Panamá ha construido con apoyo internacional dos centros de recepción de migrantes en la provincia del Darién y uno en la frontera con Costa Rica para brindar a los viajeros refugio, alimentos, atención médica, agua y saneamiento. Pero dichos centros se encuentran al límite dada la cantidad de personas en movimiento”, manifestó.