Dijo que hay unos niveles de delincuencia más altos que en otras naciones
Gabriel Sonny Cubillos
Periodista de EL NUEVO SIGLO
El país sigue adoleciendo de una política criminal y mientras no sea llenado este vacío será muy difícil subsanar la crisis carcelaria, que se manifiesta sobremanera con la sobrepoblación de internos.
Así lo señaló el ex ministro de Justicia, Parmenio Cuéllar, quien planteó que desde esta cartera se comience por monitorear la evolución de las nacientes conductas delincuenciales para establecer correctivos antes que sea necesario acudir a sanciones de tipo penal.
El NUEVO SIGLO: ¿Qué solución se le puede dar al grave problema carcelario?
PARMENIO CUÉLLAR: La superpoblación carcelaria es resultado del aumento de la delincuencia, y el aumento de la delincuencia es a su vez resultado de factores que la sociedad está viviendo en Colombia desde hace mucho tiempo. Hay un desajuste entre el comportamiento normal de los colombianos y el comportamiento delincuencial en altísimo grado, más allá de lo que representa para otros países la delincuencia. En todas partes del mundo hay delincuencia pero en Colombia tenemos unos niveles mucho más elevados, aún sin tener en cuenta el tema del conflicto armado. Estamos hablando de la delincuencia común.
Considero que el Estado siempre se ha equivocado en el sentido de pensar que la solución al problema de la delincuencia es la cárcel. A todo el que comete un delito hay que meterlo a la cárcel. Y de esta manera hemos estado desde hace muchos años haciendo cárceles que no dan abasto y la fórmula es crear más cárceles, y el Estado no tiene la plata para construirlas, mucho menos para dotarlas y mantener a los presos en condiciones humanas como lo exige la comunidad internacional.
ENS: ¿Cuál sería el primer paso para salir de este círculo vicioso?
PC: Desde hace mucho tiempo venimos planteando el tema de la política criminal y carcelaria. En Colombia cada vez que se comete un delito en una proporción cada vez mayor o aparece una conducta delincuencial que causa gran impacto en la sociedad, el parlamentario o el Gobierno, por lo regular es una conducta de los parlamentarios, acuden a la presentación de proyectos, creando un tipo penal o aumentando la pena si ya esa conducta está penalizada.
Y de esa manera hemos ido creando una situación que va a congestionar las cárceles, cuando las cárceles están a reventar. Y el Congreso aprueba simultáneamente una cantidad de subrogados penales que hacen que la gente salga de la cárcel, pero a la vez aumenta penas. Y estamos así en ese círculo vicioso.
Me parece que eso no debe ser así. ¿Qué es la política criminal? No es lo que en alguna oportunidad se creó por medio de la ley, que es un Consejo de Política Criminal donde se reúnen el Ministro de Justicia y a veces otros ministros que tienen que ver como el del Interior; así como el Fiscal, el Procurador, el Director de la Policía, los representantes del Congreso (senadores y representantes) con el objeto de estudiar a veces algunos de los proyectos que tienen que ver con el tema penal y carcelario. Eso no es la política criminal, eso es una fórmula facilista, la política criminal hay que crearla.
Hay que empezar por hacer en el Ministerio de Justicia una dirección. Cuando estuve de ministro de Justicia, creamos la Dirección de Política Criminal, que tiene que hacer un estudio permanente de todas las conductas y de los comportamientos delincuenciales o anormales que se dan en la sociedad para saber por qué una conducta empieza a generarse, a aumentar, y buscar inicialmente correctivos que no son necesariamente penales sino otro tipo de soluciones. Solamente se recurre a la sanción penal cuando ya ese comportamiento no ha sido posible controlarlo de otra manera.
Entonces la política criminal necesita ser construida por un equipo de criminólogos, sociólogos, sicólogos, siquiatras, penalistas, que estarían en el Ministerio de Justicia monitoreando permanentemente el comportamiento de los ciudadanos para anticiparse a que una conducta se dispare y se vuelva muy difícil de controlar. Solamente cuando tengamos eso es posible que empecemos a pensar en que es posible resolver el problema carcelario. Mientras tanto, estamos dando tumbos buscando plata para crear cárceles en un país que no tiene para otras cosas muy importantes.