HASTA ENERO de 2025 tienen los congresistas para renunciar a la curul si es que quieren presentarse por otro partido en las elecciones del año siguiente, sin incurrir en doble militancia. Faltando todo ese tiempo ya se busca un atajo a la norma con el proyecto de reforma constitucional que se radicó el pasado miércoles para permitir el transfuguismo, que de ser aprobado les daría la posibilidad, además, de cambiar de color político, de seguir en el escaño hasta junio de 2026.
Sin embargo, algunos expertos consultados por este Diario critican el transfuguismo porque en su opinión debilita los partidos y la democracia.
La iniciativa impulsada por congresistas del Pacto Histórico, fuerza base de la coalición de gobierno, cuenta con la firma de 120 parlamentarios de distintos partidos, incluso los de oposición Cambio Radical y Centro Democrático.
No obstante, se conoció ayer frente a las firmas iniciales de algunos congresistas uribistas, que el Centro Democrático tomó la decisión de que no apoyará dicho proyecto porque interpreta que es una maniobra politiquera del partido del gobierno Petro (el Pacto Histórico).
La reforma adiciona el siguiente parágrafo transitorio al artículo primero de la Constitución: “Sin perjuicio de lo dispuesto por el artículo 134, dentro de los cuatro meses siguientes a la entrada en vigencia del presente acto legislativo, autorícese, por solo una vez, a los miembros de los cuerpos colegiados de elección popular, a renunciar al partido o movimiento político que los avaló sin renunciar a la curul o incurrir en doble militancia, para que posteriormente puedan inscribirse en un partido o movimiento político o en un grupo significativo de ciudadanos”.
La razón que explicaría el interés del Pacto Histórico en impulsar el transfuguismo es que en los comicios legislativos del 2026 ya no se puede presentar acudiendo a la figura de la coalición, debido a que en 2022 obtuvo el 16,9% de la votación. El espíritu de esta figura es permitir que se unan fuerzas minoritarias que hayan alcanzado hasta un 15% de la votación.
La coalición del Pacto Histórico está conformada por 15 partidos y movimientos que apoyan las políticas del presidente Petro. Mirando a las elecciones del 2026, el jefe del Estado les propuso que conformen un solo partido, sin embargo, el llamado no ha tenido eco hasta el momento porque les significaría perder autonomía, la personería jurídica y recursos que cada uno recibe del Estado.
Los congresistas de otros partidos también se benefician con la medida, eso explica por qué más de 130 parlamentarios la apoyan con su firma, pues como se dijo anteriormente se pueden quedar en la curul hasta junio del 2026.
¿Cómo reciben el proyecto?
Pedro Felipe Gutiérrez, exmagistrado del Consejo Electoral y abogado en derecho electoral, se preguntó “si esa posibilidad que se está abriendo garantiza que un partido que se dio la pela en unas elecciones para conseguir una curul, y que vía modificación constitucional se permita que se vaya para otra, hasta dónde se está previendo cómo se va a indemnizar al partido que va a sufrir la pérdida”.
Agregó que eso no solo le va a generar una pérdida política al partido, que ya no va a tener un congresista que lidere la campaña en las elecciones que vienen, “sino también la afectación económica porque los gastos de funcionamiento de los partidos tienen en cuenta cuántos congresistas tienen, cuántos concejales tienen. Todo eso implicaría que el partido lo va a perder sencillamente por una reforma”.
Gutiérrez explicó que en el caso del Pacto Histórico se busca que autoricen el transfuguismo “porque como ya no pueden hablar de partidos minoritarios, quiere decir que ya no pueden celebrar coaliciones en las elecciones de Congreso que viene, y que al presidente nadie le cogió la caña en lo que tiene que ver con la conformación de un solo partido. Lo más fácil es decir «venga me le llevo los congresistas»”.
Añadió que es “un mecanismo para hacerle quiebre, pero va a generar un perjuicio. La pregunta es si dentro del perjuicio que va a generar se va también a resarcir a los partidos que lo van a sufrir, porque un partido va a perder plata y va a perder líderes porque otro se les va a llevar lo que trabajó”.
En tanto que Hollman Ibáñez Parra, presidente del Colegio Electoral Colombiano, dijo que “este proyecto de ley que facilita o promueve el transfuguismo, −en mi criterio− atenta contra los postulados constitucionales, contra la disciplina de los partidos y especialmente contra el espíritu de la Ley 1475, que en el artículo segundo prohíbe la doble militancia”.
Indicó que aquí “lo único que veo es una intención de reacomodar las fuerzas al interior del Congreso de la República para facilitarle el gobierno al presidente Petro”. En este sentido el experto se preguntó: “Quiénes necesitan salirse de los partidos hoy que no les dejan hacer el juego a las reformas propuestas por el presidente Petro”.
Incluso Ibáñez considera que algunos congresistas de partidos que no hacen parte de la coalición, pero facilitan los proyectos que el gobierno presenta, “podrían estar incurriendo en conflicto de intereses” apoyando esta reforma.
Concluyó Ibáñez que el proyecto “es abiertamente inconveniente, atenta contra los actos legislativos que han reglamentado desde el 2003 para acá todo el tema de la disciplina de partidos, de hacerse más hacia la democracia, que esté más sólida la conformación de partidos”.
A su turno, Alfonso Portela, experto en derecho electoral, explicó que “la norma lo que tiene establecido es que, si usted ostenta una credencial en una corporación a nombre de un partido político, pues para poder inscribirse en una siguiente elección por otro partido, tiene que primero renunciar a la credencial y hacerlo con 12 meses de anticipación al inicio del proceso de inscripción”.
Expuso que esto en la práctica tiene dos lecturas, “si lo miramos desde el punto de transfuguismo que sea una oportunidad para moverse y simplemente lo hacen por conveniencia política o por estar en ese manejo permanente de estar trasladándose de un partido a otro donde mejor le vaya, es reprochable porque la inspiración de esa norma es la disciplina de los partidos”.
Sin embargo, dijo que hay otras circunstancias que podrían justificar no estar atado a un partido, por ejemplo, el hecho de no compartir las ideas o las decisiones de una colectividad.
También acotó que “el proceso de inscripción de candidaturas inicia cuatro meses antes del debate electoral y se extiende por un mes, y entonces ha habido casos de personas que, ostentando la credencial, simplemente los directores del partido les niegan el aval. Esa persona queda totalmente secuestrada porque ya no se puede trasladar a otro partido donde pueda tener la oportunidad de presentar su nombre”.