En noviembre próximo se cumplirá un año del demoledor paso del Huracán Iota por el archipiélago de San Andrés y Providencia. El proceso de reconstrucción ha generado contradicciones entre los partes positivos que da el Gobierno al respecto y las críticas de los habitantes y dirigentes de las islas por los presuntos retrasos, sobre todo en la entrega de viviendas.

El ministro de vivienda, Jonathan Malagón, se había comprometido, junto con otras instituciones del Estado como Findeter y el Departamento de Prosperidad Social, a entregar 50 casas por mes. Incluso el Presidente sostuvo que serían 80 por mes.

“Entre las distintas intervenciones de vivienda, que son reparaciones, reconstrucciones y viviendas nuevas, tenemos poco más de 40% de las familias de la isla con una solución de vivienda ya efectiva y recibida a satisfacción, y las familias que ya tienen su solución están muy contentas, porque existe un consenso de que lo que tienen hoy es de lejos mucho mejor a lo que tenían antes del incidente de Iota”, afirmó Malagón.

“Nos corresponde seguir avanzando con las viviendas restantes, tenemos cronogramas internos muy apretados. Las complejidades logísticas de la reconstrucción son todas, no tenemos un puerto, tenemos un muelle, la posibilidad de descargue es poca, el acero escasea en cerca de 1.500 proyectos dentro de la plataforma continental, entonces lo difícil que es llevar acero a Providencia hace que esto sea mucho más complejo”.

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En la otra orilla se piensa distinto. Jennifer Bowie, vicepresidenta de la comunidad raizal en Providencia, habló con EL NUEVO SIGLO al respecto.

“De las viviendas nuevas que ellos quedaron de construir hay 50 viviendas habitables, pero ninguna vivienda está terminada por completo, no han entregado una sola vivienda, ni siquiera la modelo, que esté completamente terminada, a todas les faltan, por ejemplo, el pozo séptico o los baños. De 330 viviendas que han terminado, hay 50 de esa manera”, indicó.  

“La estrategia que usan es arreglar las fachadas de las viviendas y luego dejar los detalles internos de último, entonces tú pasas, ves la vivienda y dices: 'Está bien'. Pero les faltan las puertas, las baldosas o el baño no está terminado”, explicó.

Bowie señaló que se había propuesto instalar un búnker dentro de cada casa. “Yo les dije que ya que no van a hacer las casas prefabricadas, que son mucho más costosas que estas que están reparando, háganle los búnkeres a la gente. Y me dijeron que el búnker iba a ser el baño, o sea que si viene otro huracán nos van a poner a vivir siete o 15 personas metidas ahí para salvarnos”.

“Después de esa reunión están haciendo los baños con placa y mampostería para que la gente se pueda resguardar ahí. También hay que tener en cuenta que sobre el hospital no han empezado nada”, finalizó.