El 29 de octubre, más de un millón cuatrocientas mil personas votaron por Carlos Fernando Galán para que fuera el nuevo alcalde de Bogotá. Las urnas hablaron y, en efecto, el entonces candidato del Nuevo Liberalismo ganó las elecciones.
Durante su campaña fue enfático en mencionar que pese a sus diferencias con el Gobierno Nacional en cabeza del presidente Gustavo Petro, llegaría a la Alcaldía con el objetivo de lograr trabajar mancomunadamente.
“Sin lugar a dudas tenemos que trabajar con el Gobierno Nacional y con el presidente de la República, lo vamos a hacer a pesar de profundas diferencias que tenemos, pero lo vamos a hacer en qué términos: en que como su alcalde tendré un mandato de defender ese proyecto del metro como está planteado, como se está ejecutando en este momento”, sostuvo.
Agregó que “ese proyecto no lo define una reunión en China, no lo define el presidente de la República ni la reunión con el presidente de la China. Ese proyecto lo definen Bogotá, los bogotanos y las bogotanas. Bogotá ya tiene esa línea contratada y lo que yo busco es que ratifiquen esa decisión que ya se tomó, que está en ejecución. Es una decisión de Bogotá, no de la Nación, no de otro país, no de los contratistas. Es de Bogotá y la vamos a defender para que Bogotá tenga metro por fin”.
Asimismo, en entrevista con EL NUEVO SIGLO, el alcalde electo afirmó que la capital no necesita un alcalde subalterno del presidente, necesita un alcalde que esté pensando en los problemas de la ciudad, en cómo resolverlos, en cómo defender los intereses de Bogotá
“Yo voy a respetar como siempre lo he hecho la institucionalidad presidencial y voy a trabajar con el Gobierno Nacional buscando a través de canales institucionales cómo defender los intereses de Bogotá, pero también voy a exigir un respeto por la institucionalidad de Bogotá”, enfatizó.
La discusión en torno al proyecto del metro en Bogotá tomó un giro con un intercambio de palabras entre el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el alcalde electo de la capital, Carlos Fernando Galán. La polémica se desató después de que el líder del Nuevo Liberalismo expresara su deseo de “respeto por la autonomía de Bogotá” en la implementación del medio de transporte masivo.
Después de la primera reunión de transición entre la alcaldesa Claudia López y el próximo alcalde, Carlos Fernando Galán, se dieron a conocer los asuntos tratados en su conversación. Uno de los temas de mayor relevancia abordados fue el proyecto del sistema de transporte metro en Bogotá.
Ante la rueda de prensa que realizó Galán, el presidente Petro respondió en X (Twitter), calificando las palabras de Galán como “una tontería” y desafiando las afirmaciones de que su Gobierno había obstaculizado el desarrollo del metro elevado.
El presidente también hizo hincapié en la necesidad de que las futuras generaciones recuerden a las autoridades por su enfoque en la construcción del metro elevado.
“Qué tontería. Mi Gobierno no ha hecho nada para que no hagan el metro elevado, pero en nueve años no lo han hecho. Quien presentó la propuesta de integrar el metro elevado con un tramo de metro subterráneo como el que estudiamos fue la alcaldesa, pero después nos insultó por acoger su propuesta. Que las generaciones posteriores los recuerden por hacer ese esperpento, pero si no lo han hecho en estos nueve años, no es porque nosotros lo hayamos impedido”, dijo Petro.
Galán también expuso cuáles serán las prioridades durante su Gobierno: “Ya anuncié que vamos a hacer el arranque de un plan de seguridad, que vamos a iniciar esa misma tarde del 1° de enero (de 2024). Ya daremos detalles de cómo será eso, pero sabemos que la prioridad número uno que están pidiendo los ciudadanos en este momento tiene que ver con un cambio en la política de seguridad y ese cambio arranca desde el 1° de enero”.
Sobre la relación con el Concejo de Bogotá, Galán dijo: “Vamos a trabajar con ese Concejo, creo que hay un equipo extraordinario que representa a los ciudadanos en esa corporación. Con algunos tenemos coincidencias, con otros no, pero estoy seguro de que a punta de argumentos vamos a poder construir decisiones acertadas para Bogotá”.
Tensión por el Hospital San Juan de Dios
Está listo el decreto con el que el Gobierno Nacional comprará los hospitales San Juan de Dios y Materno Infantil. Los ministros de Educación, Cultura, Hacienda, Salud y los directores del Dapre y de Función Pública firmaron la medida.
El Decreto 1959 de 2023 le permite a la Agencia Nacional Inmobiliaria Virgilio Barco adelantar el proceso para que se adquiera de manera gratuita el título o poseer el derecho de dominio de infraestructura de estos dos bienes.
Por otro lado, se tendrá en cuenta un estudio hecho por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi para que se pueda determinar cuál será el valor que cancelará el Gobierno Nacional por estas dos instituciones de salud, y será el Ministerio de Hacienda la entidad que se hará cargo de estos pagos, que saldrán del presupuesto de Marco Fiscal de mediano plazo y del Marco de gasto de mediano plazo.
Finalmente, el decreto determina que en los próximos 10 años ambas instituciones deben validar su funcionalidad como hospitales universitarios.
“Se prestarán servicios de mediana, alta complejidad y atención integral en salud de la población en general, así como participar y fungir como organismo asesor e incluso articulador en el ámbito nacional en materia de investigación, desarrollo, innovación y formación de talento humano en salud", se lee en el texto.
El director del hospital será designado por el presidente y deberá acreditar formación profesional universitaria con posgrado en salud pública, administración, epidemiología o gerencia en salud.
Con esta decisión, el gobierno Petro busca tener el control de lo que se hará en el complejo hospitalario San Juan de Dios, que ahora está en manos de la Alcaldía de Bogotá.
Petro no estaba de acuerdo con la demolición de la torre central, contemplada desde el gobierno de Enrique Peñalosa, cuando se diseñó un proyecto para construir, entre otras, una torre nueva que pudiera cumplir con los estándares internacionales de operación de hospitales.
Desde entonces, tras el contrato adjudicado entonces por casi 500 mil millones de pesos para diseñar, construir y operar un nuevo hospital, la inversión no se ha materializado. Con la decisión de Petro, quien argumenta que el edificio es patrimonio cultural y por tanto no debe demolerse sino adaptarse, el alcalde electo, Carlos Fernando Galán, perdió control distrital sobre esta propiedad.