¿Será que este Congreso le jalará a la autorreforma? | El Nuevo Siglo
Hay grandes expectativas sobre el desempeño que tendrá este Congreso, especialmente porque tuvo una importante renovación.
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Viernes, 22 de Julio de 2022
Redacción Política

Uno de los grandes retos que se plantea para el Congreso que se acaba de instalar es sacar adelante la autorreforma, que desde hace varios años se ha intentado sin éxito, en temas como congelar o reducir los altos salarios de los parlamentarios, acortar los recesos legislativos y limitar el número de períodos, entre otros. 

El Congreso tuvo una renovación superior al 60%, donde se ve con optimismo la llegada de muchos jóvenes que provienen de sectores alternativos y sociales, con una formación política que no se ha dado en los partidos tradicionales.

Por ello algunos consideran que esta es una oportunidad de oro para la autocirugía del Legislativo, más cuando el entrante gobierno se ha comprometido con un cambio efectivo en el país.

Vale recordar que el Legislativo en diferentes encuestas se mantiene como una de las instituciones más desprestigiadas y distante de la buena imagen que conservan, por ejemplo, el Ejército y la Policía.

Muchos colombianos ligan el Congreso y a sus integrantes con la politiquería y creen que es un escenario, incluso, propicio a la corrupción.

Pues bien, el nuevo Congreso parece que llegó con bríos para intentar otra vez una autorreforma. Los senadores de la bancada del gobierno entrante Iván Cepeda, del Polo Democrático Alternativo, y Gustavo Bolívar, del Pacto Histórico, y la representante Catherine Juvinao, de Alianza Verde, prepararon un proyecto que insiste en establecer un tope de periodos de permanencia en el Legislativo, en este caso limitándolo a tres ya sea en Senado o en Cámara.

Se busca con la medida, señalan estos parlamentarios, una renovación gradual del Congreso que dé lugar al surgimiento de liderazgos y ponga fin a los “atornillados” que, consideran los promotores de la iniciativa, tienden a crear redes de clientelismo y corrupción al interior de la institución.  

El proyecto también limita el receso legislativo haciendo que el segundo período comience el 20 enero, y no el 16 de marzo, como hoy ocurre.

Otra de las propuestas en el proyecto de los señalados congresistas de la coalición del Pacto Histórico y la Alianza Verde es fortalecer las causales de pérdida de investidura de los legisladores, que tiene como finalidad combatir el ausentismo.

De igual forma, la iniciativa propone una nueva causal de pérdida de investidura por obtener cuotas o prebendas burocráticas a cambio del voto.

Camino lleno de piedras

En el pasado Legislativo los proyectos de autorreforma, ya sea por vía de modificar la Constitución o la Ley Quinta, no tuvieron en su gran mayoría discusión.

Entre las iniciativas que se puede decir que el viento se llevó, estuvo la que buscaba profesionalizar las Unidades de Trabajo Legislativo de los congresistas (UTL), radicada por diferentes partidos.

Adicionalmente, se pretendía incluir en la Ley 5ª de 1992 los requisitos para integrar las UTL, pues en la actualidad la facultad de determinar las calidades para ocupar cargos de asesores se le otorgó a la Mesa Directiva de la Cámara y de la Comisión de Administración del Senado.

Otro proyecto, del Centro Democrático, que no fue siquiera mirado, buscaba reducir el costo de las UTL al erario, al disminuir de 50 a 30 los salarios mínimos legales mensuales asignados a los congresistas para la conformación de las mismas.

También en la Comisión Primera de la Cámara se hundió por falta de trámite un proyecto de reforma constitucional para evitar que los congresistas dispongan de su fuero de manera arbitraria eludiendo ser investigados por la Corte Suprema, y consecuentemente, escoger el ente investigador y acusador de su preferencia.


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Además, se hundieron dos proyectos de reforma constitucional que fueron acumulados, uno que pretendía crear la circunscripción especial de jóvenes en la Cámara de Representantes, en tanto que el otro reducía la edad requerida para ser elegido senador o representante.

Así mismo no pasó de ser una iniciativa de ley la que buscaba fortalecer el acceso ciudadano a la información que se produce en el Congreso, facilitando el seguimiento al trabajo legislativo, el control político y de gestión de intereses públicos.

Establecía, entre otros aspectos, que en los portales oficiales del Congreso se dispusiera un enlace permanente que permita el acceso a la actividad congresional de una forma integrada e individual de los respectivos congresistas.

Tampoco se salvó una iniciativa de reforma legislativa para disminuir el número de miembros del Congreso y reducir los salarios. 

Dicho texto, que presentó el Partido Centro Democrático, establecía que el Senado esté integrado por 64 miembros elegidos en circunscripción nacional. Habría un número adicional de un senador elegido en circunscripción nacional especial por comunidades indígenas y otro de las comunidades afrodescendientes. 

En cuanto a la Cámara, habría dos representantes por cada circunscripción territorial. Además, una curul por la circunscripción de las comunidades afrodescendientes, una por la circunscripción de las comunidades indígenas y una curul por la circunscripción internacional. 

Con respecto al salario de los congresistas, el proyecto establecía que la asignación se reajustará cada año de manera proporcional al ajuste en precios constantes que se haga al salario mínimo.

El hecho más insólito en la ya larga cadena de fracasos de autorreforma del Congreso, sucedió con la reforma constitucional que presentó el representante del Centro Democrático Gabriel Santos, pues fue aprobada en siete debates y la dejaron hundir en el octavo.

La iniciativa buscaba que el segundo periodo de la legislatura, que inicia el 16 de marzo y termina el 20 de junio, comenzara el 16 de febrero y finalizara el 20 de junio.

El 16 de diciembre pasado en el último día de sesiones del Congreso en 2021, la plenaria del Senado agendó dicho proyecto en el décimo lugar en el orden del día. Lo que ocurrió fue que en el transcurso de la sesión se desbarató el quórum y por ello no pudo ser votado, llevando a su hundimiento.

Se ve otro ambiente: MOE

La directora de la Misión de Observación Electoral (MOE), Alejandra Barrios, dijo a EL NUEVO SIGLO: “Creo que el Congreso tiene muchísimo chance de sacar varias reformas que no se han podido sacar en los últimos años. Tiene una renovación del 62%”.

Agregó que “es un Congreso que veo, y de todas las organizaciones políticas, mayor contacto con la realidad del país. El Congreso que acaba de salir dejó en evidencia que había perdido la conexión con los ciudadanos, con su militancia, con los simpatizantes de sus organizaciones”. 

Consideró Barrios que hay unas agendas políticas claras en el nuevo Legislativo, “se habla de unas reformas, se ve un liderazgo entre las diferentes bancadas”.

Agregó que, a diferencia, en el anterior Legislativo “inclusive el primer año de gobierno se perdió porque no tenía una agenda clara, no encontraron una forma de diálogo de negociación”. 

“Espero, confío, que este Congreso sí logre avanzar en unas reformas importantes. Me genera muchísima expectativa la Cámara de Representantes porque es la que tiene el mayor nivel de renovación y, además, porque hay presencia de liderazgos locales que, se supone, son la voz de aquellos que normalmente no han sido escuchados”.