El fin de semana el tema favorito en los corrillos políticos fue quién será, finalmente, el nuevo alcalde provisional de la capital del país. Ya está claro que a más tardar el viernes próximo (aunque el plazo de 10 días vence el miércoles santo 16 de abril) el presidente Santos emitirá el respectivo decreto que designa a uno de los integrantes de la terna presentada por la Alianza Verde para asumir las riendas de la ciudad durante los próximos dos meses, hasta que se posesione el mandatario que debe ser electo en las urnas en junio. ¿Quién será? Las apuestas están divididas, aunque inicialmente hubo muchas voces que consideraron que Antonio Navarro (senador electo) era el que presentaba más opciones de ser el sucesor del ministro Rafael Pardo.

Opción de Navarro

¿Por qué Navarro? Tres razones sustentan sus posibilidades. Uno, ya tiene experiencia en temas administrativos, como lo demostró cuando fue alcalde de Pasto y luego gobernador de Nariño. Dos, ha demostrado que la ideología política se puede dejar de lado cuando se trata de coordinar con instancias del Gobierno nacional, tal como quedó evidenciado cuando estuvo como mandatario seccional (2008-2011), en pleno gobierno Uribe. Era claro que ambos estaban en orillas políticas opuestas y aún así trabajaron en llave en muchas materias, incluso en el tema de seguridad y lucha contra el narcotráfico. Y tres, que si bien Navarro es fiel al petrismo, cuando tuvo que evidenciar desacuerdos objetivos con las tesis del Alcalde, lo hizo. Es más, esa habría sido una de las razones por las que salió de la Secretaría de Gobierno.

Pero…

Sin embargo, en altas esferas del Gobierno hay quienes consideran que Navarro, al ser una figura tan conocida, podría ser utilizado por la izquierda como puntal de lanza para tratar de impulsar, desde el poder político y burocrático que da estar al frente de la Administración, la candidatura del aspirante que lance el petrismo para las elecciones atípicas. Ya varios partidos y posibles candidatos a la Alcaldía han pedido que el alcalde provisional sea imparcial y no ponga la Administración al servicio de ninguna aspiración.

Jaramillo no sería

En cuanto al segundo integrante de la terna, el exsecretario de Gobierno Guillermo Alfonso Jaramillo, si bien ha demostrado tener experiencia administrativa y ser menos ideologizado que el propio Petro, en altas esferas del Ejecutivo se considera que ha sido demasiado crítico con el Gobierno nacional y podría utilizar la Alcaldía provisional como una nueva trinchera para seguir defendiendo la posibilidad de que el exmandatario destituido vuelva al Palacio Liévano o que el petrismo ponga allí a uno de los suyos por 18 meses más.

Sí y no a Maldonado

Queda, entonces, la opción de la secretaria de Hábitat, María Mercedes Maldonado, de quien Navarro dijo días atrás que tenía información de que era la más opcionada en el Alto Gobierno para ser designada alcaldesa provisional. Mientras que algunos de sus críticos sostienen que le falta experiencia administrativa, trayectoria política y, además, ha chocado con el Gobierno nacional en temas clave como el de vivienda, quienes defienden su opción argumentan que el ser la menos conocida de la terna podría generar cierta tranquilidad en el escenario político pues es claro que en un lapso tan corto de ocho semanas no podría inclinar la balanza electoral, desde la Administración, hacia un candidato petrista.