Son muchas las interpretaciones que se hacían ayer respecto a cuál podría ser el impacto de la designación de David Luna como ministro de las TIC, precisamente una semana después de que, junto al presidente de Cambio Radical, Carlos Fernando Galán, lanzaran la candidatura, respaldada en firmas, de Enrique Peñalosa a la Alcaldía de Bogotá. Una primera hipótesis señalaba que el nombramiento de Luna fue un ‘mensajito’ muy directo del Gobierno tanto al partido del vicepresidente Germán Vargas Lleras como a algunos sectores liberales, en torno de que la Casa de Nariño se inclinaría por la candidatura de Rafael Pardo, respaldado oficialmente por La U y el Partido Liberal, para suceder a Gustavo Petro.

¿A favor?

Otra hipótesis señalaba que, todo lo contrario, la designación de Luna respondía a un ‘mensajito’ del Gobierno a Peñalosa, en el sentido de que el exviceministro de Trabajo (siendo Pardo titular de esa cartera) y exconsejero presidencial para las Regiones no sería ‘castigado’ por apoyar una candidatura distinta a la de Pardo, y prueba de ello es su ingreso al gabinete. No hay que olvidar que desde su primer mandato siempre se ha dicho que a Santos le interesaba mucho tener a Peñalosa en un ministerio pero que éste, tanto entonces como después de la campaña presidencial del año pasado, habría declinado los ofrecimientos en ese sentido.

Simple milimetría

Una tercera lectura sostenía ayer que lo que hay detrás del ingreso de Luna a una cartera que maneja temas en los que, se sabe, no tiene mayor experiencia ni conocimiento profundo, en realidad no tiene nada que ver con la campaña por la Alcaldía de Bogotá y que en realidad sólo responde al principio de milimetría política que se aplicará en el remezón del gabinete, en donde el cambio en la cartera de las TIC sólo es la primera movida. En otras palabras, que se cambió a un liberal como Diego Molano por otro liberal como Luna, en tanto otros dirigentes de las toldas rojas, como el exsenador Camilo Sánchez hacen cola, para remplazar ministros de la misma divisa. No hay, en consecuencia, nada distinto a cuadrar cuotas ministeriales y para ello se designa a Luna, que ya estuvo en el Gobierno y es muy cercano a los Gaviria (el expresidente y su hijo Simón, hoy en Planeación Nacional).

Ahí están y…

Como es apenas obvio, tan pronto como se dio el primer relevo en el gabinete, empezaron los pulsos de poder en el interior de la coalición de Unidad Nacional. Se decía ayer en los pasillos del Congreso que tanto liberales como La U consideran que en vista de que el Partido Conservador insiste en su tesis de mantenerse por fuera del Gobierno, entonces debería repensarse si esa colectividad debe conservar la titularidad de carteras como las de Hacienda, Mauricio Cárdenas, y Minas y Energía,Tomás González. Una alta fuente de la Casa de Nariño indicó que la cuota conservadora en el gabinete, que en Palacio sostienen son tres carteras, así como otros altos cargos se mantendrán inmodificables y que ese fue el mensaje en reciente reunión entre el Presidente y la bancada azul, la mayoría de la cual acompaña todos los proyectos del Ejecutivo en el Congreso.