Hoja de ruta | El Nuevo Siglo
Lunes, 21 de Marzo de 2016

Un senador conservador hizo la siguiente radiografía de lo que, para él, es el cronograma electoral para el próximo año y medio: durante lo que resta de 2016 los candidatos y precandidatos presidenciales empezarán a reclutar a los que podrían ser sus principales alfiles de campaña. Si bien hay varios partidos con congresos, asambleas y convenciones a bordo, en ninguna de ellas se determinarán aspiraciones ni alianzas, pues eso se dejará para el primer semestre de 2017. El vicepresidente Germán Vargas Lleras tiene plazo hasta marzo para renunciar y no inhabilitarse, por lo que antes de esas fecha ninguno de sus eventuales rivales se lanzará al agua. La fecha de ‘caducidad’ de la coalición de Unidad Nacional dependerá de qué tanto el proceso de paz se adentre en 2017.

Dúo a la vista

En los corrillos políticos se dice que si la hoy ministra de Educación, Gina Parody, renuncia, en pocos meses podría estar en conversaciones muy serias con el exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, quien ya se sabe será candidato presidencial para 2018. Se afirma en fuentes allegadas a ambos dirigentes, que hay empatía suficiente tanto en el plano político y de concepción ideológica, pero sobre todo en el concepto de que cualquier nueva propuesta política debe partir de la base de superar el pulso entre santismo y uribismo. Paradójica la conclusión, sabido que Parody ha sido directora del SENA y ministra de este Gobierno, y a Fajardo se le ofreció semanas atrás la posibilidad de entrar al gabinete, que declinó.

Preguntas para pensar

¿Cómo se va a determinar en el momento de una captura quién es o no un adicto? ¿Hay un protocolo ágil- no lo hay- para determinar la adicción? ¿Será que los jíbaros no van a usar esta nueva figura para transportar más droga y aumentar el microtráfico? ¿Midió la Corte Suprema de Justicia estos impactos? Esas fueron las preguntas que se hizo la senadora uribista Nohora Tovar ante la sentencia del alto tribunal que cambió el concepto de la dosis mínima de estupefacientes, al determinar que esta no puede ser fijada genéricamente, sino que depende de la cantidad que cada persona en particular, de acuerdo a su nivel de adicción, requiere.

Paloma “neutral”

Y hablando del uribismo, tras la polémica que se formó la semana pasada cuando una senadora de ese partido le reclamó al director de la Policía por estar portando en su uniforme el símbolo de la paloma con que el Gobierno identifica el proceso de paz con las Farc, un avezado congresista le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO que ahora “sí la cosa se puso peluda, porque va a tocar buscar una paloma, que es el símbolo por excelencia de la paz, que tenga pinta de ser neutral en política y hasta tocará someterla al polígrafo de aves”. Sin comentarios.