Pulso por fracking (I)
Una vez más se prendió la polémica por la posibilidad de utilizar en Colombia la metodología de fraccionamiento hidráulico para extraer petróleo y gas de formaciones subterráneas sólidas, más conocido como el fracking. Ya para el próximo año se anunció un primer proyecto piloto en el Magdalena Medio y en el Congreso cursan tres proyectos de ley alrededor del tema, especialmente para prohibir esta técnica de exploración. Sin embargo, es claro que autorizar o no esta metodología, que fue la que llevó a Estados Unidos al top de producción petrolera, tiene en el fondo un alto componente político, ya que al final de cuentas hay tantos argumentos para tratar de justificar la pertinencia de esta técnica como argumentos para descalificarla, según se desprende de todos los debates que se han dado en distintos países alrededor de este asunto, algunas veces concluyendo en la viabilidad a la metodología por considerarla segura y rentable, y en otras prohibiéndola bajo la tesis de su alto impacto ambiental.
Pulso por fracking (II)
Incluso a finales del gobierno Santos un alto funcionario del Ministerio de Minas y Energía, en una charla off the record con periodistas del área económica, advertía que dar vía libre al fracking en Colombia no debía remitirse solo a temas técnicos y ambientales, sino que en el fondo era un asunto de orden político en donde la determinación presidencial al respecto era la que terminaba por hacer primar las tesis a favor de esta metodología de exploración de petróleo o gas, o poniendo más énfasis en las que recomiendan no darle autorización porque, incluso, no solo afectaría los recursos hídricos sino que sería causante de sismos superficiales por la desestabilización de las formaciones rocosas que, al ser impactadas por agua a altas velocidad y fuerza, se debilitan.
Encuentro inédito
Muchos ecos se escuchaban ayer a la reunión del martes entre el expresidente Álvaro Uribe, varios senadores del partido Farc así como los congresistas Gustavo Petro e Iván Cepeda. Trascendió, por ejemplo, que el senador liberal Luis Fernando Velasco fue el que gestionó ese encuentro, luego que Uribe le consultara sobre cómo sería posible buscar una fórmula de consenso para salvar el proyecto impulsado por el Centro Democrático que busca crear una sala especial para el juzgamiento de los militares y policías en la Jurisdicción Especial de Paz (JEP). Incluso Velasco alcanzó a consultar al excandidato presidencial y exjefe negociador de paz del gobierno Santos, Humberto de la Calle, quien le habría recomendado al Senador liberal que propiciara el encuentro por la significancia política del mismo, ya que era la primera vez que Uribe aceptaba reunirse frente a frente con los senadores de la exguerrilla así como con Petro y Cepeda, con quien ha sostenido no pocas polémicas y pleitos judiciales.
Incomodidad uribista
Sin embargo, no a todos en el Centro Democrático les pareció bien que el senador y expresidente Uribe se reuniera, en el despacho del presidente del Senado, Ernesto Macías, y a instancias de los ponentes del polémico proyecto, con los parlamentarios del partido Farc, por el efecto político legitimador que esa reunión podría tener para estos últimos. Paradójicamente algunos senadores recordaron que semanas atrás hubo críticas uribistas a la decisión del presidente Iván Duque de invitar a la Casa de Nariño a Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, máximo jefe de la desmovilizada guerrilla, con el fin de hacerlo partícipe del acuerdo político multipartidista para acumular y presentar los proyectos de ley y reforma constitucional para combatir la corrupción.