NO HABÍA de otra. El presidente de Argentina Javier Milei, más allá de sus consideraciones ideológicas, tuvo que meterse al ruedo y empezar a manejar la economía contra todo.
Desde que asumió como presidente de Argentina el 10 de diciembre de 2023, Milei ha implementado un ambicioso plan de estabilización y desregulación económica que ha marcado un punto de inflexión en la trayectoria económica del país, de acuerdo con un análisis sobre su gobierno por parte de ANIF.
Sus medidas, orientadas hacia el equilibrio fiscal y estabilización macroeconómica, han mostrado resultados mixtos. Por un lado, se ha logrado una desaceleración de la inflación y alcanzar un superávit fiscal histórico. Por otro lado, los recortes del gasto público han impactado negativamente el empleo y los niveles de pobreza.
La inflación
Uno de los primeros logros significativos de la gestión económica de Milei ha sido la reducción de la inflación. Previo a su llegada, Argentina experimentaba una inflación mensual promedio de 4,8% en los últimos ocho años, alcanzando un máximo de 25,5% en diciembre de 2023. Además, la inflación anual al cierre de 2023 se ubicó en 211,4%.
La dinámica inflacionaria mensual ha mostrado una notable desaceleración, registrando en septiembre de 2024 una variación mensual de 3,5%, lo que representa una reducción de 9,2 puntos porcentuales (pp) respecto al mismo mes del año anterior y el nivel más bajo desde octubre de 2021.
El análisis por división de gasto muestra que mientras las prendas de vestir y recreación mantuvieron una relativa estabilidad con diferencias mensuales porcentuales promedio de 0,3 y 0,6 puntos respectivamente, en lo que va del año, alojamiento y servicios públicos experimentó aumentos significativamente mayores, con un crecimiento promedio en puntos porcentuales de 6,3 en ese mismo periodo.
Este último resultado, se explica por la eliminación de subsidios a las tarifas de energía, gas y agua que ha adelantado el gobierno en búsqueda de reducir el gasto fiscal.
En términos interanuales, aunque la inflación continúa por encima del 200%, se evidencia una tendencia descendente desde su máximo de 289,4% en abril de 2024, situándose en 209,0% para septiembre.
El tipo de cambio
Ahora, en materia cambiaria, las medidas adoptadas por Milei también han llevado a reducir significativamente la brecha entre el dólar paralelo (blue) y el tipo de cambio oficial. Los analistas señalan que el dólar blue refleja de manera más fiel las dinámicas de compra y venta de la moneda estadounidense, pues difiere de la tasa de cambio oficial que registra restricciones de compra y venta.
Así, la decisión inicial a tres días de posesionarse, que llevó a devaluar el peso argentino en un 50%, elevó la cotización oficial promedio de 353,6 a 804,0 pesos por dólar al cierre de diciembre 2023, acercándola sustancialmente al valor del dólar blue. La brecha cambiaria, que representa el diferencial porcentual entre ambas cotizaciones respecto al valor de la cotización del dólar blue, se ha reducido desde un promedio de 61,5% previo a su gobierno hasta un 18,7% en el último mes.
De acuerdo con el informe, esta convergencia entre tipos de cambio representa un avance significativo hacia el objetivo de mediano plazo del gobierno de Milei de eliminar completamente la brecha cambiaria y, eventualmente, el cepo cambiario, permitiendo que todas las operaciones se realicen en un mercado donde la oferta y la demanda determinan el precio de la divisa.
Además, el riesgo país en Argentina, medido por el EMBI de JP Morgan, ha disminuido notablemente en los últimos meses, alcanzando niveles no vistos desde 2020. Este indicador, clave para evaluar la percepción de los inversores sobre la solvencia y estabilidad económica, refleja una mejora en la confianza del mercado. La baja del índice sugiere una menor percepción de riesgo, lo que podría traducirse en costos de financiamiento más accesibles para el país austral.
Además, favorece positivamente la reducción de la brecha cambiaria, dado que hay menores presiones para la compra de moneda extranjera y la subsecuente depreciación del peso argentino. Este cambio se atribuye a las políticas del gobierno de Javier Milei, orientadas a corregir desequilibrios fiscales y monetarios.
El déficit fiscal
Por otro lado, Argentina ha enfrentado un déficit fiscal persistente, impulsado por un aumento en el gasto público apalancado con mayores niveles de deuda. Este déficit incluye tanto los gastos corrientes como los pagos de intereses, lo que dificulta alcanzar un superávit financiero. Para el cierre de 2023, el déficit acumulado alcanzó a representar el 4,4% del PIB. Sin embargo, Milei logró en lo corrido de los nueve primeros meses de 2024, un superávit financiero del 0,4% del PIB, no por un mayor recaudo fiscal, sino por un fuerte recorte en el gasto.
Esto se debe a su reestructuración ministerial, que eliminó 12 ministerios, disminución de la inversión en infraestructura, eliminación de varios programas de asistencia social y recorte a la contratación pública de personal. En ese sentido, su gobierno ha adelantado una importante agenda en materia de desregulación económica, que propende por un menor tamaño del estado y una consecuente reducción de su intervención en el aparato productivo.
El gasto público
A pesar de los logros de las medidas tomadas por Milei, la contracción del gasto público ha generado un impacto adverso significativo en el desempeño económico argentino. Durante la primera mitad de 2024, la actividad económica experimentó una contracción sostenida, registrando descensos de 2,2% y 1,7% interanual en el primer y segundo trimestre, respectivamente. El sector de la construcción emergió como el más afectado, exhibiendo una caída del 22,2%, principalmente atribuible a la pronunciada reducción del 82,3% en obra pública hasta febrero de 2024, según datos de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP). Si bien esta reducción contribuyó al logro del superávit fiscal propuesto, el Gobierno nacional y las administraciones provinciales han establecido acuerdos para la reactivación de proyectos estratégicos en los periodos subsiguientes.
Paralelamente, el sector comercial experimentó una contracción del 15,6% durante el segundo trimestre, fenómeno explicado fundamentalmente por una disminución del 4,1% en el consumo de los hogares, lo que refleja el menor dinamismo de la demanda.
Desempleo
Este deterioro económico ha tenido repercusiones significativas en los indicadores sociales. La tasa de desempleo se incrementó considerablemente, alcanzando 7,7% y 7,6% en el primer y segundo trimestre del año, superando los niveles del año anterior. La reducción del empleo público, con más de 25.200 despidos, junto con el cierre de programas sociales y la eliminación de subsidios, han contribuido a un aumento sin precedentes en los niveles de pobreza. Durante el primer semestre de 2024, la tasa de pobreza alcanzó el 52,9% de la población, el registro más alto desde 2016, mientras que la indigencia se situó en 18,1%, evidenciando incrementos de 10,7 y 6,2 puntos porcentuales, respectivamente, en comparación con el semestre anterior.
En suma, las políticas económicas de la Administración Milei han mostrado resultados contrastantes en sus primeros diez meses de gobierno. Por un lado, se han logrado avances en indicadores macroeconómicos, tales como reducción de la inflación, la brecha cambiaria y el superávit fiscal del 0,4% del PIB. Aunque estos ajustes podrían abonar el terreno para mejorar las condiciones de la economía argentina en un futuro, han acarreado un alto costo social, evidenciado en una tasa de pobreza que supera la mitad de la población, una indigencia que suma casi un quinto de esta y una contracción económica sostenida con caídas continuas en los últimos tres trimestres.