EL DRAMÁTICO balance provisional de la Dana que generaron las inundaciones en el sureste de España generó dudas sobre la posibilidad de que el gobierno regional haya tardado en alertar a los residentes para que regresaran a sus casas sin demora o no salieran de ellas. Esta tragedia, la peor en España desde las inundaciones que dejaron 300 muertos en octubre de 1973, había costado hasta anoche la vida a 95 personas, 92 de ellas solo en la región de Valencia.
Como es habitual en estos casos, la agencia estatal de meteorología (Aemet) lanzó el martes por la mañana, a las 07H31, una alerta roja para Valencia en la que advertía de un peligro extremo. La situación se fue deteriorando durante el día. Sin embargo, no fue hasta las 17H00 horas cuando se instaló en Valencia el organismo regional encargado de coordinar la actuación de las organizaciones de socorro en caso de emergencia, el Cecopi (Centro de Coordinación Operativa Integrado). Y el mensaje de alerta enviado por Protección Civil a los vecinos de la ciudad de Valencia pidiéndoles "evitar cualquier tipo de desplazamiento en la provincia de Valencia", que viene acompañado de un sonido estridente al llegar al teléfono, fue transmitido pasadas las 20H00 horas.
Según el diario El País, en el caso de algunas localidades muy devastadas por las aguas, el mensaje no llegó hasta pasadas las 21H00 horas, para cuando ya era demasiado tarde. Las pocas horas perdidas fueron cruciales, porque miles de personas abandonaron sus lugares de trabajo o sus hogares por la tarde cuando ya arreciaban las tormentas, y quedaron atrapadas en las carreteras a merced de las inundaciones. Las impactantes imágenes de la noche del martes mostraron calles convertidas en verdaderos ríos caudalosos que arrastraban todo a su paso, incluidos los vehículos.
La agencia estatal de meteorología Aemet registró "acumulaciones extraordinarias" de lluvia, con algunos municipios recibiendo 300 litros de agua por metro cuadrado en apenas unas horas, "prácticamente lo que puede llover en un año completo", según señaló en la red social X. Varias de las víctimas murieron en la carretera. María Carmen, habitante de la ciudad de Valencia, contó a TVE que cuando subía el nivel del agua rápidamente, salió por la ventanilla de su vehículo y se subió "al techo" de una furgoneta, donde estuvo varias horas hasta que pudo ser rescatada.
Los testimonios de este tipo abundaban ayer. "Es espantoso ver tanta gente morir en inundaciones en Europa, cuando una vez más los meteorólogos habían pronosticado lluvias extremas y emitidas advertencias", afirmó Hannah Cloke, profesora de Hidrología de la Universidad Británica de Reading. "La tragedia de que personas mueren en sus automóviles o sean arrastradas por las calles es totalmente evitable si se logra mantener a la gente alejada de las crecidas", señaló Cloke. "Esto indica que el sistema de alerta de peligros de inundaciones en Valencia ha fallado, con consecuencias fatales", añadió.
El retraso en el envío del mensaje de alerta a la población suscitaba interrogantes. Al ser preguntado al respecto, el ministro de Política Territorial, el socialista Ángel Víctor Torres, evitó responder directamente y se limitó a recordar el momento de la alerta de Aemet y el del envío hecho por Protección Civil. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien visitará la zona afectada el jueves, instó a los ciudadanos a no bajar la guardia en momentos en que la emergencia "continua".
El gobierno envió a Valencia más de 1.000 efectivos a la Unidad Militar de Emergencias, especializada en misiones de rescate, para apoyar a los servicios locales de socorro. Se trata de "un fenómeno sin precedentes", dijo la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien apuntó que el ejército moviliza unidades caninas para buscar cuerpos, morgues portátiles y psicólogos para atender a las víctimas. La Aemet advirtió que las lluvias continuarán al menos hasta este jueves, aunque se irán desplazando hacia el noreste, hacia la región de Cataluña.
Los científicos advierten de que los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor y tormentas, son cada vez más intensos debido al cambio climático. "Estamos en un planeta más cálido y con más disponibilidad energética. Los patrones de precipitación se están alterando en nuestro territorio. Varios estudios apuntan hacia lluvias más torrenciales", indicó la Aemet.