Off the record | El Nuevo Siglo
Foto archivo El Nuevo Siglo
Jueves, 3 de Enero de 2019
Redacción Política

¿La misma jugada?

 

La decisión del uribismo de pedirle al ahora exrepresentante a la Cámara por Bogotá, Samuel Hoyos, que renunciara a su curul y se postulara como precandidato a la Alcaldía de Bogotá, junto a los concejales capitalinos Ángela Garzón y Diego Molano, ha tenido múltiples interpretaciones en los corrillos políticos de comienzo de año. Por ejemplo, un congresista del Centro Democrático le salió al paso a quienes consideran que Hoyos es muy joven para un cargo de semejante importancia. “… Lo mismo dijeron cuando a finales de 2017 era evidente que (Iván) Duque era el precandidato que el expresidente Álvaro Uribe quería para pelear por la Presidencia de la República… Y vea cómo ese novato, entre comillas, ganó de lejos las encuestas internas del Centro Democrático, luego la consulta interpartidista, después la primera vuelta y luego la segunda, poniendo récords de votación en todas”, precisó el congresista en charla off the record con un periodista de EL NUEVO SIGLO.

 

¿Negociable?

 

La misma fuente afirmó que, al igual que pasó con Duque cuando empezó a despuntar como el candidato que quería Uribe, ahora se dice que a Hoyos lo está promoviendo el expresidente porque es una “carta sacrificable” a la hora de negociar o definir en las urnas el candidato único de una coalición de centro derecha para pelear por la sucesión de Enrique Peñalosa en el Palacio Liévano. “…Recuerde periodista, lo que se decía de Duque: que lo escogía Uribe, en lugar de apoyar a (Óscar Iván) Zuluaga, porque al ser un novato era ‘sacrificable’ a la hora de conformar la coalición para atajar a Petro y al candidato que apoyó Santos… Hoy Duque es el presidente, ganando en todos los escenarios, y no veo por qué no puede repetirse lo mismo con Hoyos y la apuesta por la Alcaldía de Bogotá”, precisó el parlamentario.

 

La meta de Valencia

 

De otro lado, el hecho de que haya sido Hoyos y no la senadora Paloma Valencia la que haya renunciado para aspirar a la Alcaldía capitalina, pues Uribe le había pedido, a mediados de diciembre, a ambos parlamentarios que analizaran esa opción, fue entendido en las toldas del Centro Democrático como una “prueba más” de que la congresista sí le está apostando a una meta más alta y ambiciosa: la posibilidad de ser precandidata a la Presidencia a finales de 2021, con miras a los comicios de 2022. Según trascendió, una parte de la dirigencia uribista es partidaria de que una mujer sea la candidata, ya que por esa vía se podría contrarrestar el efecto de otras aspiraciones de mujeres, como las de la hoy vicepresidenta Marta Lucía Ramírez y la exsenadora Claudia López, que ya muchos dan por seguras en la próxima contienda por la Casa de Nariño.

 

Efecto en la izquierda

 

En la izquierda capitalina la primera movida del uribismo sorprendió porque esperaban que la candidata fuerte fuera Valencia y no Hoyos. Es más, al comienzo de la semana pasada en los corrillos políticos se aseguraba que la senadora ya tenía lista su carta de renuncia y que incluso Hoyos ya le había anunciado su respaldo en privado. Según un veterano dirigente bogotano de izquierda, ese sector debe saber “anticipar” el efecto que una candidatura como la de Hoyos puede tener en el electorado capitalino. Un efecto que resumió en tres elementos: mensaje de juventud ejecutiva, renovación política y promesa de continuidad de la gestión de Peñalosa. De acuerdo con la fuente, hay tres defectos de entrada a atacar políticamente en esta movida uribista: inexperiencia para un cargo como la Alcaldía, un ‘títere’ del uribismo en Bogotá y un alto porcentaje del electorado que desconoce quién es.