Referendo antidrogas (I) | El Nuevo Siglo
Viernes, 8 de Febrero de 2013

Un grupo de dirigentes y activistas partidarios de una flexibilización de la política antidrogas en Colombia está madurando la idea de emprender una campaña de recolección de firmas con el objetivo de citar un referendo sobre la despenalización o legalización parcial de la producción, venta y consumo de las llamadas “drogas blandas”, es decir, la marihuana, alucinógenos y otras sustancias que no producen altos grados de dependencia. Incluso ya han acopiado información sobre este mismo tipo de ejercicio en otros países, sobre todo en lo relativo a la redacción de la pregunta que se haría a la ciudadanía en una eventual citación a las urnas.

 

Referendo antidrogas (II)

 

“… La redacción del interrogante es un asunto de marca mayor, pues comprende tres tipos de ámbitos distintos… El primero referido a cuál es el nivel de despenalización que existe en cada jurisdicción respecto a la producción, venta o consumo de drogas narcóticas o sustancias estupefacientes… Dos, cuál es el enfoque de la legislación vigente en torno del drogadicto, es decir, si este es visto como un delincuente potencial o como una persona enferma que debe ser tratada desde la óptica de un problema de salud pública… Y tres, cuál es el enfoque que prima en el país o Estado respectivo acerca de si trata de dar vía libre, flexibilizar, condicionar, despenalizar o levantar la prohibición frente a la producción, venta o consumo de qué drogas y si es con fines terapéuticos o recreacionales”, explicó uno de los expertos que trabaja en esta propuesta que, se repite, apenas está en etapa de estudio.

 

Referendo antidrogas (III)

 

La idea de pensar en un eventual referendo sobre drogas en Colombia surge cada cierto tiempo, pero ahora toma fuerza por cuatro circunstancias coyunturales. En primer lugar, que Colombia, por intermedio del presidente Santos, ha liderado la petición a escala internacional para que se estudie globalmente la posibilidad de un nuevo enfoque en la lucha antidrogas. En segundo lugar, el impacto de los nuevos marcos normativos en Colombia respecto de la no penalización del porte y consumo de la dosis mínima de drogas, que ve al drogadicto como un problema de salud pública y no penal;

 

Referendo antidrogas (IV)

 

En tercer lugar está la proyectada reforma al Estatuto Antidrogas, en el marco de la cual se pretende “regularizar” lo concerniente a la dosis mínima de las llamadas “drogas sintéticas”; en cuarto lugar, el avance del enfoque liberal en materia de consumo terapéutico o recreacional de drogas en Estados Unidos, Europa y en Latinoamérica, como acaba de ocurrir en Uruguay respecto a la marihuana. Y, por último, así apenas se haya oficializado esta semana en la Mesa de Negociación entre el Gobierno y las Farc en Cuba, la propuesta guerrillera de estudiar una posible legalización del cultivo y comercio de marihuana, hoja de coca y amapola.

 

Referendo antidrogas (V)

 

Paradójicamente el procurador Alejandro Ordóñez dijo días atrás, al criticar la propuesta de la Ministra de Justicia sobre “regularizar” lo relativo a la dosis mínima de “drogas sintéticas”, que estaba dispuesto a citar un referendo para que la ciudadanía definiera un asunto tan delicado. Es claro que el jefe del Ministerio Público sustenta su postura en que la mayoría de las encuestas sobre este tema siempre muestran que un alto porcentaje de los consultados está en contra de la tesis de la legalización.