¿Uribe o Robledo?

Para los más acuciosos analistas de la política colombiana, uno de los debates más interesantes en la última semana ha sido establecer quién le está haciendo más contrapeso al gobierno Santos: si el expresidente Álvaro Uribe o el senador del Polo, Jorge Enrique Robledo. La comparación va más allá de la simple lucubración hipotética, toda vez que ambos serán cabeza de lista al Senado en los comicios de marzo próximo y desde ya se prevé que las votaciones de cada uno estarán entre las más altas de la jornada democrática.

Escenarios distintos

Para algunos analistas es imposible comparar a Robledo y Uribe, puesto que el primero fue Jefe de Estado dos veces y es considerado el fenómeno político de la última década en el país, mientras que Robledo, pese a ser uno de los senadores más importantes de los últimos dos cuatrienios, no tiene esa trayectoria tan larga y con la exposición mediática y política propia de un Jefe de Estado. Además, Robledo toda la vida ha transitado la orilla de la oposición, mientras que Uribe tiene la ventaja de haber estado tanto en esta línea como en la  gobiernista, tanto la propia como la de aquellos Ejecutivos que apoyó en el pasado.

Escudero sorpresivo

Sin embargo, es claro que tanto el exmandatario como el beligerante senador del Polo se han convertido en los jefes de la oposición a derecha e izquierda, y ambos tienen el mismo blanco: Santos. Incluso, una de las sorpresas la semana pasada, tras las acusaciones del Presidente al senador del Polo, en torno de que un allegado a este último estaría instigando la violencia en algunos paros, fue que el propio Uribe salió en defensa de Robledo, algo impensable si se recuerda el tono de las polémica del expresidente y el congresista durante el pasado gobierno.

Cálculos

Por el momento es evidente que Robledo será uno de los senadores más votados en marzo del próximo año, con un potencial que fácilmente podría acercarse a los 250 o 300 mil votos, mientras que los uribistas consideran que el exmandatario bien podría sumar, él solo, en la lista del Centro Democrático no menos de un millón o millón y medio de votos. Por ahora, solo queda esperar pues, como reza el refrán popular, el día de la quema se verá el humo…