No sorprendió la decisión del copresidente y vocero del Partido Verde, Luis Eduardo Garzón, de poner a consideración de la colectividad, sobre todo del conjunto de nuevos mandatarios electos, su continuidad como el dirigente autorizado para hacer los pronunciamientos públicos y fijar las posiciones oficiales. Desde semanas atrás fuentes allegadas al llamado luchismo habían advertido que el ex alcalde sólo esperaba que pasaran los comicios para poner su cargo en juego, ya que los últimos meses han sido muy desgastantes y está “mamado”, no sólo por el cisma con Antanas Mockus sino la accidentada campaña de Enrique Peñalosa en la capital del país.
Verde biche (II)
Aunque algunas fuentes de los verdes insisten en que Garzón será ratificado en la cumbre del partido en diciembre, otros sostienen que el ex alcalde está muy debilitado y sabe que tiene que pagar el “costo político” de haber respaldado la fallida alianza entre Peñalosa y el uribismo, dejando solo a Mockus, quien no tuvo más alternativa que salirse de la colectividad que se fortaleció el año pasado bajo su imagen e inspiración. En ese orden de ideas, Lucho dejaría, por lo menos, de ser la voz oficial de los verdes aunque continuaría como copresidente. El anuncio de que los verdes se levantarían temporalmente de la Mesa de Unidad Nacional fue entendido como una especie de primer mea culpa de la dirigencia del partido.
Verde biche (III)
“… El problema aquí no es tanto si Lucho continúa siendo el vocero o no, sino que un partido que logra dos gobernaciones y 70 alcaldías requiere de un líder fuerte y representativo… Sergio Fajardo (nuevo mandatario antioqueño) no podrá asumir, Peñalosa es posible que salga del país algún tiempo y tome distancia para analizar su futuro político tras la tercera derrota electoral en línea (dos por la Alcaldía y una al Congreso), Mockus ya no está y Jorge Londoño no tiene la suficiente dimensión nacional… Se podría pensar en perfiles como el saliente alcalde de Medellín, Alonso Salazar, pero todavía es muy temprano para saber qué piensa a futuro… Lucho, en ese escenario, se mantiene como la mejor opción”, precisó un dirigente verde, que habló a condición de no revelar su nombre.
Petro & Clara (I)
La política está llena de paradojas. Por lo menos así se desprende de los destinos de Clara López y Gustavo Petro. En 2009 cada uno estaba ubicado en diferentes orillas pujando por la preeminencia en el Polo. Luego, cuando Petro venció a Carlos Gaviria en la consulta interna para escoger candidato presidencial, muchos sectores del Polo respaldaron a regañadientes al primero. Ya en plena campaña por la Casa de Nariño, Petro entendió que debía asegurar el respaldo de toda la izquierda, y por lo mismo escogió a López, que había sido Secretaria de Gobierno del alcalde Samuel Moreno, como su fórmula vicepresidencial.
Petro & Clara (II)
Vendría, entonces, la cita en las urnas y Petro no clasificó a la segunda vuelta. Ya para entonces (primer semestre de 2010) los roces en el Polo por el tema de los escándalos en la administración Moreno eran evidentes y Petro pasó a la ofensiva al liderar las denuncias contra el alcalde bogotano por el tema del carrusel de la contratación. López, como dirigente del Polo, pasó a replicarle a Petro y en cuestión de semanas éste se separó del partido. Suspendido Moreno por la Procuraduría, López entró como alcaldesa designada y Petro se postuló a la sucesión en el Palacio Liévano. Tras la captura de Moreno y su suspensión por un año, López aseguró que terminará el año como alcaldesa y, tras lo dictado por las urnas el domingo, el empalme lo hará con el propio Petro. Las cosas de la política.