Reelección 2014, telón de fondo de un combate a medias | El Nuevo Siglo
Domingo, 6 de Noviembre de 2011

“… Ese es como esos matrimonios de conveniencia y de muchos años en donde las parejas no se tienen cariño y apenas se soportan pero esperan que sea el otro el primero en desesperarse e irse…”.

Con esas palabras un legislador del partido Social de Unidad Nacional (La U), que habló en tono informal con varios periodistas el jueves en la mañana, describió el nuevo pico de tensión entre el ex mandatario Álvaro Uribe y el presidente Juan Manuel Santos.
Se han vuelto tan repetidos los desencuentros entre el hoy Jefe de Estado y el ex mandatario que en los análisis de esta semana ya no se hablaba del riesgo de “divorcio” sino de la posibilidad real de que Uribe se convierta en una especie de “jefe de la oposición” al Gobierno.
Aunque las críticas del ex presidente esta semana a Santos fueron muy duras, al punto de acusarlo de estar tomando decisiones “hostiles” contra el uribismo y de que su mandato no tiene “fervor popular”, es claro que no han sido las acusaciones más fuertes. Por ejemplo, fue más drástico cuando acusó a Santos de querer “graduar” a la anterior administración de corrupta o cuando dijo que el Ejecutivo creaba “falsos positivos” mediáticos.
Sin embargo, el mayor problema de Uribe es que pese a que está montado en el ring, con los guantes calzados y la guardia arriba, y cada tanto lanza golpes, su rival, que está también en el ring, permanece impávido en su esquina, sin pararse, ni ponerse los guantes y menos aún entrar en el ‘zona de candela’. Se limita a reiterar tantas veces como sea necesario que no peleará, ni porque así se lo pidan desde la ‘gradería’ política y mucho menos si el que incita a la confrontación es el propio rival. Eso sí, sentado, aprovecha para replicar la ‘estrategia ofensiva’ de su contrincante, pero de manera verbal y sin la menor agresividad.
¿Hasta cuándo durará esta situación? Esa es la gran pregunta que se hace el país político. Hay quienes consideran que hasta la paciencia del santo job tiene un límite y que más temprano que tarde el Presidente tendrá que calzarse los guantes e ir al centro del ring para intercambiar golpes con su rival. Sin embargo, en la Casa de Nariño se asegura que el “karma” de Santos de no pelear con Uribe es tan sólido, que esa será la estrategia durante lo que resta del cuatrienio. Es más se dice que ordenó al resto del gabinete, con el ministro Germán Vargas a la cabeza, que hagan lo propio. En otras palabras, el Gobierno replicará las críticas del ex mandatario pero no peleará con él.
Para otros analistas, el problema de este ‘combate’ político con un solo contendor beligerante y activo, mientras el otro sigue sentado y paciente, es que ninguno se quiere bajar del ring, que no es otro que el partido de La U. Es claro que si hubiera una confrontación política directa y drástica, al final de cuentas el perdedor prácticamente tendría que dar un paso al costado y dejarle la colectividad al ganador. Sin embargo, mientras no haya pelea los dos dirigentes seguirán en un lento y progresivo desgaste. Uribe, porque pierde efecto y poder de impacto si lanza y lanza golpes al aire, y Santos porque los señalamientos del ex mandatario pueden empezar a tener eco en otras instancias opositoras distintas a la propia U.
Además, parece cada día más evidente que detrás de todo este contrapunteo, como una especie de telón de fondo o de estadio expectante, está nada menos y nada más que el tempranero debate por la reelección presidencial en 2014, sobre la que Santos siempre dice no estar interesado pero que sigue como una opción muy viable dado sus altos niveles de popularidad. Uribe, aunque está inhabilitado para postularse (al menos por ahora) ya dio todas las señales de que proyectará su propio candidato y ve en el actual Jefe de Estado el principal rival a vencer.
Como se ve, ambos son como esa vieja pareja de esposos que siguen esperando a que sea el otro el que primero se aburra y se vaya, dejándole el campo libre. Uribe, pues, apuesta por la fuerza de sus críticas para forzar un resultado pronto, Santos opta por la paciencia y la resistencia ‘pacífica’ a largo plazo.

Julio 2010
El anuncio del nombramiento de la canciller María Ángela Holguín por parte del presidente electo ocasiona que el aún mandatario Uribe hable de “diplomacia babosa” con referencia a la posibilidad de mejorar las relaciones con Venezuela y Ecuador.

Agosto 2010
Todavía Santos no se había posesionado y ya seguía Uribe dando señales de malestar, como tras el anuncio de que Juan Camilo Restrepo y Germán Vargas serían, respectivamente, ministros de Agricultura y del Interior.
Recientemente, Uribe aseguró que esas designaciones lo sorprendieron, porque, dijo, Restrepo es “hostil” con su gobierno y desconoce los logros del agro durante su gestión, mientras que a Vargas lo califica de clientelista y de “doble moral”.

Agosto 2010
La primera visita presidencial que recibió Santos ya ocupando el solio de Bolívar fue del mandatario venezolano Hugo Chávez, que refirió a su colega colombiano como si “nuevo mejor amigo”.
“No entiendo cual es la intención de contemporizar con una dictadura que se viene consolidando en Venezuela”, ha afirmado Uribe.

Septiembre 2010
Tras los ataques de “saludo” de las Farc a Santos, Uribe escribió en su Twitter: “Qué dolor que incineren 14 policías. Ojalá el mundo condene” y que “nosotros” mantengamos la “firmeza contra el terrorismo”.

Noviembre 2010
El asilo en Panamá de la exdirectora del DAS, Pilar Hurtado, fue otro tema de desencuentro, porque los voceros del Gobierno aseguraron que buscarían su extradición mientras Uribe sostuvo que en Colombia sus exfuncionarios no tenían garantías.
“Nadie puede sostener ante un tercer país que aquí no hay garantías suficientes para ser juzgado debidamente”, declaró Santos posteriormente.

Diciembre 2010
El Gobierno destapa las primeras denuncias sobre la corrupción. “Ojalá esos hallazgos no se le conviertan en falsos positivos de la corrupción”, tuiteó Uribe. Luego, en una entrevista, sostuvo que “no necesitan graduarnos de corruptos para adelantar su política contra la corrupción”.
“Quienes han querido en forma permanente sembrar cizaña entre el presidente Uribe y yo, como dicen los billaristas, tacan burro”, aseguró Santos.

Febrero 2011
El Congreso fue llamado a extras y entre los temas centrales de la agenda estaba la ley de víctimas, en uno de cuyos artículos se incluía el reconocimiento de la existencia del conflicto armado.
Para Santos, “si decimos que no hay un conflicto armado interno se restringe la capacidad de operación de nuestras Fuerzas”. En respuesta, Uribe dijo, entre otras cosas, que “no se necesita reconocer conflicto con terroristas para que las Fuerzas Armadas puedan válidamente tomar la iniciativa para atacar estos grupos”.

Abril 2011
Ante la decisión de Santos de extraditar al señalado narcotraficante a Walid Makled a Venezuela,  destacando la cooperación de Chávez en la lucha contra el trafico de drogas y que las Farc ya no tenían campamentos en ese país, Uribe se preguntó en su cuenta de Twitter dónde se asilan los principales jefes de la guerrilla colombiana. Además, el exmandatario consideró que la solicitud de Estados Unidos por Makled merecía prioridad, a lo que el ministro Vargas dijo que el exgobernante estaba confundido en las fechas.

Abril 2011
En un discurso, Santos dijo: “Posiblemente me verán después de esta responsabilidad que el pueblo colombiano me dio, dictando clase como ex presidente  y no molestando a los presidente de turno”.
Uribe había tuiteado poco antes que “ni las tentaciones cómodas de retiro ni la ofensa diaria nos apartarán de la batalla alegre y firme de todas las horas”, porque “a muchos nos duele la violencia, otros la aprovechan para su ascenso político”.

Mayo 2011
“Cualquier persona tiene que estar enferma mentalmente sino quiere la paz”, manifestó Santos al fijar una posición firme en la lucha por conseguir la paz para el país. Sin mencionar a nadie, señaló que “algunos me acusan de querer la paz; y eso me honra”.
En Twitter, Uribe escribió: “Nadie está en contra de un proceso de paz, sino más bien en el retroceso para tratar de conseguirla”.

Mayo 2011
“Anuncios de nueva reforma tributaria crean incertidumbre en inversión. Defendamos inversión sobre vieja idea fiscalista”, tuiteó Uribe acerca de esa idea expuesta por algunos funcionarios del Gobierno.
“Si el día de mañana hacemos una reforma tributaria, no será para subir tarifas, sino para hacer más ágil y eficaz el recaudo. Ustedes pueden estar tranquilos, señores inversionistas, sobre la estabilidad en las reglas de juego”, aclaró Santos.

Agosto 2011
“Nopecu, nopecu, nopecu”. Este es el mantra, dijo Santos, que repite constantemente: NO-PElear-Con-Uribe.
Así lo señaló al hacer un balance de su primer año de Gobierno, entrevistado por Yamid Amat en el diario El Tiempo.

Noviembre 2011
Uribe aseguró que las acciones del Gobierno Nacional son hipócritas y “carecen de fervor popular, por lo cual es una señal de hostilidad nombrar a Rafael Pardo como ministro de Trabajo”.
Durante la conmemoración de los 50 años de Andiarios y de la firma de la Declaración de Chapultepec, Santos respondió que “nada ni nadie, ni siquiera mi muy admirado antecesor, lograrán que yo critique su gestión o que yo me convierta en su enemigo”.