Silencio del Gobierno sobre diálogos de paz | El Nuevo Siglo
Lunes, 27 de Agosto de 2012

A pesar de la multiplicación de versiones sobre acercamientos secretos entre el Gobierno y las Farc para lograr acuerdos para un diálogo de paz, el Ejecutivo sigue guardando silencio.

Anoche, Canal Capital divulgó informaciones relacionadas con este tema, afirmando que el equipo negociador del Gobierno estaría conformado por los generales retirados Eduardo Herrera y Fernando Tapias, cuyos nombres, al igual que el del empresario vallecaucano Alejandro Eder, se unirían a los que ya han sido mencionados anteriormente: el periodista Enrique Santos, el consejero presidencial Sergio Jaramillo y el ministro Frank Pearl. Anoche mismo, Noticias Uno mencionó al general Manuel José Bonet en lugar del general Tapias.

Los negociadores de la guerrilla serían Rodrigo Granda, conocido como el Canciller de las Farc; Luis Alberto Albán, alias Marcos Calarcá; Jorge Torres, alias Pablo Catatumbo; Luciano Marín, alias Iván Márquez; y Jaime Alberto Parra, alias Mauricio Jaramillo o el Médico.

Sobre el lugar en donde se llevarán a cabo las negociaciones, como se sabe la guerrilla quiere una zona de concentración en Colombia, mientras que el Gobierno prefiere evitarse la referencia a “otro Caguán” y es partidario de que se acuda a un país europeo que puede ser Noruega. El punto medio podría ser Cuba, donde se dice que actualmente se realizan los acercamientos.

De la agenda, se sabe que hay cuatro puntos clave: Derechos Humanos, participación política, desarrollo rural y reinserción e integración a la sociedad.

Todo este escenario cuenta, de acuerdo a lo informado por Canal Capital, con los buenos oficios de un coctel variopinto de gobiernos amigos: los conservadores español y chileno, junto a los izquierdistas cubano y venezolano.

 

Ya lo van a decir

 

En su edición de ayer, El Espectador describió un panorama semejante, asegurando que “en breve se conocerán detalles de los acercamientos”.

Desde que asumió la presidencia en agosto de 2010, Santos ha reiterado su disposición a lograr una salida negociada al conflicto armado, y ha exigido a las Farc muestras de voluntad en ese sentido.

Estas versiones coinciden con declaraciones del expresidente Álvaro Uribe que ocho días atrás cuestionó esas negociaciones.

Durante la semana, Uribe le dijo en entrevista a El Colombiano que “lo único que se puede negociar con estos grupos terroristas son las condiciones de sometimiento a la justicia, así lo hicimos en nuestro Gobierno como en el proceso con las autodefensas”.

Uribe explicó en ese contexto el motivo de su principal distanciamiento con el actual mandatario: “El problema de este Gobierno es que desde un principio ha dejado de buscar la seguridad por buscar a toda costa un diálogo y eso ha contribuido a que aumente la capacidad de hacerle daño al país de los criminales”.

Al preguntársele por la obligación constitucional de buscar la paz, Uribe señaló que “hay una diferencia y es que hicimos que prevaleciera la política de seguridad sobre cualquier afán de diálogo. Encontramos que la administración de Pastrana impulsaba un proceso con el Eln en Cuba y la proseguimos con la condición de que se suspendiera la actividad criminal. No quisieron. Aceptamos continuar el proceso con los paramilitares a través de la Iglesia”.

“Nunca negociamos la agenda social”, declaró Uribe; “solo las condiciones de sometimiento a la justicia con la obligación de confesar delitos y reparar a las víctimas. El Gobierno hizo el esfuerzo de liberar a los secuestrados, pero condicionó el intercambio humanitario a que los que salieran de las cárceles debían renunciar a las guerrillas”.

Sin embargo, ayer El Tiempo publicó que “entre 2008 y 2010, el entonces Presidente impulsó de manera secreta un acuerdo político con Farc”.

Según el diario capitalino, “en el segundo semestre de 2009, Uribe consideró la posibilidad de aceptar la oferta de un país amigo para cualquier esfuerzo que llevara a la paz”.

“Los días 10 y 11 de noviembre de ese mismo año, un delegado de su Gobierno se reunió con autoridades diplomáticas de ese país amigo que reiteró su disposición a colaborar en busca de la paz”.

Todo habría avanzado hasta marzo de 2010, cuando “Uribe autorizó enviar una carta” a dos jefes guerrilleros: el ya mencionado Torres y el entonces jefe de las Farc Guillermo León Sáenz, alias Alfonso Cano, abatido el año pasado.

En abril, “durante las exequias del coronel Ernesto Guevara, Uribe pronunció un fuerte discurso contra esa guerrilla”; en julio, en la respuesta del Secretariado de las Farc, lamentó que la propuesta de paz "haya llegado a escasos cuatro meses del cambio de Gobierno" y que, "poco después de recibida, hayamos escuchado al Presidente afirmar categóricamente que su Gobierno no va a conversar con la guerrilla".

 

Hechos recientes

 

A principios de este año, las Farc anunciaron su renuncia al secuestro de civiles con fines de extorsión económica y en abril dejaron en libertad a los últimos diez policías y militares que mantenían cautivos.

A mediados de junio, el Congreso aprobó el Marco Legal para la Paz, un proyecto de reforma constitucional promovido por el gobierno que permitirá futuras negociaciones de paz con las guerrillas.

El proyecto plantea la posibilidad de otorgar beneficios como la suspensión de penas a los dirigentes de grupos armados que se desmovilicen. También establece mecanismos para priorizar y seleccionar casos de violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario.