91% de territorios de pueblos indígenas están ecológicamente en buen estado | El Nuevo Siglo
ZENAIDA TETELLE, de la comunidad indígena La Chorrera y miembro del Equipo Técnico de Evaluación de Servicios Ecosistémicos (ESA), integrado por miembros de la comunidad indígena La Chorrera, WWF Colombia y Fundación Puerto Rastrojo.
/Luis Barreto - WWF Reino Unido
Jueves, 10 de Junio de 2021
Redacción Nacional

El 91% de las tierras de los pueblos indígenas y las comunidades locales se encuentra en buenas o moderadas condiciones ecológicas, revela un estudio elaborado por 30 expertos en conservación en colaboración con líderes indígenas y organizaciones de derechos humanos.

El estado de las tierras y territorios de los Pueblos Indígenas y las Comunidades Locales es el primer análisis espacial integral que muestra la extensión de las tierras de los pueblos indígenas y las comunidades locales a nivel mundial, su estado ecológico actual, el valor de su biodiversidad y sus servicios ecosistémicos, y las presiones que continúan enfrentando estos territorios y las personas y comunidades que dependen de ellos. Del mismo participó a nivel colaborativo WWF.

Los autores concluyen en que este estudio proporciona pruebas inequívocas y convincentes de que los objetivos mundiales de diversidad biológica serán inalcanzables sin la plena inclusión de las comunidades indígenas y locales. Recalcan la importancia de reconocer y respetar los derechos, los enfoques de gobernanza y los esfuerzos de conservación de los pueblos indígenas y las comunidades locales como custodios de sus tierras.

Destacan como ejemplo a la Amazonia es hogar de más de 3 millones de indígenas, pertenecientes a 500 pueblos y diferentes nacionalidades. El conocimiento tradicional y ancestral de los pueblos indígenas amazónicos, plantea soluciones para aprovechar los recursos naturales de manera sostenible y frenar la degradación ambiental.

Explican que las Áreas Clave para la Biodiversidad (ACB) son sitios críticos para la persistencia de la biodiversidad, que a su vez sustenta nuestro planeta, sus ecosistemas y todos los que dependen de ellos, incluida la vida humana. A su vez, la conectividad de los ecosistemas tiene relación directa con la conectividad de los pueblos indígenas, por lo que el deterioro y fraccionamiento de los ecosistemas resulta en la pérdida de cohesión territorial indígena.


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Durante generaciones, estas tierras han sido protegidas y conservadas por las comunidades que viven dentro y junto a ellas, destacando el papel crucial que los pueblos indígenas y las comunidades locales han desempeñado durante mucho tiempo en la conservación de la naturaleza a nivel mundial.

“Nuestra relación con la naturaleza es una relación de más de 10,000 años. A lo largo de estos años hemos podido, con nuestra cultura, con nuestra cosmovisión, con nuestra forma de respetar la naturaleza, lograr preservar ese 91% que señala el informe”, dijo José Gregorio Díaz Mirabal, de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).

A pesar de que la tradición oral característica de los pueblos indígenas ha dificultado la documentación de su conocimiento tradicional y ancestral, existen evidencias de su amplio conocimiento sobre el manejo sostenible de los recursos naturales, que se traduce en el estado de conservación de sus territorios. El informe recalca la necesidad de incorporar y conectar el conocimiento tradicional en la búsqueda de soluciones ambientales a todo nivel.

A medida que los países miran hacia adelante para negociar un nuevo marco global de biodiversidad a finales de este año, este informe subraya la importancia de garantizar que los pueblos indígenas y las comunidades locales sean reconocidos y apoyados para sostener, defender y restaurar sus tierras y territorios como parte de los esfuerzos de conservación. El informe destaca que más de una cuarta parte de las tierras de los pueblos indígenas y las comunidades locales podrían enfrentar grandes presiones de desarrollo en el futuro.

Un enfoque de conservación basado en los derechos ayudará a garantizar que los pueblos indígenas y las comunidades locales logren el pleno reconocimiento de sus derechos sobre la tierra y los recursos, el respeto por su liderazgo y gobernanza, así como su consentimiento libre, previo e informado en la creación de áreas protegidas y conservadas.

El informe concluye que cualquier esfuerzo de conservación global, incluidos los llamados para proteger y conservar al menos el 30% de la tierra, el agua dulce y los océanos del mundo para 2030, depende de una fuerte participación y liderazgo de los pueblos indígenas y las comunidades locales y será inalcanzable sin ellos.

El caso colombiano

Nuestro país, además de ser una de las naciones más biodiversas del mundo, cuenta con una gran diversidad cultural, representada en 87 pueblos indígenas que hablan 65 lenguas diferentes. Allí la Amazonia* es fundamental, pues en ella habitan nada menos que 62 pueblos indígenas (el 71% del total), que hablan cerca de 42 lenguas diferentes (64% del total).

Estos pueblos, además, son propietarios del 54% de los 48,3 millones de hectáreas que comprende esta región del país, distribuidas en cerca de 212 resguardos indígenas. Allí se encuentra el 62% de los bosques aún existentes en la región. 

Aunque la importancia de los territorios indígenas de la Amazonia ha sido parcialmente reconocida por el gobierno nacional a través acuerdos referentes a aspectos como la reducción de la deforestación, la restauración de ecosistemas transformados y en transformación, y la protección de sistemas de conocimiento tradicional asociados a la biodiversidad, aún queda mucho camino por recorrer en el reconocimiento efectivo de su papel.

Por eso, hablar de la conservación de la Amazonia colombiana es hablar de los pueblos indígenas que habitan dichos territorios, de sus esfuerzos por combatir los modelos económicos que buscan en el extractivismo el soporte de la economía, así como a los diversos actores involucrados que en medio del abandono estatal buscan su enriquecimiento con actividades ilegales. Cualquier esfuerzo de conservación desarrollado en esta región es inocuo si no los tiene en cuenta.