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El jefe de gabinete de la Casa de Nariño, Armando Benedetti se reunió en días pasados con congresistas de los partidos Liberal, la U y Conservador, para buscar mayorías que le permitan al Gobierno nacional hacer bloque y concretar la aprobación de varias reformas de origen ejecutivo que cursan en el Congreso de la República.
En este sentido, EL NUEVO SIGLO consultó con analistas políticos y dirigentes como el exministro Daniel Palacios, quienes explicaron cómo se puede contrarrestar este fenómeno en el que solo unos pocos realizan acuerdos multipartidistas por encima del colectivo y terminan afectando la ideología del partido, frente a su postura en relación con el gobierno de turno o con el trámite de proyectos en el Congreso de la República en los cuales las direcciones de las organizaciones políticas están en desacuerdo.
Inicialmente, la directora de la Misión de Observación Electoral (MOE), Alejandra Barrios. explicó: “Es un tema que puede terminar generando una crisis democrática en este país, donde no tenemos partidos políticos serios, no tenemos partidos políticos democráticos, no tenemos partidos políticos con militantes que puedan tomar decisiones democráticas y eso nos genera una gran debilidad institucional. La democracia reposa en la capacidad que tienen los partidos de ser responsables en torno a lo que ponen en juego y presentan a la sociedad. Y nuestros partidos políticos no están siendo ni serios, ni responsables, ni democráticos y mucho menos son fuertes”.
Por su parte, Carlos Oviedo Hernández, subdirector de Justicia Electoral de la misma entidad, explicó que “para la Misión de Observación Electoral, hay varios problemas con la ley de bancadas. Pero en general reflejan los problemas estructurales del sistema de partidos, hay unas deficiencias fuertes de democracia interna y de interés de las organizaciones, ni para la toma de sus decisiones, ni para la designación de los directivos o para la selección de candidaturas. Para la conformación de listas a corporaciones públicas de elección popular, el carácter personalista de la política se ve reflejado en esto, se fortalece a través de un mecanismo de las listas abiertas. El voto preferente hace que las participaciones individuales tengan mucho más peso con una propuesta mucho más sólida y coherente”.
Posteriormente sostuvo que “aunque los partidos pueden permitir dejar en libertad a sus miembros para que no actúen como bancada, en la práctica esto se convierte muchas veces en la regla general, justamente se sigue fortaleciendo la idea de esos liderazgos individuales y cada quien representando los intereses de los electores y no a una colectividad específica. Se prevé por medio de la ley que haya sanciones frente a la transgresión de esta regla, pero no existe una sanción específica que se aplique a esta infracción y se deja esta determinación a las sanciones disciplinarias que aplican los partidos políticos. Sin embargo, no existe un mecanismo que permita establecer si se aplica la norma y por lo tanto la ley queda sin dientes, pues todo queda muy voluntario y a la potestad de las organizaciones políticas”.
Análisis de origen político
Como se sabe, las colectividades quedan en entredicho con estas prácticas que, aunque son válidas, no reflejan el pensamiento político de la totalidad de los integrantes de partido. En este sentido, el exministro del Interior Daniel Palacios explicó que “la ley de bancadas es limitada, pues regula los votos que los congresistas pueden emitir cuando una decisión de bancada ha sido tomada. Esto se limita a los votos sobre proyectos de ley, actos legislativos o votaciones en general en la corporación. Esta norma no limita o prohíbe a un congresista o grupo de congresistas reunirse con funcionarios de un gobierno, inclusive si esta colectividad se ha declarado en oposición o es independiente”.
Así mismo, explicó que “es importante recordar que para algunos casos las objeciones de conciencia aplican para separarse de una decisión de bancada o también el voto secreto sirve para evadir las decisiones de la bancada. Son los partidos los que a través de sus comités de ética o mecanismos internos pueden sancionar o los congresistas que violan la ley de bancadas o pueden sus directivas no volver a dar aval para aspirar a quien no ha respetado las decisiones del partido. Por último, no existe en Colombia una prohibición para sentarse con funcionarios a título propio o de un grupo, esto permite que por un lado se hable de ir en contra de un gobierno, cuando por el otro lado se están llegando a acuerdos”.
Por su parte, Jorge Luís Yarce, analista político e internacional de la Universidad Central, señaló respecto a la ley de bancadas: “Esta ley establece unas obligaciones dentro de las cuales ninguno de sus miembros de forma individual, puede negociar de manera directa con otras colectividades. El primer vacío es que la negociación que se está haciendo no es con una colectividad, es con un delegado del Gobierno nacional. El segundo vacío es que, aunque se interpretara que la negociación se está haciendo con otra colectividad, asumiendo que es a nombre del partido de gobierno, la ley no prevé sanciones claras y específicas respecto a ese tipo de comportamientos, simplemente establece que es un acto reprochable, pero no establece cómo se va a sancionar”.
El analista señaló que “estos son básicamente los elementos que no permiten que se pueda llegar a una sanción en contra de los parlamentarios que están participando de estos encuentros. La autoridad sigue siendo la bancada, que en últimas tiene las herramientas que permitirían contrarrestar estos encuentros cuando no son permitidos. La ley es clara cuando advierte que los miembros de la colectividad están sujetos a su bancada y solo pueden votar de manera individual cuando sean asuntos de conciencia, es decir, en excepciones especiales”.
Intervención de los partidos
Yarce agregó: “Sólo en casos como esos, los parlamentarios se pueden alejar de la decisión de bancada, pero aquí se están tomando decisiones políticas y si los congresistas actúan de manera individual en esas determinaciones que se verán reflejadas en votaciones de los proyectos de ley que se tramiten en el Congreso, las colectividades pueden aplicar sanciones inclusive con la pérdida de la representatividad y de las curules”.
Cabe señalar que en días pasados algunos congresistas expresaron su malestar por las reuniones entre algunos de sus colegas y Armando Benedetti en representación del Gobierno. Al respecto, la presidenta del Partido Conservador, Nadia Blel señaló: “Nuestra posición crítica sobre las reformas sociales se mantiene firme, ya que está sustentada en argumentos técnicos y no políticos. Las reuniones que habrían sostenido algunos congresistas con miembros del Gobierno nacional no representan al Partido Conservador, pues se trata de acciones individuales por las cuales cada uno deberá responder ante los militantes, la opinión y las instancias éticas que tiene la colectividad”.
De igual manera, el representante Juan Carlos Lozada, del Partido Liberal, le dijo a EL NUEVO SIGLO que “hay un interés de varias bancadas en que se dilate el proyecto, incluyendo a quienes son cercanos al Gobierno, porque están esperando que haya demostraciones por parte de la Casa de Nariño de voluntad política para entregar los cargos, las promesas que el Gobierno les ha hecho a los congresistas para que se vote el proyecto, ¿o usted de qué cree que se tratan las reuniones con Benedetti?".