Una buena noche de descanso puede dar un impulso de energía, pero tener una siesta constante crea beneficios a diario. El sueño es una parte vital de la salud y el bienestar general de cada persona, al igual que el ejercicio regular y una alimentación balanceada.
Para evitar sufrir trastornos como la apnea del sueño, insomnio, sonambulismo, pesadillas o simplemente, dar vueltas en la cama por la noche, Betty González, nutricionista de Amway, comparte los siguientes consejos para que dormir bien sea una prioridad saludable.
Cumpla con un horario de sueño: encuentre un periodo de tiempo que le funcione y sea rutinario con respecto a la hora en que se duerme y se despierta todos los días, incluyendo los fines de semana. Ser consistente refuerza los ciclos de sueño. Se recomienda implementar rutinas de cuidado de la piel en la noche como limpieza, tonificación e hidratación. También leer un libro, escuchar música o consumir un suplemento natural puede ayudar a relajarse para quedarse dormido cómodamente. En la mañana, es ideal despertar cuando el cuerpo se sienta descansado y se debe resistir al impulso de quedarse en la cama. En poco tiempo, estas fáciles rutinas ayudarán a su cuerpo a dormir como un reloj.
Hay que prepararse durante el día: en lugar de tomar una siesta en la tarde, manténgase activo durante el día. Según el CDC, 30 minutos de deporte diario, no solo mejoran el sueño, sino que también hacen una diferencia significativa para la salud mental y física. Además, el consumo de barras de energía da al cuerpo el combustible que necesita sin afectar la hora de dormir.
Evite el estrés: el sueño reparador realmente puede ayudar a regular la estabilidad emocional y disminuir la ansiedad. Se puede utilizar productos con hierbas naturales como la lavanda para inducir un efecto calmante y mejorar el sueño. Al acostarse, aplique aceite esencial de lavanda en los puntos del pulso, incluido el interior de las muñecas, detrás de las orejas y en las sienes. Si aún así las preocupaciones no lo dejan dormir, mantenga un bloc de notas cerca de la cama para sacar pensamientos molestos de su cabeza y escribirlos en papel. Vuelva al día siguiente para organizar, priorizar y delegar.
No coma en la noche: preste atención a lo que come y bebe unas pocas horas antes de acostarse. Una gran cena, un refrigerio nocturno, un cóctel e incluso demasiadas tazas de té o café, pueden afectar la forma en que se duerme. Es importante estar satisfecho, pero no demasiado lleno o con hambre. Además, se debe evitar la nicotina, cafeína y alcohol ya que pueden causar somnolencia o interrumpir el sueño en la noche.
Cree una sensación de calma: al igual que su interruptor de luz, apague su cerebro por la noche con actividades relajantes. Despeje su mente y promueva un mejor sueño usando técnicas de relajación como ejercicios de meditación, respiración o un baño tibio de pies.