El pasado 14 de mayo se registró un fenómeno en la ladera del Cerro Bravo, ubicado en el sector de Letras por la vía Bogotá-Manizales, cuando las rocas comenzaron a emanar un vapor y una incandescencia a temperaturas que llegaron hasta los 700 grados centígrados. Tras varios estudios se determinó que lo originaba esta situación era una combustión del suelo y no estaba relacionada con el volcán que se encuentra cerca de ahí.
Expertos en estudios de suelos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, explicaron que el interior del suelo de Cerro Bravo se caracteriza no solo por ser un terreno escarpado, sino por contar con la presencia de turbas, es decir, materia enterrado compuesta precisamente de ese material orgánico de color pardo rico en carbono, el cual forma una masa esponjosa en la que aún permanecen componentes vegetales de muchos años y que no se debe confundir con el compost o compostaje.
Este fenómeno de combustión latente se presenta debido a una mínima cantidad de oxígeno en la atmósfera, que a pesar de que exista una combustión, no se da como cuando ocurre una quema forestal; en otras palabras, es un incendio subterráneo.
Las turbas generan –de forma natural– un proceso de emisión de gases, expulsando nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono, óxido nitroso y metano, este último uno de los principales contribuyentes a la deformación de la capa de ozono, un contaminante atmosférico peligroso al medioambiente como gas de efecto invernadero.
Por ello se debe considerar que los agrietamientos internos en la montaña obedecen su vez a un efecto de volcanismo fisural que, como su palabra lo indica, se trata de fisuras que se generan de forma natural por la necesidad del volcán en liberar gases acumulados, necesarios ambientalmente para que no existan explosiones.
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Por ello se debe considerar que los agrietamientos internos en la montaña obedecen su vez a un efecto de volcanismo fisural que, como su palabra lo indica, se trata de fisuras que se generan de forma natural por la necesidad del volcán en liberar gases acumulados, necesarios ambientalmente para que no existan explosiones.
El profesor Eugenio Duque Escobar –experto en geología, geotecnia y movimientos de masa– explica que "Un claro ejemplo de ello son las minas de carbón cuando están expuestas a una concentración alta de metano y el gas no se libera por taponamientos o estructuras para proteger a los mineros, entonces cualquier chispa de una pica puede entrar en reacción y generar una explosión".
Actualmente, la combustión de Cerro Bravo está siendo monitoreado. En el reciente informe, las autoridades indicaron que la temperatura de la combustión del suelo bajo considerablemente.