VOLUNTARIOS chinos completaron un año viviendo en un laboratorio espacial simulado en Beijing, batiendo así el récord de permanencia en un entorno aislado.
Cuatro estudiantes, dos hombres y dos mujeres, salieron el 15 de mayo del Yuegong-1 (Palacio Lunar, en chino) de la Universidad de Beihang entre aplausos de los académicos, investigadores y compañeros estudiantes.
La duración total de la prueba, que empezó el 10 de mayo del año pasado, fue de 370 días, con una tercera etapa de 110.
La jefa de diseño del Yuegong-1, Liu Hong, dijo que la prueba estableció el récord de permanencia dentro de un sistema de soporte vital biorregenerativo (BLSS, por sus siglas en inglés), en el que humanos, animales, plantas y microorganismos coexisten en un entorno cerrado que simula una base lunar. El BLSS recicla el oxígeno, el agua y la comida para generar un entorno similar al de la Tierra.
"El sistema es autosuficiente en un 98 por ciento y ha demostrado ser estable y efectivo a la hora de dar apoyo vital a sus inquilinos", celebró.
Un total de ocho voluntarios, todos estudiantes de la Universidad de Beihang, se turnaron para vivir en la cabina, que en total tiene una superficie de 150 metros cuadrados.
El BLSS es un componente tecnológico crucial para la estancia de humanos a largo plazo en la Luna u otros cuerpos extraterrestres, precisó Liu.
Los investigadores analizarán el estado físico y mental de los voluntarios y estudiarán los resultados de la prueba y la posibilidad de desarrollar equipos BLSS que puedan cargarse en laboratorios espaciales y sondas a la Luna y Marte en el futuro.
"La prueba tiene importantes implicaciones para los esfuerzos humano para permanecer fuera del planeta durante largos periodos. La experiencia, tecnología y hallazgos servirán para los futuros esfuerzos de investigación espacial", declaró el experto de la Academia de Ingeniería de China Wang Jun tras saludar a los voluntarios que salieron de la cabina.
El BLSS también puede aplicarse en áreas donde el agua sea escasa y los niveles de oxígeno bajos, añadió.
El récord anterior se había logrado en la Unión Soviética, donde a principios de los 70 tres personas pasaron 180 días en un ecosistema cerrado similar.
Reciclado completo
La cabina está integrada por dos cabinas de plantas y una cabina amplia. Los voluntarios cultivaron trigo, fresas y otras plantas. Había una pequeña cantidad de carne de cerdo y pollo almacenada con anterioridad. La principal fuente de vitaminas de los voluntarios fueron los gusanos comestibles amarillos criados en la cabina. Esos gusanos se asan, trituran y se mezclan con harina para hacer panecillos y pasteles.
"El sistema funcionó bien. Hay una gran variedad de vegetales para comer", dijo el voluntario Gao Han, estudiante de tercer año en la maestría de biomedicina.
"Si hay alguna mejoría necesaria, querría comer huevos, los cuales no estaban disponibles en el laboratorio. Sería mejor si hubiera más fuentes de grasa animal", comentó.
Los voluntarios beben agua de una máquina purificadora. "El agua está limitada pero es suficiente para lavar, limpiar los vegetales y beber todos los días", indicó.
"Se trató de un gran reto. Extraño tanto el sol", declaró el voluntario. La diseñadora en jefe Liu dijo que mantener a los estudiantes ocupados con la jardinería podría ser una buena terapia para enfrentar el aislamiento.
Los voluntarios tenían acceso a internet. También pudieron jugar ajedrez, hacer yoga y hacer ejercicio en bicicleta. También estudiaron inglés y escucharon la radio. Los voluntarios tuvieron que someterse a revisiones psicológicas y de salud cada semana, explicó Liu Dianlei, otro voluntario.
"El aislamiento nos mantuvo enfocados en nuestros trabajo y experimentos. También buscamos diversión. Yo hice un poco de magia para entretener al grupo", dijo Liu.
Metas futuros
La profesora Liu dijo que el sistema BLSS demostró funcionar bien durante un largo periodo. Los investigadores también han explorado el mecanismo en el que la luz afecta los ritmos biológicos y emociones de los humanos. Ellos también mejoraron la tecnología de cultivos verticales.
"Este no es el fin, sino un nuevo punto de inicio para continuar explorando el espacio", agregó Liu.
China ha logrado grandes avances en la exploración espacial en los años recientes. Un acoplamiento tripulado en el espacio se llevó a cabo en 2012, seguido del descenso de un explorador sobre la Luna un año después.
China planea lanzar la sonda lunar Chang'e-5 en 2019, que se espera traiga muestras lunares de regreso a la Tierra, dijo Pei Zhaoyu, subdirector del Centro del Programa de Exploración Lunar y Espacio de la Administración Espacial Nacional de China.